¿De qué depende que un equipo logre que su trabajo sea eficaz?
La eficacia de un equipo se ha de valorar en cada caso concreto, no sólo atendiendo a factores internos del propio equipo, sino también a los factores externos u organizacionales. Teniendo en cuenta que la respuesta a esta pregunta es compleja y extensa, la abordaré únicamente en torno a uno de los factores clave para que el equipo alcance éxito: el liderazgo.
“La calidad de un líder se refleja en los niveles de exigencia que se fija a sí mismo” (Ray Kroc).
Si analizamos el mundo deportivo, más concretamente el fútbol, se nos vienen a la cabeza, nombres como, Vicente del Bosque, Pep Guardiola y últimamente, Diego Simeone. Sin lugar a dudas todos ellos líderes, y cuyo liderazgo es perfectamente trasladable al mundo de la empresa. Si observamos su trabajo, vemos que han realizado su labor como verdaderos emprendedores, arrancando de sus equipos grandes dosis de motivación y de productividad para conseguir la excelencia, haciendo que cada integrante haya sido parte de las soluciones y no de los problemas, y todo ello bajo el paraguas de la innovación, la creatividad, la exigencia, el cambio, el compañerismo, los valores y el esfuerzo.
¿Es importante el liderazgo para alcanzar el éxito?
Demasiadas veces no somos capaces de imaginarnos cuánto. Dado que las personas son el capital humano de la empresa, se requieren líderes que hagan de ese capital un activo capaz de convertirse en la principal palanca de crecimiento, con capacidad para que cada problema que pueda acuciar a la organización, se convierta en una oportunidad. Se requieren líderes, que logren extraer lo mejor de los efectivos humanos, para superar las dificultades económicas que, en mayor o menor medida, afectan a la empresa en una situación como la actual.
En cada momento hay que analizar si contamos con los efectivos con capacidad para ejercer ese liderazgo. Las empresas deben invertir en aquello que aporte rentabilidad, acercándose lo más posible a la excelencia, contando con perfiles capaces de motivar a sus seguidores para que hagan mucho más de lo que se perseguía inicialmente y para llegar mucho más lejos de lo que, en principio, hubieran podido pensar, para conseguir los objetivos de la Compañía.
Quién es ese líder
Se trata de ese “tipo” personas que son capaces de crear contextos de trabajo dominados por expectativas desafiantes, y convertir un problema en una oportunidad y un obstáculo en una visión atractiva y sugerente, hasta el punto de conseguir que esa nueva visión sea compartida por sus seguidores (su equipo), y juntos trabajen hasta alcanzar los objetivos establecidos.
Es aquella persona que se preocupa por las personas con las que trabaja y a las que dirige, capaz de predicar con el ejemplo, sabiendo que con el ejemplo se convence. Parafraseando a Simeone, es aquel que piensa, siente y dice: “Lo único que me preocupa es que los jugadores estén bien”.
Es un agente del cambio. Cuando no está satisfecho con una situación busca alternativas, su descontento le lleva a la acción, al encuentro de soluciones a través de su visión estratégica, hasta alcanzar los objetivos marcados.
En situaciones de crisis e incertidumbre proporciona innovación y creatividad, aporta claridad, motivación a sus equipos y provoca sentido del compromiso, hasta el punto de que las personas que forman parte del equipo intentarán alcanzar lo aparentemente inalcanzable.
Se trata de personas que cuentan con grandes dosis de creatividad, inspiración, poco convencionales, capaces de percibir oportunidades estratégicas y correr riesgos sin miedo al fracaso. Para ellos, el fracaso es el punto de partida en el que serán capaces de apoyarse, para buscar nuevas fórmulas que les proporcionen el camino para alcanzar los objetivos que persiguen.
Claves del Liderazgo
Humildad. Capacidad para afrontar la adversidad. Tratar a las personas como tales. Identificar y transformar las creencias limitadoras. Generar conciencia colectiva: si alguien del equipo pierde, pierde el equipo entero, “Ser todos uno”. Asumir la responsabilidad de las acciones del equipo. Una comunicación efectiva y permanente, capaz de escuchar. Capacidad de análisis, aprendizaje, improvisación y adaptación.
La “tarea” de liderar no es fácil. Se requiere mantener niveles elevados de energía positiva, capacidad para crear equipos de alto rendimiento. En los momentos complicados hay que conservar la pasión, saber sacar lo mejor de cada miembro del equipo y de uno mismo, y hacer de cada colaborador un emprendedor que sienta los objetivos del mismo modo. Esto, además, hay que aderezarlo con generar y dar confianza, ser capaz de escuchar y aprender de las críticas, saber que los fracasos son oportunidades para aprender y seguir aportando valor.
Nos encontramos en un momento en el que las organizaciones deben reflexionar sobre la necesidad de promocionar e invertir en liderazgo, dejando a un lado el temor que este tipo de perfiles pueda suscitar, porque si la mediocridad se siente amenazada por la fortaleza del liderazgo y tiende a operar como un caparazón difícil de penetrar, podremos estar poniendo en juego la supervivencia de la organización.
En definitiva: salir de la crisis exige romper moldes y fomentar la innovación, la originalidad, la creatividad y el liderazgo.
Yolanda Ramírez, Drtra. RRHH, abogada y mediadora
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