viernes, abril 26, 2013

El líder con vocación de servicio o social

 A lo largo de estos últimos diez años, he trabajado con una serie de directores y ejecutivos, y siempre con casi todos, he tenido que escuchar repetidamente los siguientes comentarios:

El primero “NUESTRA ORGANIZACIÓN ES MUY DIFERENTE DE CUALQUIER OTRA ORGANIZACIÓN”, el segundo, “SUS IDEAS SON BUENAS PERO APLICARLAS EN NUESTRA ORGANIZACIÓN NOS LLEVARÍA DEMASIADO TIEMPO, NO SERÍA EFICIENTE”, y Tercero “LO QUE USTED Y SU EQUIPO ENSEÑAN, ES EL LADO UTÓPICO Y ESO AQUÍ NO FUNCIONA”.

Hemos participado en la gestión, hemos efectuado labores de consultoría, de asesoría y de formación de ejecutivos y empleados para todo tipo de organizaciones del país y en el exterior, no lo escribo para alardear, sino para asentar las bases que nos dan las competencias, experiencias y habilidades para refutar estos tres comentarios.

Primero, quienquiera que usted sea, lector, su organización no es diferente. Puede tener productos diferentes, una misión diferente, una estructura organizativa diferente o un estilo de gestión diferente. Puede tener un sistema de fabricación o de distribución único o, si la suya es una organización pública o no lucrativa, un medio especial de recaudar fondos o de prestar servicios. Puede tener muchas cosas diferentes, pero en lo fundamental o esencial, su organización no es diferente, porque depende de las personas y esa dependencia (de las personas), hace que usted y su organización sea más semejantes, de lo que la mayoría cree, a otras organizaciones de cualquier parte del mundo.

Segundo, la eficiencia no es lo mismo que la eficacia y la preocupación de la mayoría de las organizaciones por la eficiencia ha demostrado ser, una y otra vez, enemiga de la eficacia. Solo tenemos que recordar al sector automovilístico estadounidense de la década de los setenta, cuando el hincapié en la eficiencia a costa de la eficacia, permitió que la industria japonesa conquistara una enorme cuota del mercado mundial.

Tercero, no hay nada de utópico, en la clase de liderazgo que tratamos de enseñar, lo denominamos “Liderazgo con vocación de servicio o social”. El mismo funciona en todo tipo de organizaciones y con todo tipo de empleados.

No es arrogancia, sino el deseo de expresar nuestra firme convicción de que el liderazgo, cuando se aborda de forma apropiada, es una vocación.

Permítanme insistir en afirmar que le Liderazgo al servicio requiere de mucho valor, en la actualidad ni siquiera los Militares pueden actuar con el viejo estilo de liderazgo.

Por todo ello, en las próximas líneas voy a tratar de compartir resumidamente de cómo podemos ir transitando el camino hacia el “LIDERAZGO CON VOCACIÓN DE SERVICIO O SOCIAL”.

El liderazgo con vocación de servicio parte de las siguientes características:
   
Ser auténtico, ¿Qué significa ser auténtico? Para definirlo sencillamente significa ser quien usted es. Ser la misma persona en cualquier circunstancia.
Ser Vulnerable, La paradoja de ser vulnerable es que también exige ser valiente. 
Ser honrado con nuestros propios sentimientos en el contexto de nuestro trabajo, ser franco sobre nuestras dudas, temores y ser capaz de admitir los errores de una forma abierta, en especial ante nuestros empleados.
Ser aceptador, Aceptar es mucho más importante que aprobar. Hemos observado que la mayoría de los conflictos en el trabajo tienen más que ver con el estilo y la personalidad, que con los productos o los sistemas. Por ello, las comunidades de trabajo se volverán disfuncionales a menos que el arte de aceptar se convierta en norma.
Estar presente, esto no solo se refiere a estar aquí o allí, sino a estar disponible con todo su ser, en todo momento, disponible para usted mismo y disponible para los demás, cuando responde a los problemas y retos de los miembros de su equipo.
Ser útil, en resumidas letras ser un recurso para sus empleados.
   
Para no extenderme en este artículo permítanme que les ofrezca seis cosas que creo sobre este tipo de liderazgo:
  1. Liderazgo no es controlar a los demás; es cuidar de ellos y ser un recurso útil para ellos.
  2. Liderazgo no es ser el jefe; es estar presente para los demás y construir una comunidad de trabajo.
  3. Liderazgo no es aferrarse a un territorio; es abandonar el ego, poner el espíritu a trabajar, ser tu mejor y más auténtico yo.
  4. Liderazgo es ocuparse menos de pronunciar discursos para levantar la moral, y más de crear un lugar donde todos pueden hacer un buen trabajo, donde encuentren un sentido a ese trabajo y donde puedan poner su espíritu a trabajar.
  5. El Liderazgo es como la vida, principalmente una cuestión de prestar atención.
  6. El Liderazgo obligatoriamente exige amor. 
Quizás lo que he escrito le parezca antitético (Opuesto) a lo que paradigmáticamente se conoce sobre el liderazgo, pero es así porque mucho de lo que creemos sobre el mismo, se basa en las viejas y obsoletas ideas de poder.

En las organizaciones dedicamos y perdemos mucho tiempo en averiguar quién tiene el poder y cuanto poder tenemos nosotros.

Pero la verdad es que el auténtico poder, proviene de ganarse la confianza de la gente (Empleados). Cuanto más procuras dar a los demás, mas fluye hacia a ti de forma poderosamente natural. 

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