jueves, abril 25, 2013

Cómo ser una pyme creativa


Disfrutar en el trabajo. Parece un sueño que unos pocos elegidos han conseguido. Partiendo de una base realista, obviamente existen empleos poco agradecidos o difíciles de llegar a querer, pero al menos, siempre esté en nuestras manos el intentar crear un clima agradable en el que nuestros trabajadores o nosotros, podamos desarrollar nuestra labor con un ánimo positivo. Ser una pyme creativa, conlleva no hacer lo mismo que la mayoría: cuidar el contexto y a las nuevas ideas.
El mundo cambia tan rápido que da vértigo. Lo que hoy parece una novedad al día siguiente está pasado de moda. Es injusto, incluso perjudicial para la salud mental, pero todos estamos metidos en esta espiral. En nosotros está el decidir que nuestro negocio y nuestras ideas perduren con el paso del tiempo: tanto por su calidad como por la capacidad de adaptación e innovación que se nos exige. 
En este escenario, no existe otra opción para sobrevivir que pensar creativamente. Si no innovamos, si no estamos reinventando lo que hacemos, si no encontramos las soluciones más potentes, perdemos frente al mercado. Un mercado ávido de llegar a cuantos más clientes mejor. En nuestras manos está demostrar que somos originales y mejores.
Las grandes empresas contratan consultores y expertos en creatividad para afrontar el problema de la innovación en sus productos y servicios. Y aunque algunas lo logran por si solas, la más de las veces sólo lo consiguen con ese apoyo externo. ¡Es lógico!
Pero las pymes tienen problemas para enfrentar escenarios adversos usando herramientas que generen creatividad en su interior. Por la falta de costumbre, porque no existe una cultura creativa, y para tomar esta decisión se necesita el consenso de todos los actores de la organización.
Ideas a olvidar por parte de pymes sobre la creatividad
  • La creatividad es el resultado del talento particular de alguien

Los equipos pueden llegar a obtener grandes ideas usando técnicas creativas simples pero eficaces. Digamos adiós a “ yo no soy creativo” La creatividad se aprende. No se trata de que de la noche a la mañana surja el talento. La mayoría de los especialistas en creatividad e innovación llevan años dedicándose a esta materia, y se lo toman en serio. Así como ellas aprenden a ser eficientes, también pretenden que las pymes lo sean pero a la vez, aprendan a ser creativas.
  • Las reuniones deben ser serias y formales. Aquí no se levanta nadie

Si pretendemos asustar a las nuevas ideas, de acuerdo, una sobredosis de rigidez es perfecta para ello. Tras el modo irónico, prosigo, cuando decidan enfrentar un problema que requiere nuevas y buenas ideas, es mejor que se junten el equipo ejecutivo junto a los que puedan ser considerados más creativos de la plantilla.
Salgan de la oficina, o simplemente vayan a una sala donde nunca suelan hablar. Relájense y llenen ese espacio de cualquier detalle agradable: unas fotografías, algo alegre, estimulante, diferente a lo que ven a diario.
En ese contexto deberán enfocar sus mentes en un solo problema que sufra la empresa, durante una hora como máximo, lanzando todo aquello que se les ocurra. Sin pudor y sin las típicas carcajadas llenas de maldad por parte del que no aporta, pero sí juzga. Cuando comiencen a escoger después qué ideas salieron de allí, seguro que encontrarán alguna más que las que tenían antes de detener lo convencional por sesenta minutos.  
  • Somos demasiado pequeños, las cosas se hacen con la mínima equivocación

Tal vez esa reflexión pueda ser cierta a medias. Sí, son pequeños pero ¿perder el tiempo qué significa? Perder el tiempo puede ser pasar horas y horas en nuestro negocio, y que no vaya de la mano de una cuenta de resultados mejor que la de la competencia.
“Las cosas se hacen y listo sin equivocarse”. Si en este mundo el lema hubiera sido ése, jamás se hubieran producido grandes descubrimientos a todos los niveles. Vivimos una etapa en la que sólo unos pocos se encargan de generar ideas y los demás asistimos como espectadores a la función. Ese concepto sí es un error. Hay que participar para ser diferentes.
Las pymes son el ejemplo de lo que una empresa sin importar su tamaño, es capaz de lograr, por lo pronto ser el tejido empresarial más importante de este país. Están acostumbradas a correr riesgos. Nada es más importante que aceptar la posibilidad del error, y para eso necesitamos tiempo, para equivocarnos pero también para acertar. Y cuando eso sucede es positivo para todos.

El hacer siempre lo mismo en muchas empresas es el lastre que las condena a no hacer saltos cualitativos en los productos o servicios que lanzan al mercado. Y todos sabemos lo que dijo Einstein: “Si quieres resultados distintos no hagas siempre lo mismo”.
Hagamos una reflexión ahora: si Cristóbal Colón hubiera tenido la presión por parte de los Reyes Católicos exigiéndole un éxito seguro en su aventura hacia lo desconocido, jamás habría habido una expedición. El resultado fue el descubrimiento de un continente y una riqueza para el entonces Imperio Español. ¿Y a qué fue debida tal proeza?
Sí, a un soberano error y a mucha paciencia. Además de un gran y evidente “no hacer lo mismo que los demás”. Mientras otros permanecían sentados, él quiso descubrir mundo (aunque se equivocara de lugar).
Conclusión
La creatividad no está reñida con el tamaño de una empresa. Una idea puede cambiar una vida, una idea más una buena decisión puede hacer crecer una empresa. Creatividad es sinónimo de arriesgar, pero también de entrenar nuestras mentes, y ahora donde debemos por obligación reinventar lo que antes funcionaba, es casi una obligación dejar un espacio en nuestro negocio para que entre un poco de aire fresco.
No temamos a lo diferente y que no nos asusten unas cuantas técnicas que quieran colarse en nuestros despachos, fábricas o pequeñas tiendas. Seriedad no es sinónimo de eficacia.

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