sábado, enero 19, 2013

Las Personas renuncian a otras personas, no a las empresas I


Lamentablemente en Venezuela mi país en la mayoría de las oportunidades nuestro camino de aprendizaje está marcado por el estudio de casos y cosas que ocurren en otros países donde si se dedican a estudiar fenómenos sociales tales como el desempleo, la inflación, incluso la delincuencia, pero lamentablemente aún y cuando escuchamos por la televisión a opinadores certificados (personas que vemos constantemente opinando en televisión), Mis amigos de Quironea y yo nos dimos cuenta que la gran mayoría de las opiniones que emiten no reflejan el resultado de ningún estudio realizado en nuestro país, más bien es un compendio de cosas parecidas ocurrida en otros países, será esta la causa de que por más que opinen sobre el porqué de muchas cosas nunca resolvemos NADA, creo que básicamente es porque resolvemos los problemas equivocados, si usted tiene un problema en su vida y se preocupa en resolver otra cosa que realmente no es un problema, sencillamente no avanzará en ninguna dirección, es como tomar una pastilla para el dolor de cabeza cuando me duele el estómago, por más eficaz que sea la pastilla, sencillamente no solucionara nuestro problema estomacal, es más si el medicamento es fuerte y estamos en ayuna podemos empeorar los síntomas, entonces ¿qué pasa si queremos eliminar el dolor estomacal?, sencillo, tomamos el medicamento correcto, hace poco leí en un libro de John Maxwell, “Las personas renuncian a otras personas, no a las empresas”, en principio era solo el titulo de un capitulo pero al analizarlo me di cuenta rápidamente que el problema nunca es la empresa por sí, es su gente, sus líderes, los que nos obliga a irnos a buscar nuevos horizontes, esos nuevos horizontes no es una nueva empresa, son nuevos líderes.

La pregunta es, ¿A quiénes renuncia la gente?

A nosotros como líderes nos encantaría que cuando la gente renuncia a seguir siendo nuestro subordinado, no lo haga por nosotros, pero la realidad es que frecuentemente nosotros somos la razón, algunas fuentes estiman que cerca del 65% (yo digo que en algunos casos es mucho mayor) de las personas que abandonan su puesto lo hacen debido a sus gerentes, supervisores o coordinadores, decimos tal persona renunció a su puesto en la empresa, pero ciertamente deberíamos decir, tal persona me abandonó, así que, ¿qué tipos de personas son aquellas a las cuales renuncian los empleados?, si se tabularan respuestas estas posiblemente serian los cuatro tipos más comunes:

Las personas renuncian a los individuos que los menosprecian.
Las personas renuncian a los individuos que no son dignos de confianza.
Las personas renuncian a los individuos incompetentes.
Las personas renuncian a los individuos inseguros.

Yo pudiera explicar las características de cada uno de estos aspectos pero realmente cada quién puede formarse su propia opinión, lo cierto es que, a lo mejor pensará, yo no soy todas esas cosas y sin embargo la gente me deja, pero realmente solo se necesita una sola de estas características para que nos dejen, es más ni siquiera tiene que ser una conducta repetitiva, basta con por ejemplo menospreciar a un empleado en público una sola vez para destruir la confianza y sellar la despedida, la confianza por ejemplo es la relación que más se tarda en madurar, usted se puede enamorar a primera vista, pero no confiaría su vida a una persona que recién acaba de conocer.

Lo bueno del aprendizaje del ser humano es que en cualquier momento nos podemos detener, respirar profundo, pensar y cambiar el rumbo, podemos aplicar una receta para cambiar y convertirnos en la clase de persona, en la clase de líderes que nunca quisieran abandonar, y que llegado el momento de dejarnos no sería porque no nos soportan, sino que se convierten en multiplicadores de nuestro legado, en aliados estratégicos donde quiera que estén, y cuáles podrían ser los ingredientes de esa receta;

En la próxima entrega les daré esa receta y adicionalmente cultivaremos las relaciones con nuestros empleados.

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