miércoles, diciembre 19, 2012

Cómo es un gran líder

Como cada uno de nosotros tiene buenos y malos gerentes, surge la pregunta de si habrá alguna diferencia en el cerebro de unos y otros. ¿Algún componente tal vez en la azotea una persona que la convierta en un gerente eficaz? ¿Algo que otras personas no tienen?

Hay gerentes que por cierto parecen genéticamente predestinados para sus tareas, que disfrutan de lo que hacen, de trabajar con sus empleados y que ni siquiera piensan mucho en el método a emplear. 

Las investigaciones de David Di Salvo sobre este tema, concluyen con algunas revelaciones con lo que pasa en la mente de los grandes gerentes.

1. Los grandes gerentes no “hacen” management”: lo personifican. 
Para ellos, la función management no es el centro de su trabajo. No lo ven así. No analizan lo que hacen, simplemente lo hacen.

2. Los grandes gerentes no están disponibles por solamente dos razones. 
Ellos advierten que una parte fundamental de su trabajo es estar a disposición de su personal. Y por lo general eso hacen, con sólo dos excepciones. La primera es si deben cumplir con un plazo que es fundamental y sacar cualquier tiempo de esa tarea podría resultar en desastre. La otra excepción es cuando un empleado está abusando de esa apertura y está constantemente a la puerta del despacho con una tonelada de preguntas y ninguna de las respuestas parece ser suficiente. Entonces, el gerente sabe que necesita tomar otro curso de acción. Tal vez más capacitación, tal vez reasignar a esa persona a otra tarea, pero cualquiera sea el caso la respuesta no es más accesibilidad.

3. Los grandes gerentes nunca maltratan al personal ni en público ni en privado. 
Los malos gerentes no tienen una clara idea de cuánto daño hacen cada vez que maltratan a alguien. Tal vez crean que es una señal de fortaleza cuando en realidad es signo de debilidad.

4. Los grandes gerentes celebran los grandes logros y felicitan los éxitos diarios. 
Cuando un equipo logra algo verdaderamente grande, el gerente de ese equipo debe buscar la oportunidad de celebrarlo conjuntamente. Puede ser una comida, una happy hour, lo que sea que le venga bien al equipo, pero los grandes gerentes no deban pasar oportunidades como esas sin dar a su equipo una posibilidad de acercarse entre sí a través de su logro. Claro que no siempre el logro va a ser grandioso, también puede ser un logro diario, que merece una felicitación. El punto es verlos como oportunidades para mostrar aprecio.

5. Los grandes gerentes siempre recurren a su experiencia previa antes de tomar una decisión. 
Los grandes gerentes llegaron a ese lugar porque se desempeñaron lo suficientemente bien como para merecer la atención de sus supervisores y finalmente recibieron la responsabilidad de otros empleados. Por eso, conocen que el proceso de ascender puede ser complicado y difícil, con una buena cuota de errores. Los malos gerentes (aunque alguna vez hayan sido buenos empleados) toman decisiones con un método de talle único.Creen que su rol los obliga a supervisar genéricamente. Los grandes gerentes nunca cometen esa equivocación, sino que confían en su gran repositorio de experiencia personal, incluyendo sus errores y fracasos, cada vez que toman una decisión que afecta a los demás.

6. Los grandes gerentes no se preocupan por que se los conozca como “grandes” sino como grandes contribuyentes. 
Preguntarse ¿con qué puedo contribuir yo? Es esencial para diferenciar a un gerente de otra persona en la organización. Ese deseo no necesita ser un proceso consciente ni intencional de todos los días. Se vuelve una parte normal de su pensamiento.

7. Los grandes gerentes pasan el bastón de mando sin problemas. 
Siempre se pueden identificar los gerentes inseguros porque son los más renuentes a identificar sucesores a sus cargos. Los grandes gerentes piensan diferente. Alguien de su equipo debe tener lo que se necesita para hacer la tarea del gerente y ellos pueden cultivar ese talento porque quieren que esa persona ocupe ese lugar cuando llegue la oportunidad.

8. Los grandes gerentes ya son líderes, cualquiera sea su título. 
No se preocupa por lo que los libros de management dicen sobre liderazgo. Los lea o no, llegará el momento en que se revelen como verdaderos líderes. 
 

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