jueves, noviembre 01, 2012

El líder empresarial debe ser humilde

El experto en Estrategias y Liderazgo, Rodolfo Salas, afirmó que “tiene que saber reconocer cuáles son las necesidades de los empleados de una empresa”. Expresó que “tiempo atrás empecé en el área de administración, luego efectué una Maestría para tener un conocimiento más profundo en el tema, pero el secreto está en la aplicación”. En principio “trabajé mucho en estrategias de negocios y luego me convencieron de que para ponerlas en práctica había dificultades y descubrí la importancia del liderazgo”.

La exigencia cotidiana de afrontar y resolver distintas problemáticas que se suscitan en torno a la producción, cualquiera sea ésta en su forma y desarrollo, las decisiones y posibles soluciones, deben superar las experiencias personales y/o grupales, contemplar las opiniones de los demás e innovar adaptando los planes a las nuevas realidades. Para ello es necesario conocer e informarse, actualizando esos saberes de manera continua.

Esto lleva a pensar en un escenario de permanente incertidumbre, desde lo económico, político, social, cultural, que requiere una constante evolución del pensamiento y una capacidad de adaptación a los distintos escenarios que se presenten, para resolver esas problemáticas con la mayor asertividad posible.

De una gestión orientada a reinventar el negocio, a producir un liderazgo diferenciador que inspire a los equipos de trabajo, que motive para encender las energías emocionales, espirituales e intelectuales, hasta la conducción gerencial que facilite la sincronización entre el concepto (Teoría) y la realidad, para discernir qué hacer y no perder el control en temas laborales y de relaciones y así saber decir, convencer, participar y delegar.

Algunas de las concepciones importantes, que Rodolfo Salas nos señala para aprehender y aplicar pasan por internalizar que: 
  • Si no existe un fuerte liderazgo visionario ninguna estrategia será efectivamente ejecutada.
  • Sin ese fuerte liderazgo en la cúspide de la organización, ningún sistema de gestión dará resultado.
  • Los líderes con una gran inteligencia emocional saben persuadir mejor porque saben leer y adaptar sus palabras, y sus mensajes en función de lo que están percibiendo.
  • Un líder eficiente puede, a través del conocimiento de su trabajo y del magnetismo de su personalidad, aumentar en gran medida la eficacia de los demás, e inducirlos a rendir más y mejores servicios que los que rendirían sin su ayuda.
  • En tiempos de cambio, se presenta un contexto de alta incertidumbre y de cambio continuo, los hechos son muy llamativos desde lo económico hasta los cambios climáticos, contaminación ambiental, migraciones, terremotos, tsunamis, inundaciones y sequías en gran parte del mundo. 

Por cierto, hoy más que nunca habrá que estar muy atento a lo que está pasando a nuestro alrededor, y cómo nos afectará el sector al cual pertenecemos, qué movimientos hace nuestra competencia y, a su vez, tener una actitud abierta hacía la innovación.

De este modo, todos los empresarios, ejecutivos, profesionales y demás personas que se sientan identificados con la realidad que nos toca vivir, tienen que ser los verdaderos protagonistas del nuevo paradigma de la gestión empresarial que requiere ante todo, un cambio radical de mentalidad.

Así, quienes no se forman para estar capacitados, ni se informan y actualizan permanentemente, no estarán aptos ni tienen las actitudes necesarias para adaptarse a ninguna empresa por más pequeña que sea.

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