jueves, enero 12, 2012

7 temas a considerar si eres un Líder y aceptas que la Era del Conocimiento ha comenzado


Puedes ser un Gerente de Operaciones muy influyente en una empresa de manufacturas, líder en el mercado y referente en su sector, que ahora no tiene las respuestas apropiadas para explicar un declive importante en la participación de mercado. Quizá eres un Gerente de Talento que por vez primera no logra explicarle convincentemente a uno de los directores la causa determinante de un dramático aumento en la rotación de personal. O quizá eres un Director de Finanzas, ahora obligado a hacer una poda sustantiva en la estructura organizativa, movido por el afán quizá tardío de insuflar de nueva vida a una empresa ya amenazada por una crisis que pudiera ser terminal.
El entorno de negocios está experimentando cambios incesantes, y en ocasiones, disruptivos, que desafían nuestras prácticas, retan nuestra visión sesgada del mercado, cuestionan las premisas con las que construimos nuestra realidad, y amenazan con enviar a la obsolescencia parte de nuestros conocimientos y de nuestra experiencia.
La economía global está sumida en una dinámica de crónica crisis, cuyas derivaciones definitivas aún permanecen en el ámbito de la especulación. Factores específicos de la sociedad manifiestan su gran capacidad para cuestionar el orden establecido, y sugerir cambios disruptivos, para comenzar a influir en el entorno social, económico, financiero y político, en el que toda organización opera.
Si eres un líder o directivo a cargo de los procesos de transformación de una organización del presente; eres un Gerente medio o departamental buscando maneras de reinventar tu gestión para preservar la competitividad en un entorno de crisis; o eres un profesional joven, de alto potencial que se plantea una y otra vez, cómo puede maximizar su propuesta de valor, en un entorno de negocios volátil, altamente competitivo e incierto, es ahora un buen momento para considerar 7 premisas que líderes, directivos y gerentes influyentes han de considerar, si pretenden que sus organizaciones dejen atrás los paradigmas ya obsoletos e inoperantes de la Era Industrial, y se atrevan a ser protagonistas, y a escribir historias de éxito en la Era del Conocimiento que recién ha comenzado. Veamos:

1. Renunciar a un estilo de liderazgo basado en el control obsesivo y el poder, aceptando ahora, que el liderazgo puede ser participativo, incluyente y se ejerce de manera distribuida
Una organización líder en la Era del Conocimiento se construye cuestionando y derribando los paradigmas de control, y de supervisión obsesiva que caracterizan a las estructuras organizativas muy estratificadas, que basadas en el poder ejercido verticalmente, y en ocasiones, asumido como derecho adquirido, niega el potencial de talentosos profesionales jóvenes, para emerger cómo factores de cambio y de interesante agregación de valor.
El liderazgo distribuido con alto potencial de transformación, y capacidad para fomentar relaciones de interdependencia y de complementariedad funcional, comienza aceptando la premisa de que no hay hoy día, profesional alguno con un conocimiento superlativo de todo cuanto acontece en una organización, ahora sumida en un contexto de cambio acelerado, que trasciende en escenarios cada vez más complejos y competitivos, donde el análisis de cantidades ingentes de información, y el procesamiento inteligente de conocimiento volátil, y disperso entre múltiples disciplinas, es ahora, factor clave y sustantivo de la supervivencia, y éxito de las organizaciones del Siglo XXI.

2. Podrá ser traumático, quizá sea un hecho anticultural, o un objetivo acaso muy difícil de lograr, pero es la innovación, y no la Excelencia Operacional per-se, el factor clave de la competitividad
En la Era Industrial, alcanzar y consolidar la Excelencia Operacional aplicando estrictos controles de calidad; desarrollando un modelo de gestión basado en objetivos; estableciendo un entorno de operaciones modelado por indicadores de productividad, eficacia y eficiencia; y definiendo puestos de trabajo altamente especializados, era todo lo que se requería para garantizar la competitividad y el éxito a largo plazo, de una organización inmersa en un entorno de negocios estable, y de fácil planificación.
La organización de la Era del Conocimiento cuestiona sus prácticas constantemente; no teme reinventarse para adaptarse ágilmente, una y otra vez al cambiante entorno de negocios; fomenta ambientes multidisciplinares de trabajo colaborativo en los que el conocimiento con valor de negocios se comparte generosamente y sin temor; y promueve una cultura de innovación, donde la creatividad individual, la generación libre de ideas, la aceptación del error constructivo, y el trabajo en equipo son explícitamente auspiciados, continuamente estimulados y ampliamente reconocidos por la Alta Dirección de la empresa.

3. La Gestión de Talento ha de estar vinculada al desarrollo integral de las personas
Aunque parezca controversial, las personas no son recursos ni transacciones contables, como son, por ejemplo, los activos de un almacén, que pueden ser administrados, utilizados, rehusados o descartados. En los primeros tiempos de la revolución industrial, era suficiente disponer de mano de obra, capacitada o no, pero con la disposición de trabajar incansablemente, en roles monótonos, muy específicos, e inequívocamente definidos.
Hoy día, es el talento de las personas, y no el capital, las políticas corporativas, o los activos físicos, el cerebro, el alma, y el corazón de organizaciones sensibles, que actuando con sensibilidad hacia las personas, y con el respeto que merecen como profesionales, pueden ser ámbitos de crecimiento personal, emerger como entornos de interesante desarrollo profesional, y representar parte sustantiva de proyectos de vida signados por la evolución paulatina del individuo en su dimensión social, el acceso a nuevas oportunidades de desarrollo profesional, y la autorrealización personal.

4. En tiempos de crisis, antes que reducir el presupuesto en Formación, conviene incentivar los procesos de Formación Interna en entornos personalizados de aprendizaje
Cuando una organización afronta una crisis, es común reducir drásticamente el presupuesto en Formación y Desarrollo, como parte de una política de reducción de costos, que aplicada en forma indiscriminada, puede tener un efecto muy adverso en la moral, la productividad, y el compromiso de los colaboradores hacia su organización.
En toda organización centrada en el conocimiento, antes de apelar a la reducción radical del presupuesto en Formación, se promueven actividades formativas internas en ambientes colaborativos de trabajo que se nutren de la inteligencia colectiva de la Web 2.0.
En estos ambientes de aprendizaje, el rol orientador de experimentados mentores juega un papel esencial, al posibilitar que cualquier colaborador pueda hacerse cargo de su proceso de Desarrollo Profesional, y motivarse con el ejemplo de sus líderes para hacer un esfuerzo extra, y evidenciar su compromiso a la organización, incluso en tiempos de crisis.

5. La adopción exitosa de la web social demanda una nueva estructura organizativa. Las estructuras jerárquicas y estratificadas por funciones ceden lentamente su predominio a las estructuras conformadas en red, interrelacionadas e interdependientes entre sí, y diferenciables por sus ámbitos de influencia
Las redes sociales cuyo auge y expansión parecen indetenibles, ya están permeando paulatinamente desde el ámbito personal hacia el corporativo, donde las conversaciones, las interacciones y las dinámicas de colaboración que se establecen a lo interno de la organización entre distintos equipos y áreas funcionales, y hacia el exterior, con proveedores, clientes, potenciales empleados, socios de negocios, y accionistas, están impactando, y transformando las formas de hacer negocios, potenciando la inteligencia colectiva, y aumentando, la simetría y sentido de oportunidad de las comunicaciones, y de los procesos de toma de decisiones asociados.
En el pasado, fenómenos semejantes de resistencia al cambio inducidos por la tecnología lo hemos observado cuando surgieron tecnologías de alto potencial de transformación cómo los ordenadores, o el acceso por Internet.
La Web Social facilita la concreción de un modelo dinámico de gestión, que dota a la organización de mayor agilidad para operar, versatilidad para aprender del entorno, flexibilidad para adaptarse a la dinámica impredecible de los mercados, y capacidad para reinventarse, en su perenne, pero a veces elusivo objetivo de ser y permanecer competitiva.

6. Olvídate de las descripciones de cargo rígidas, y fuertemente vinculadas a la función. Apuesta por un profesional generalista, autónomo, con gran capacidad de autoaprendizaje, de espíritu emprendedor, y fuerte motivación al logro
Puede afirmarse que muchos de los roles que los profesionales ocuparan dentro de 10 años aun no son conocidos y escapan de cualquier definición y caracterización bajo las premisas con las que operamos nuestras organizaciones en el presente.
Hoy día, ignoramos cual será el entorno de negocios y de operaciones de una organización en el futuro cercano, ahora que está inmersa en un entorno de cambio frenético, que prometerá indeseables discontinuidades en los mercados, sugerirá constantes procesos de actualización, e introducirá continuas disrupciones en la lealtad de los clientes.
La Gestión de Personas en una organización 2.0 convendrá centrarla entonces, en la potenciación y mejora de las competencias que permitirán a un profesional talentoso aprender de la experiencia de líderes influyentes de quienes recibirán oportunidades de empoderamiento; fomentando el desarrollo de un pensamiento estratégico construido por la exposición a la inteligencia colectiva de las redes sociales y la Internet; con capacidad creciente para operar y decidir en entornos de cambio y creciente incertidumbre; y sobre todo, con la flexibilidad suficiente para desaprender viejos dogmas y premisas obsoletas, privilegiando así, una actitud de curiosidad y permanente reto personal, que es afín a la creatividad, y proclive a la innovación.

7. El rol normativo y apegado a estándares de la función de Tecnología ha de llegar a su fin
La función de Tecnología ha de convertirse en el aliado principal de la apertura de la organización al uso productivo y con sentido de propósito de las herramientas de la Web Social, y no es, restringiendo el acceso a Internet, controlando el uso de los ordenadores, o prohibiendo el uso de Twitter, Linkedin o Facebook, como se logrará este importante propósito.
Algunas organizaciones ya están aplicando políticas abiertas en la gestión de Tecnología (BYOD: Bring Your Own Device),  al permitir el uso irrestricto de equipos personales en el ámbito organizacional. Ello presupone, la aplicación de un nuevo modelo de relaciones laborales, basado en la confianza, y en el respeto reciproco, antes que en el control y la coerción ejercida a través de relaciones jerarquicas basadas en la autoridad y poder.
Los cambios que han de afrontar las organizaciones en el futuro próximo serán de una magnitud, impacto y alcance tales, que hoy día resulta difícil siquiera vislumbrar con la información disponible. Un escenario de cambios radicales y disruptivos de semejante alcance y magnitud, no ha ocurrido en la historia empresarial desde el advenimiento de la Revolución Industrial.
Los líderes más conscientes del galimatías que sus organizaciones de una u otra manera enfrentarán, no pueden ignorar que habrán de ejercer un rol protagónico si deciden apostar por el cambio y convertir a sus organizaciones en entidades ágiles, flexibles y competitivas. Habrá quienes, por lo contrario, permanecerán complacientes o indiferentes en sus zonas de comodidad, poder e influencia, apreciando cómo sus organizaciones languidecerán, mermando su perfil competitivo, cediendo su influencia estratégica, perdiendo mercados, y corriendo el riesgo de desaparecer irremisiblemente.

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