jueves, junio 30, 2011

¿Goza su empresa de buena salud?

Entrevista a Mario Alonso Puig que forma parte del panel de conferenciantes de HSM Talents (incluye la mejor selección de ponentes españoles de primer nivel). Es Fellow en Cirugía por la Universidad de Harvard, miembro de la New York Academy of Sciences y de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia, imparte conferencias para múltiples empresas e instituciones como el M.D Anderson Cancer Center y el Global Leader-Ship Centre de INSEAD. Autor de Vivir es un asunto urgente, Madera de líder y Reinventarse, ha dedicado gran parte de su vida al estudio de las Funciones Superiores del Cerebro. Para uno de los expertos más demandados de nuestro país, la inspiración, el entusiasmo y la confianza, son sinónimos de buen liderazgo.

Ahora bien, pasemos a la entrevista:

¿Está sana la gestión empresarial?

Es necesario precisar sobre qué es lo que entendemos acerca de buena salud, ya que para algunas personas tener una buena salud significa no padecer ninguna enfermedad. En mi opinión, la salud es algo muy diferente y que se ajusta a la declaración por parte de la Organización Mundial de la Salud sobre lo que verdaderamente implica estar sano. Según la OMS, la salud no es sólo la ausencia de enfermedad, sino también el bienestar físico, psicológico, emocional y social de la persona. Creo que la gestión empresarial no puede estar ni más sana, ni más enferma que las personas que la están aplicando. Cuando las personas que aplican la gestión están equilibradas, tratan con respeto a los demás y les ayudan a sentirse ilusionados y comprometidos con los proyectos en los que participan. A medida que la separación del punto de equilibrio se acentúa, vemos menos a las personas como personas y mucho más como medios para conseguir los resultados que queremos.

En tiempos de incertidumbre surgen tensiones. ¿Qué le recomendaría a los directivos para gestionarlas?

La misión del directivo, por una parte es la de ayudar a las personas a que generen una actitud de aceptación y de celebración ante la oportunidad de crecer y evolucionar que la incertidumbre representa, y por otra, acompañar en este proceso donde todos nos sentimos especialmente vulnerables. Este acompañamiento tiene dos dimensiones: mostrar continuamente que se confía en la persona y en su capacidad para adaptarse, y ser especialmente comprensivo con los errores facilitando a quien los ha cometido, sacar el aprendizaje necesario, sin llegar a hundirse en la culpa o en la vergüenza.

¿En qué consiste el entrenamiento de la mente?

La mente es una red de información excepcionalmente compleja que ha de servir de instrumento a la consciencia. El entrenamiento de la mente consiste en ser conscientes de cuando nuestras decisiones se están basando en suposiciones, de cuando estamos emitiendo juicios sin haber hecho una mínima exploración y de cómo nuestras evaluaciones están creando nuestras experiencias. El entrenamiento mental también consiste en aprender a parar los pensamientos automáticos que irrumpen sin nuestro permiso en nuestra consciencia y nublan nuestra capacidad de ver lo que hay ante nuestros ojos. Entrenar la mente también es buscar periodos de silencio y reflexión para penetrar en nuestro interior y observar las cosas desde una perspectiva más profunda.

¿Podemos modificar nuestros hábitos de pensamiento?

Sí podemos, siempre que tengamos un verdadero compromiso y una marcada determinación que nos haga inasequibles al desaliento. El precio de la libertad en el pensamiento es la eterna vigilancia para descubrir cuándo se están infiltrando sutilmente esos hábitos que han estado presentes tantos años de nuestra vida.

¿Cómo se puede contagiar la motivación en una organización?

Hay dos formas de motivación, la extrínseca o incentivación y la intrínseca. Las personas tenemos nuestras ilusiones, sueños, preocupaciones y luchas internas. Encontrar un sentido en lo que hacemos y movernos en la dirección que nos apasiona, abre la creatividad, la inteligencia y la capacidad de aprender. Las personas acabamos dominando aquello que de verdad amamos. Toda persona que tenga a cargo equipos puede desarrollar esta sensibilidad de saber qué es lo que de verdad valora su gente y tenerlo en cuenta a la hora de encargarles proyectos. Por otro lado, la motivación extrínseca, es importante para que la gente sepa que se valora su trabajo, sin embargo, no beneficia la creatividad porque lo único que potencia es la rapidez con la que se hacen los trabajos conocidos.

¿De qué trata la Psiconeuroinmunobiología y cómo podemos trasladarla al mundo de la empresa?

La Psiconeuroinmunología es la ciencia que nos explica como los procesos mentales están conectados con el cuerpo y especialmente con el sistema de defensa de éste, a través de nuestro cerebro. Nuestra forma de pensar afecta al funcionamiento de nuestro cerebro y potencia o inhibe al sistema inmunitario. Las personas que no paran de tener pensamientos negativos, que les llenan de sensación de culpa, vergüenza, impotencia o desesperanza, experimentan con frecuencia una reducción en su capacidad de hacer frente a los virus, las bacterias y los tumores. Trasladada la Psiconeuroinmunología a una organización, podríamos decir que el estado de ánimo que existe en una empresa, afecta a la manera en la que las personas despliegan sus recursos y esto tiene un impacto en cómo hacen frente a los problemas y a las dificultades.

¿Es posible aumentar la confianza en nosotros mismos?

Sí es posible y en un grado sorprendentemente alto. La clave para desarrollar confianza es desarrollar la motivación interna, el entusiasmo, la pasión por algo. Sócrates, el maestro de Platón ya lo dijo: “No hay nadie que no pueda convertirse en héroe por amor”.

¿Cómo podemos desarrollar nuestro potencial creativo?

El potencial creativo es un atributo natural del ser humano, lo que ocurre es que muchas veces está más en potencia que en acto. El potencial creativo es como la encina que está contenida dentro de la bellota.

La creatividad se desarrolla haciendo estas cosas:

1) Estudiando, analizando y reflexionando sobre el asunto de nuestro interés.
2) Apasionándonos por eso que estudiamos. La creatividad se activa con la motivación interna, es hija de la pasión.
3) Desarrollando una mente más dada a explorar que a juzgar, una mente abierta, que no se aferre a reglas establecidas, una mente humilde que no dé todo por sabido. Sócrates decía “sólo sé que no sé nada y aún así sé más que aquellos que ni siquiera saben esto”. Resulta increíblemente inspirador que uno de los hombres más sabios que han existido en toda la historia de la humanidad, estuviera tan abierto al aprendizaje.
4) Transformando nuestra actitud frente al error. Los errores son sencillamente intentos insuficientes para lograr algo. Si permitimos que la culpa o la vergüenza nos anulen cuando cometemos un error, jamás podremos aprender de ellos. El error nos enseña si le dejamos que nos enseñe.
5) Aguantando la tensión que se produce dentro de nosotros cuando nos sentimos incapaces de resolver un problema. Esta tensión mantenida es lo que abre la puerta de la creatividad.
6) Creando entornos donde la gente se sienta valiosa, no amenazada y comprenda que su contribución es importante.

Háblenos de los beneficios ocultos que en las situaciones adversas no somos capaces de ver…

El que una situación sea aparentemente adversa no quiere decir que sea negativa. Es el factor tiempo, el transcurrir de los años, el que nos dirá si aquello que nos pasó y que tanto nos afectó fue en realidad algo de lo que ahora nos alegramos. Hay sin embargo situaciones muy difíciles, como son las pérdidas de seres queridos, que cuesta mucho asimilar y pueden ser necesarios años para pasar el proceso de duelo. A pesar de ello, muchas veces son esa pérdidas las que nos han ayudado a comprender cosas esenciales sobre la vida, tales como que las personas que ya no viven físicamente, si perviven en nuestro recuerdo y esta pervivencia nos ayuda a ser mejores personas.

¿Es posible transformar nuestro diálogo interior? ¿Cómo?

Es completamente posible, ahora bien, precisa de una gran resolución, evitar juzgarse y culparse ante los errores cometidos, y recuperar la libertad de elegir quién quiero ser en cada momento. Tras superarse a si mismo una y otra vez y seguir adelante a pesar de las caídas, el ser humano transforma su diálogo interior disfuncional por un diálogo mucho más saludable.

¿Alguna recomendación para convertirnos en mejores profesionales?

Convertirnos en personas más auténticas, más humildes, más integras, más respetuosas, más amables, más valientes y más generosas. El camino a la felicidad es el cultivo de las virtudes, del ethos del que hablaban los filósofos griegos, del carácter que forja un destino. Si somos mejores, más justos como personas, estoy convencido de que también seremos mucho mejores profesionales.

En su opinión, ¿está tomando el liderazgo la dirección correcta?

Liderar es inspirar, es entusiasmar ante lo que se puede lograr. Liderar es transmitir confianza en nuestras capacidades y recursos para salir adelante ante la dificultad. Liderar es servir para crear un mundo con un mayor nivel de concordia y con más justicia. Liderar es amar a las personas y considerar que su felicidad es algo que nos atañe. Liderar es dejar al propio ego fuera de la ecuación. Observemos a aquellos que se llaman a sí mismos líderes y veamos si sus obras se ajustan a sus palabras.

Fuente: hsmglobal.com

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