miércoles, agosto 18, 2010

Sin temor a equivocarse

Jack Welch, quien fuera CEO de General Electric desde los años 60 hasta los 80 y protagonista del mayor crecimiento de la compañía en toda su historia, fue el encargado de cerrar ExpoManagement 2010.

“A mi llegada a General Electric me di cuenta de lo mal que se evalúa a la gente”, señaló Jack Welch al iniciar su disertación. Ante un concurridísimo auditorio, el CEO más famoso del mundo se presentó acompañado por Suzy Welch, su esposa, colaboradora y coautora de Winning.

Al disponerse a describir cómo debería ser en la actualidad un buen líder, dijo que “hay mucho líder rodeado de tontos”. Explicó que, a su criterio, las características del líder seguían siendo las mismas de cuando asumió el mando de General Electric en 1960. Una regla básica es “saber siempre lo que está pasando e informar de ello”, buscando que los trabajadores tengan “toneladas de datos” y que, sobre todo, sepan exactamente qué hacer con ellos.

La información y la transparencia en la toma de decisiones son los puntos clave: “un líder que no informa, no es un líder”. No obstante, incluso un directivo que posea las características señaladas podría no llegar a desarrollar todo su potencial de líder si no está rodeado del equipo adecuado.

“Hay gente mezquina que no quiere el bien ajeno, que impide el desarrollo de las personas y que; en definitiva, no posee el gen de la generosidad”, dijo más adelante. Para evitar a estos individuos, recomendó aplicar sistemas de evaluación que operen como filtros entre los trabajadores capaces y los vagos, que constituyen “un gran peligro para las empresas”.

“Las empresas con las que trabajo despiden al 10, el 20 o el 30 por ciento de la plantilla”, admitió Jack Welch. Uno de los hitos de su gestión en General Electric fue la reducción de la plantilla de 412.000 trabajadores a 217.000, en poco más de cinco años, un hecho que le dio fama de líder excesivamente riguroso y frío. Sin embargo, durante la conferencia afirmó que son precisamente los despidos los momentos más difíciles: “Cuando se despide a alguien es fácil decirlo pero no hacerlo. Tú le has contratado, y por lo tanto es tu responsabilidad hacer que llegue al siguiente trabajo con buena cara.”

Welch destacó la importancia de probar y fracasar: “Si quieres que la gente se arriesgue, no puedes tener miedo de cometer errores. Debes premiar a los empleados que se arriesgan.” Como para demostrarlo, reconoció haber causado él mismo la explosión de una fábrica en un alarde temerario. “Si yo, que soy el presidente, puedo cometer errores de ese calibre y sobrevivir, imaginaos lo que podéis hacer vosotros.”

Welch dijo no tener motivos para quejarse de su vida y aseguró haber disfrutado de cada minuto de ella. “Fui a una universidad de 50 dólares el semestre y 20 años después estaba en una empresa grandiosa”, resumió este líder que, según su propia definición, nunca abandonó sus esfuerzos por ser más generoso y más sabio.

Para leer más haz click aquí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario