jueves, julio 15, 2010

No estamos preparados para manejar lo imprevisible, que cada vez ocurre con mayor frecuencia

En esta entrada, el Ph. D. Rubén Roberto Rico - Director de Total Quality Consulting Group y Presidente Internacional de SLADE, nos propone un valioso aporte para reflexionar a la luz de los últimos hechos inesperados que impactaron y conmocionaron al mundo, como los que seguidamente se enuncian:

El colapso de los bancos islandeses que eran considerados modelos para el mundo financiero.
Los países deficitarios como EE:UU, España, Grecia, Portugal, Reino Unido, Irlanda, Islandia, Dubai y Australia.
La deuda que tiene Grecia de unos 300 mil millones de euros, cuya cifra es mayor a la de su propio PBI.
La importante crisis financiera en la zona del euro, que hizo caer la cotización del euro, en forma considerable.
El volcán Eyjafjallajokull, que genero caos a escala masiva cancelándose más de 90.000 vuelos, desconociéndose en cuanto tiempo más se convertirá en una nueva amenaza.
El desastre provocado por el derrame de petróleo en el Golfo de México, tras la explosión de la plataforma petrolera Deepwater Horizon.

Pero también, existen otros hechos que no son inesperados, sobre los cuales no se posee planeamientos de contingencias, pero que se pueden volver incontrolables. Como ejemplo podemos citar que gran parte de suministro de energía de Europa es suministrada actualmente por Rusia ¿es sostenible en el tiempo? ¿y si no es así?..El Tsunami que aconteció en el Pacífico en 2004, si hubiera sido esperado no hubiera causado los daños que causó. No solo actuamos creyendo que aplicamos la capacidad suficiente para predecir los hechos o bien, lo que es peor, como si pudiéramos cambiar el curso de la historia.

Todo ello muestra claramente varias cosas, lo primero es que creemos que sabemos más de lo que realmente sabemos, el segundo aspecto es que lo que no sabemos resulta más importante que lo que sabemos, tercero no aprendemos que no aprendemos, ayudados también por nuestra mente que aprende principalmente de hechos, no de meta reglas ni de lo abstracto que no valoramos para nada y por último consumimos mucho tiempo en lo irrelevante. Lo habitual, lo normal es irrelevante.

Lo que acontece, es que según lo aprendido creemos que todos los cisnes que existen como afirma Nassim Taleb en su libro El Cisne Negro son blancos porque todos los que se conocían eran blancos pero en verdad existen cisnes negros y la realidad es que no estamos preparados para manejar lo imprevisible que existe y cada vez con mayor frecuencia.

Los cisnes negros son sucesos que denotan fragilidad de los sistemas y de las organizaciones, que principalmente por carecer de preparación resultan inesperados y sobre los cuales no se elaboraron planes de contingencia o previsión

Los cisnes negros se caracterizan por:

1- Ser una rareza.
2- No obstante su condición de rareza, los humanos inventamos explicaciones de su existencia después del hecho, para hacerlo predecible.
3- Generan un tremendo impacto.
4- Su lógica hace que lo que no sabemos, se convierte en más importante que lo que sabemos.

Y no solos nosotros, sino casi todos los científicos sociales aplicaron su falsa creencia de que sus herramientas podían medir lo incierto.

Tenemos que cambiar muchas creencias y hábitos de pensamiento y comportamiento, dado que el mundo debe estar dominado como contrariamente se cree no por lo repetido, conocido e irrelevante; sino por lo desconocido, lo extremo que es necesario para comprender un fenómeno y lo muy improbable. Si nos centramos en lo normal despreciamos lo extraordinario.

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