viernes, octubre 01, 2021

El Liderazgo Informal tiene un Coste

Chia – Yen Chiu, Jennifer D. Nahrgang, Ashlea Bartram, Jim Wang y Paul Tesluk en hbr.org del pasado 27 de septiembre plantean que adoptar un enfoque de liderazgo informal en un equipo o un proyecto puede parecer una buena forma de apoyar tanto a los empleados como al equipo completo al fomentar al talento prometedor a asumir responsabilidades informales de liderazgo, pero investigaciones recientes sugieren que puede tener un coste en la satisfacción en el trabajo de esos líderes informales y en sus niveles de energía.

Liderar un proyecto o un equipo puede ofrecer a los futuros líderes una experiencia valiosa y prepararles para roles directivos, al tiempo que añade valor a la organización. Pero aunque sirva para que los elegidos se sientan más valorados y que se les apoya en su crecimiento las investigaciones de los autores sugieren la posible aparición de los efectos negativos mencionados más arriba.

El apoyo de los líderes formales tiene un gran impacto en el grado en el que las tareas de liderazgo informal conducen a niveles de energía reducidos, así como la microgestión que puede resultar muy negativa ya que un determinado nivel de autonomía es necesario para ayudar a las personas a desarrollarse.

Existen distintas formas en las que los directivos y organizaciones pueden apoyar a sus líderes informales para limitar el impacto negativo de estas responsabilidades adicionales en el nivel de energía y de satisfacción en el trabajo para los que los asumen. Entre ellas tenemos:

1.- Ser coaches de liderazgo

Los líderes formales deben ayudar a los informales para que sepan cómo comunicarse adecuadamente con los compañeros y clientes, facilitar recomendaciones en relación con decisiones clave y encontrar maneras de reducir la carga de trabajo del líder informal en otras áreas para dejarles más tiempo para centrarse en su nuevas tareas de liderazgo.

Deben ofrecer, también, feedback sincero y ajustado en el tiempo para mejorar sus habilidades de liderazgo y evitar que repitan sus errores.

2.- Comunicar sus expectativas y confiar en que los líderes informales las asuman

Uno de los retos a los que se enfrentan los líderes informales es que se les pide que dirijan a sus compañeros sin tener una autoridad real sobre ellos. Con frecuencia, como resultado, pueden sentirse desconectados tanto de sus compañeros como de sus líderes formales, con lo que ejercer el liderazgo les resulta aún más agotador. Para evitar esto los líderes formales deben comunicar claramente sus expectativas a todo el equipo, definiendo exactamente cuáles son las áreas que van a estar bajo la responsabilidad del líder informal y cuáles se van a quedar bajo el mando del líder formal. De esta forma se transmite la confianza que se tiene en el líder informal y que no se van a contradecir las decisiones de éste ni se va a tomar el mando de los proyectos que lidere.

3.- Generar una fuente de líderes informales en el equipo

Por definición las responsabilidades de liderazgo informal suelen ser temporales ya que muchos de los que las asumen eventualmente decidirán que el liderazgo no es  lo suyo o pasarán a ejercer roles de liderazgo formales. Por tanto es fundamental que los directivos potencien la existencia de múltiples líderes informales, en lugar de apoyarse exclusivamente en uno o dos miembros del equipo de manera indefinida. Generar una fuente de líderes informales no solo reduce el peso en un solo líder informal sino que asegura que el equipo sigue teniendo éxitos si los líderes informales son promocionados a otros roles o deciden abandonar estas responsabilidades.

Los líderes informales también pueden potenciar su propio bienestar y hacer lo que puedan para evitar que sus nuevas responsabilidades les influyan negativamente. Específicamente pueden utilizar dos estrategias que les pueden ayudar:

a).- Mantenerse conscientes de cuáles son sus niveles de energía. Es normal sentirse emocionados cuando el jefe nos pide que asumamos nuevas responsabilidades, pero debemos entender que éstas también pueden ser agotadoras por lo que debemos vigilar nuestros niveles de energía para evitar caer en el burnout.

b).- Proteger nuestra energía proactivamente. No hay que esperar a que nos sintamos quemados para empezar a proteger nuestro estado mental y energía. Prácticas tales como el dar pequeños paseos diariamente y dedicar tiempo para nuestra correcta alimentación y para estar con la familia y amigos son imprescindibles. No debemos, asimismo, temer pedir ayuda cuando lo necesitemos ya sea de nuestro jefe, compañeros, amigos o profesional de salud mental.

Isabel Carrasco


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