sábado, julio 17, 2021

Ideas se buscan. Las consecuencias del confinamiento en la innovación

La pandemia puso en jaque la premisa de que la creatividad nace de la interacción física de los miembros de un equipo

Las oficinas de Google se caracterizan por la búsqueda de espacios más lúdicos en los que los empleados pueden interactuar de manera de favorecer la innovación y la creatividad.  STUART ISETT - NYTNS

Cuando se visitan las oficinas de Google en Londres uno puede ir preparado a encontrarse con sala de juegos, oficinas divertidas, alguna PlayStation. Pero lo que más sorprende el nivel de infraestructura, con un taller con impresoras 3D “para uso personal de los empleados de Google”, o un jardín tropical con mil variantes de cafés y máquinas Nespresso. En la compañía explican que esos lugares facilitan el encuentro y permiten que la creatividad fluyera.

Antes de la pandemia, las mudanzas de oficina involucraban a los empleados para lograr saber sus opiniones sobre qué tipo de lugar querían para trabajar. “Nuestra idea al mudarnos –explica un ejecutivo de una empresa de tecnología– es que los empleados participaran en el armado del espacio físico para que se sintieran más cómodos. Pero más importante aún, exploramos el espacio físico para que interactúen, que salgan de los silos y que fluya la creatividad”.

ACEPTAR EL ERROR, VER LAS LIMITACIONES Y OTRAS CLAVES PARA LA CREATIVIDAD

Mucho se ha escrito sobre la importancia del espacio físico para generar proyectos creativos y que la gente logre desatar sus ideas. Un artículo de Harvard Business Review, previo a la pandemia, destacaba la importancia de las oficinas que “maximizan la posibilidad de encuentros con otras personas”. El mismo artículo señala que “las ideas más creativas no van a aparecer sentados frente al monitor” y que “los diseños de oficinas están realizados para generar no solamente colaboración, sino la innovación que proviene cuando la gente se choca en los pasillos y en la cafetería”.

Entonces, ¿la pandemia derribó todas las teorías preexistentes sobre la creatividad?. ¿O la creatividad sin interacción física se muere?

Nano Kigel, experto y docente de innovación y creatividad en la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), considera dos niveles de impacto: el individual y el grupal. “A nivel individual estamos atados a una rutina más acotada que nos disminuye la exposición a experiencias nuevas y por tanto a nueva información para crear nuevas ideas. Nuestra inspiración se ve fuertemente limitada por el encierro y la rutina. Además, el proceso creativo requiere un estado de flow previo, algo muy difícil de conseguir cuando nos encontramos envueltos en un contexto de angustia permanente. A nivel de equipo, la falta de presencialidad, dificulta el intercambio de ideas y la cocreación. Hemos perdido espacios de dispersión, conversaciones casuales y debates filosóficos espontáneos. Adicionalmente lo que antes se podía documentar de forma visual en la pared de la oficina con un par de post-it, ahora se ha vuelto un link a una pizarra virtual que se transforma en una nueva pestaña a tu ya explotado explorador”.

Sebastián Campanario: "La virtualidad es un problema de entrada para la creatividad, porque las ideas surgen cuando hay confianza interpersonal para mostrarse vulnerable y animarse a meter la pata". LA NACION

Sebastián Campanario es economista y periodista especializado en innovación. En sus libros Ideas en la ducha Modo esponja se focaliza en la creatividad personal y organizacional. Él considera que “la virtualidad es un problema de entrada para la creatividad, porque las ideas surgen cuando hay confianza interpersonal para mostrarse vulnerable y animarse a meter la pata. Esto es más difícil de lograr por Zoom que en persona. Pero hay una ventaja, que se podría llamar ‘el bielsismo de la colaboración creativa’, y es el hecho de que ahora tenemos millones de horas de reuniones filmadas en equipos para analizar y buscar la mejor dinámica en innovación para cada grupo”.

Cuestión de incentivos

Las disrupciones de contexto pueden ser un incentivo a la innovación. Así lo hizo, durante la pandemia de la gripe española en 1918, Dixie Cups. Básicamente, la firma creó algo que hoy es común en todos lados: los vasitos de papel. Hasta ese momento los vasos de vidrio o metal eran lo común, y Dixie Cups propuso un vaso diferente, descartable, que evitaba los contagios ya que se usaba una sola vez. Una innovación que salvaba vidas.

Pensemos hoy, con la pandemia producto del Covid-19. La adopción tecnológica fue instantánea. Los códigos QR, por ejemplo, reemplazaron los menús en los restaurantes y, si hablamos en esa industria en particular, la gastronomía se reconvirtió en servir comida en el salón a modificar y simplificar procesos para hacer delivery. Una cuestión de supervivencia.

Respecto a este tema, Campanario asevera que “no se trata de ‘pensar fuera de la caja’, sino ‘hacia arriba de la caja’, porque las paredes siguen existiendo. La pandemia y sus múltiples complejidades son, de alguna forma, una gigantesca limitación para el planeta. Y ese es un campo fértil para los ‘momentos Eureka’”. Las vacunas se crearon en diez veces menos tiempo que en el pasado, y en algunos casos con tecnología completamente disruptiva como el ARN mensajero.

Puertas adentro

Las empresas argentinas tuvieron que cambiar formas de trabajo y paradigmas en 24 horas. ¿Cómo hicieron? ¿Qué impacto tuvieron la creatividad y la innovación.

Marcos Jofre (Trivento): "La pandemia me cambió la manera de ver la innovación. Siempre creí en la innovación como una gran bala de cañón que atravesaba la empresa con una idea disruptiva y, a raíz de eso, cambiaba todo. Sin embargo, la crisis por el Covid-19 no fue como una bala, si no como perdigones que pegaron en toda la organización" gentileza

Marcos Jofré es CEO de la bodega Trivento. La creatividad, de acuerdo a Jofré, es clave para el negocio, pero sufrió una transformación pospandemia: “La pandemia me cambió la manera de ver la innovación. Siempre creí en la innovación como una gran bala de cañón que atravesaba la empresa con una idea disruptiva y, a raíz de eso, cambiaba todo. Sin embargo, la crisis por el Covid-19 no fue como una bala, si no como perdigones que pegaron en toda la organización. Sucedió que, debido a lo rápido que empezaron a cambiar las cosas, cada área se vio forzada a adaptarse a las nuevas realidades y no había tiempo de estar consultando, pedir permisos o hacer pruebas escalables. La necesidad de adaptarnos rápidamente, liberó una energía creativa sin precedente en toda la organización”.

La pandemia cambió radicalmente la forma de trabajar en la bodega. Ya no había más enólogos y comerciales que viajaban a los destinos a mostrar y degustar los vinos. Las visitas a las bodegas cerraron de un día para otro. Los vendedores no podían salir a vender y las vinotecas y restaurantes cerraron. Pero el cambio de actitud y la impronta creativa generaron un espíritu de superar la adversidad. “Nuestra página de venta de vinos online creció de manera exponencial y nos mostró que había zonas del país no exploradas que no atendíamos. Un fenómeno que se esparció por toda la compañía es el uso de Power BI para hacer informes al celular y obtener los datos online. En el área agrícola desarrollamos una aplicación para hacer el seguimiento de los viñedos con fotos y comentarios”. Al año de la pandemia el resultado fue transformador. “Pasamos a ser una de las diez marcas de vinos más vendidas en el Reino Unido. Esto fue gracias a que apareció un valor muy importante y es el espíritu emprendedor y, con aquellos que eran más creativos, se generaron verdaderos cambios de paradigma, de manera de hacer las cosas”.

Entonces, cuál es la actitud y comportamiento que debemos tener para impulsar la creatividad durante la pandemia?

Kevin Cashman, consultor de Korn Ferry y autor de The Pause Principle, reporta que, de acuerdo a su investigación con ejecutivos, las mejores ideas aparecen cuando se realiza ejercicio o en la ducha. Cortar con la actividad rutinaria también puede impulsar la creatividad. Es fácil para el cerebro desarrollar una visión de túnel cuando uno está tapado de trabajo. Hay momentos donde la mente necesita liberarse y fluir. Cashman sugiere que los líderes no solo tienen que actuar muy rápido producto de la incertidumbre; también deben generar pausas más profundas.

¿Cómo lograrlo? Para Kigel, de la Di Tella, “la creatividad requiere de un estado de flow y, para alcanzarlo, debemos minimizar las amenazas del entorno. La pandemia ha exacerbado nuestros miedos y temores en casi todos los aspectos de la vida, haciendo que sea aún más relevante generar espacios seguros de creación en nuestros trabajos. Estos espacios deben permitir que cada uno de los colaboradores pueda mostrarse vulnerable y explorar nuevos caminos”, explica.

Cuando todo cambia tan rápido, la creatividad se vuelve una habilidad clave. Pero, como muchas cosas que sucedieron en la pandemia, las prácticas se han transformado y, en algunos casos, radicalmente. Hoy seguimos hablando de creatividad, pero cuidado, el foco ahora, es distinto.

Andrés Hatum

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