sábado, julio 11, 2020

El nuevo modelo educativo debe ir de la mano de la transformación digital


El Club Excelencia en Gestión ha organizado la mesa redonda virtual “La transformación digital, clave del nuevo modelo educativo”. Una de las principales conclusiones que se han obtenido ha sido que la adaptación de los centros formativos al nuevo entorno digital es indispensable en ese nuevo modelo educativo, pero no única, ya que para garantizar su éxito la transformación del sector debe ser mucho más profunda.

Algo en lo que han estado de acuerdo todos sus ponentes: Óscar Codón, director general 
de la Fundación Altran para la Innovación; María Teresa Ramos, directora general de Grupo Sorolla Educación; Manuel Portero, CEO de Trilema & EIM Consultores; y Miguel Ángel Suvires, director del Área de Educación de la Universidad Internacional de Valencia. En el evento también ha estado presente Ignacio Babé, secretario general y CEO del Club Excelencia en Gestión.

“En estos momentos, cualquier transformación tiene que abordarse desde una triple perspectiva: cultural, digital y del modelo de negocio. Si la enfocamos hacia el mundo de la educación, esos tres puntos deberían estar vinculados no sólo adecuando el uso de tecnologías disponibles. También hay que perpetuar un ecosistema de calidad, en el que participen padres, alumnos, docentes, autoridades escolares y personal de apoyo en una comunidad, y en el que los profesores sean profesionales respetados y con una carrera atractiva”, ha apuntado Babé durante su intervención.



Un momento adecuado pese a la crisis

Todos los ponentes han estado de acuerdo en afirmar que, a pesar de la dureza de la crisis, el momento actual es idóneo para abordar una reforma educativa que tenga en cuenta aspectos técnicos y sociales y que encauce a los alumnos hacia carreras profesionales científicas y tecnológicas.

“No se trata sólo de mejorar las competencias digitales, no es suficiente para conseguir buenos resultados. Se debe apostar también por un aprendizaje vivencial”, ha comentado Manuel Portero. Desde su punto de vista, las nuevas tecnologías son un buen instrumento para favorecer la personalización de la educación. “Para adecuar itinerarios distintos según las necesidades del alumno, y no el café para todos que tenemos ahora”.

Suvires, representante de la educación superior en la mesa de debate, ha afirmado que los centros deben prepararse cuanto antes “porque nos encontramos en un entorno VUCA lleno de incertidumbre en el que no sabemos qué puede ocurrir. Hemos de aprovechar esta crisis para obligarnos a digitalizarnos pero también para definir el camino hacia el que queremos ir”.

La mayoría de los participantes han reconocido a Grupo Sorolla Educación como una de las empresas educativas que mejor han sabido reaccionar a la situación insólita generada por la pandemia. Su directora general ha reconocido que ha sido así gracias a sus planes estratégicos previos que así lo contemplaban. “No es bueno improvisar, lo mejor es hacer planes a tres o cuatro años y tener un propósito claro, pero también establecer marcos de trabajo flexibles, adaptables a cualquier situación”.

Y en esas estrategias han de contemplarse fórmulas que cierren la llamada brecha digital que entorpece la formación virtual en las familias económicamente vulnerables. “Para ello es importante que hilemos proyectos de colaboración público-privada, que también pueden servir para reforzar la formación del profesorado en nuevas competencias digitales y en fórmulas educativas que ayuden a reorientar el trabajo con el alumnado”, ha apuntado Óscar Codón.

Como conclusión, los ponentes han apoyado la teoría del que el nuevo modelo educativo debe estar apoyado en cuatro pilares:

  • Focalizar la materia para darle al alumnado una cultura amplia y unos conocimientos profundos en pocas materias, encauzando sus enseñanzas hacia carreras que aumenten sus oportunidades laborales en el futuro. Y asumir que la formación no es un proceso limitado en el tiempo, sino que se desarrolla a lo largo de toda la vida de cada persona.
  • Ofrecer herramientas para que los estudiantes logren una cualificación profesional, pero también para hacer frente a muchas situaciones a las que se van a encontrar en la vida a través del desarrollo de competencias y del trabajo en equipo.
  • Aprender a vivir juntos desarrollando valores de respeto, amor, comprensión, paz, diversidad e integración.
  • Enseñar a ser un individuo para obrar con autonomía, juicio propio y responsabilidad personal, valorando las posibilidades de cada uno: memoria, razonamiento, sentido estético, capacidades físicas, aptitudes para comunicar, etc.


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