sábado, julio 07, 2018

El perfil tradicional del líder se está extinguiendo en las empresas



Los espacios de trabajo están evolucionando hacia una mayor autonomía de sus profesionales. La tecnología está generando que determinados procesos de automaticen, liberando así de mucha carga de trabajo, a los empleados. Asimismo, en materia de liderazgo, está surgiendo en las organizaciones un nuevo estilo de dirección que fomenta el reparto equitativo de tareas o la integración de personas en diversas posiciones en la toma de decisiones, a partir de la incorporación de las nuevas generaciones a los espacios de trabajo.

Según un artículo  publicado en Gallup, el lugar de trabajo de hoy se define por dos elementos clave: una mayor flexibilidad laboral, donde los empleados ganan libertad para moverse a diferentes áreas para hacer su trabajo y deciden cuándo trabajan; y cada vez más oportunidades para teletrabajar, ya que -según el artículo- el 43% de los empleados trabajan fuera de la oficina en alguna ocasión.

Con la llegada de las nuevas generaciones de trabajadores, las demandas hacia un cambio en el estilo de liderazgo está dando como resultado que se mejore, entre otras cosas, la proximidad del talento con sus managers y, por tanto, la capacidad de la organización para fidelizar a sus profesionales. Y es que la comunicación es uno de los principales ingredientes del entendimiento entre personas y, por ende, el elemento clave que permite reducir los malos entendidos y aumentar el buen ambiente de trabajo, lo cual es a menudo destacado por muchos jóvenes hoy en día como un factor importante a la hora de elegir empresa y permanecer en ella.

Pero no sólo la mejora o construcción de un entorno ‘amigable’ para los empleados está siendo objetivo en dicha transformación. Los espacios de trabajo también están incluyendo una gestión cada vez más basados en proyectos. El motivo es que, por un lado, son varios los expertos que vaticinan un incremento de los trabadores freelance en el futuro, como una parte importante de la fuerza de trabajo, y por otro, dada la atracción que cumplir con un trabajo significativo tiene para los profesionales en la actualidad, más allá de otras cuestiones tradicionales de peso como un buen salario o la promesa de acceso a un puesto de responsabilidad.

Sin embargo, la gestión por proyectos requiere de un incremento de la agilidad operativa, al tiempo que implica ofrecer un mayor poder de decisión a los equipos de trabajo. Esto, a su vez, demanda que la figura del líder se diversifique al margen de la posición que cada profesional ocupe dentro de las organizaciones. De éste modo, cada trabajador asume una parte de la responsabilidad en un trabajo común y, además, adquieren una visión más amplia del mismo.

En ésta línea, el artículo  de Gallup destaca: “Las organizaciones buscan empleados que puedan tomar decisiones de forma independiente y con confianza, que sepan resolver problemas con diversos grupos de trabajo y sean capaces de administrar su propio tiempo, proyectos, relaciones laborales y trayectoria profesional por sí mismos”. “Implícita o explícitamente, las empresas a menudo esperan que los empleados sean ‘su propio jefe’ y hagan por sí mismos, lo que antes se consideraba una labor propia de la gestión de la empresa", añade.

Algunos de los beneficios que derivan de la introducción de éste tipo de cambios dentro de los espacios de trabajo son, según Gallup, “un mayor rendimiento y compromiso, así como una mayor sensibilidad al fracaso cuando las personas tienen más independencia en el trabajo”, aunque también matiza: “los trabajadores seguirán necesitando el apoyo de los gerentes o managers en situaciones difíciles”. “Incluso para los trabajadores flexibles o temporales, la relación personal que establecen con su supervisor es la más significativa que tienen con su organización”, añade.

Frente a ello, las prácticas de gestión tradicionales ya no funcionan y urge aplicar nuevas reglas en base a, por ejemplo, las nuevas expectativas de los trabajadores. Al respecto, Gallup revela que el aislamiento al que están sometidos muchos trabajadores hace que su rendimiento caiga un 21%, por ello, “no se puede administrar la fuerza de trabajo moderna utilizando métodos de gestión tradicionales”. En ésta línea, el artículo concluye que, el gerente debe “ser un coach, capaz de incrementar la responsabilidad que asumen los empleados, mientras fomenta el desarrollo y el crecimiento profesional” a través de un diálogo y evaluación de su bienestar laboral constante.

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