sábado, junio 30, 2018

Claves para Gestionar las Lágrimas en el Trabajo



Jeneva Patterson en hbr.org del pasado 19 de junio plantea la necesidad de eliminar el estigma negativo que tiene el llanto en el trabajo, para lo cual los líderes deben considerarlo como un fenómeno natural.

Los humanos producimos lágrimas por diversas razones. Tom Lutz en su libro “Crying: a natural and cultural history of tears” explica que existen las lágrimas producidas como reflejo para eliminar irritantes, las que ayudan a humedecer la córnea y evitan que se reseque y las que son fruto de estados emocionales, tanto positivos como negativos. Según la Sociedad Alemana de Oftalmología como media una mujer llora por razones emocionales entre 30 y 64 veces al año, mientras que los hombres lo hacen sólo entre 6 y 17 veces en el mismo periodo. Durante un episodio de llanto los hombres lloran entre 2 y 4 minutos, mientras que las mujeres lo hacen durante aproximadamente 6 minutos. El llanto se transforma en sollozo en el 65% de los casos si se trata de mujeres y sólo en un 6% si es un hombre el que llora.

Según estos datos es evidente que las mujeres lloran más en el trabajo que los hombres. La mayor parte de las culturas organizativas creadas y dirigidas por hombres no aceptan bien el llanto y reaccionan ante él desprestigiando al que lo manifiesta, especialmente si es una mujer en un puesto directivo. En el caso de los hombres existe una mayor tolerancia y no se interpreta como un acto de debilidad normalmente sino que puede ser aplaudido.

La cultura de una organización suele establecerse, normalizarse y reforzarse por sus líderes. Éstos son más eficaces cuando muestran vulnerabilidad y reconocen sus errores. Si los líderes son responsables de crear una cultura más inclusiva deben procurar que más mujeres accedan a posiciones de alto nivel y como el llanto es una parte natural de la biología de la mujer deben adoptar una nueva actitud respecto al llanto, Independientemente del género los líderes tienen que ser entrenados para saber cómo normalizar el llanto como una forma natural de expresión emocional. El mensaje que deben transmitir es el de que nadie va a perder credibilidad ni a ser considerado menos competente por llorar.

La autora recomienda que si lloramos en el trabajo:

1.- Reconozcamos y asumamos nuestras lágrimas sin sentirnos avergonzados. Respiremos y digamos algo del tipo: “Como podéis ver tengo unas emociones muy fuertes sobre este tema por lo mucho que valoro nuestro trabajo”.

2.- Nos riamos. Nada hace que todo el mundo se sienta más cómodo que unas risas compartidas. Si conseguimos reírnos a través de nuestras lágrimas podemos decir: “Podéis ver que me preocupo mucho por esto”.

Si empezamos a sollozar podemos excusarnos y abandonar la habitación, pero al regresar o la siguiente vez que nos encontremos con el grupo hablar del hecho con transparencia siguiendo las sugerencias de los puntos 1 y 2.

En el caso del líder si alguien de su equipo comienza a llorar puede emplear las siguientes estrategias:

a).- Reconocer abiertamente que el llanto es un proceso natural y que puede ser un comportamiento saludable. Para ello puede decir: “Evidentemente muchos de nosotros tenemos también unos sentimientos muy fuertes sobre el tema. Casi me entran ganas de llorar también”.

b).- Compartir una situación con los colaboradores en la que lloró en el trabajo. De esta forma transmite que ser vulnerable es correcto con lo que aumentan los niveles de confianza y seguridad en su equipo y concede el permiso implícito por si alguien necesita llorar en el futuro. No se tiene que esperar a que los demás empiecen a llorar para hacerlo.

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