viernes, noviembre 25, 2016

10 maneras de aumentar tu productividad


Todos los empleados disponen de la misma cantidad de tiempo al cabo del día, sin embargo, la diferencia que separa el éxito productivo del fracaso reside en la manera en que unos y otros gestionan ese tiempo. Pero ¿cómo pueden mejorar las personas su rendimiento laboral?

Aprender a cuáles son las acciones que podemos incorporar en nuestras rutinas de trabajo diarias y cómo, estas, repercuten en nuestro rendimiento laboral, en la cuestión específica de tiempos de trabajo, nos va a ayudar como profesionales a la hora de reflejar buenos índices productivos durante los procesos de evaluación de la empresa. Para ello, INC ha publicado en un artículo un decálogo con las 10 cosas que puedes hacer para mejorar la agilidad con la que desarrollas una tarea.

1.Destinar un tiempo a la preparación de las tareas programadas. La productividad no sólo afecta al desarrollo de una tarea. También se enfoca en todos aquellos procesos que buscan la mejora del rendimiento del tiempo disponible, y eso incluye dejar un espacio para la programación y definición de aquellas labores que son prioritarias con el fin de evitar pérdidas de tiempo o distracciones innecesarias.

2.Evitar las distracciones. La tecnología supone una ventaja a la hora de mejorar el rendimiento laboral ya que permite aligerar los procesos de producción, sin embargo, su uso también ha traído consigo una multitud de plataformas que, lejos de ayudar a rentabilizar nuestro tiempo, nos distraer. Esto se aplica principalmente al uso de las redes sociales y la navegación en Internet.

3.Flexibilizar las expectativas. Uno de los errores más comunes es considerar a la productividad como un proceso “estático”, sin importar las tareas a las que se enfoque, las dinámicas de trabajo empleadas y las circunstancias del entorno en el que lo desarrollamos. Estos procesos de mejora de productividad deben entenderse como el aprovechamiento del tiempo con técnicas y pautas variables, que no siempre funcionan igual en todos los empleados.

4.Si no se puede medir, no lo hagas. Si hay alguna cuestión que no se pueda evaluar es mejor apartarla, porque si no se puede medir, no se puede saber cómo mejorarla. Y este criterio no se refiere únicamente a elementos tangibles como dinero, datos o tiempo, sino también al background de una acción que posibilite observar y medir su evolución en la actualidad.

5.Compartir para reforzar. Compartir los avances, éxitos y resultados de un trabajo favorece a la retroalimentación positiva, que a su vez refuerza las actitudes productivas. Por ello, es importante que la retribución por parte de las empresas redunde en la comunicación de las buenas conductas y de los objetivos cumplidos.

6.Contrastar con otras personas. Estar abierto a las opiniones exteriores permite hacer una evaluación previa de las primeras impresiones de un trabajo al que hemos dedicado un determinado tiempo. Conocer cuáles son esas perspectivas y ver si encajan con las respuestas que buscábamos a la hora de desarrollar un proyecto o tarea, va a permitir reenfocar el proceso en caso de no coincida con nuestros objetivos.

7.Energía y sueño. Descansar bien, tomarse periodos de desconexión y tener hábitos de vida saludables son cuestiones que algunos estudios han situado como importantes a la hora de rentabilizar nuestro tiempo y dirigirlo hacia la productividad.

8.Música. Esta es una de esas variables que puede no ser efectiva para todo el mundo. Sin embargo, algunos expertos señalan que la música favorece la concentración o reactivación mental.

9.Desconexiones. En esta ocasión, la desconexión hace referencia a cómo empleamos el tiempo de descanso. Dormir, relajarse, hacer tareas que no estén relacionadas con el trabajo que estamos desarrollando e incluso hablar con los compañeros de temas relacionados con el ocio, los hobbies o deseos personales, durante 10 minutos, supone una buena forma de refrescar las ideas y que el cansancio o el estés no afecte a nuestra rutina laboral.

10.Crear una rutina. Tratar de aplicar estos hábitos en una rutina laboral favorecerá la consecución de nuestros objetivos y metas de una forma más efectiva que si no seguimos una línea constante.

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