domingo, noviembre 08, 2015

¿Qué tipo de empleado eres? ¿MI, ME, DI o DE?

Sí, ya los sé, clasificaciones de empleados hay muchas y han dado para escribir muchos libros.  Por eso  hoy no pretendo ni reinventar la rueda ni crear una nueva denominación, sólo posicionarme y, sobre todo, adoptar una terminología que sirva de referencia para futuros artículos.

Creo que en  la vida en general, y en la empresa en particular, si quieres predecir el comportamiento de una persona debes indagar en sus motivaciones.

En mi opinión hay dos tipos básicos de empleados: los motivados y los desmotivados. Y no parece que haga falta que os gastéis dinero en una llamada al futurólogo Sandro Rey para adivinar cuál de estos pienso que conviene tener a tu lado en el trabajo.

Sin embargo, como diría el capitán Nemo, no nos quedemos en la superficie. Hagamos un poco de inmersión, lo mismo nos llevamos una sorpresa.


Evidentemente  tener alguien motivado a tu lado siempre va a ayudar a sacar el trabajo adelante. Pero dentro de este grupo yo haría la siguiente distinción:

Motivados  Intrínsecamente (MI): Son aquellos que les gusta lo que hacen o el propósito de lo que hacen, en definitiva aquellos  que encuentran cualquier razón relacionada con sus propios valores que les anima cada día a hacer lo que hacen.  Disfrutan con su trabajo. Busca siempre entablar relaciones  “win-win”. Confían en que el trabajo bien hecho es el mejor camino hacía el éxito. Colaboran porque entienden que el trabajo en equipo es una inversión segura en pos de un bien común. Con ellos no funciona otro método de comunicación jerárquica que no sea la pura transparencia.  Suelen dar buen rendimiento a largo plazo. Confianza y responsabilidad son las bases para mantener su motivación.  En la máquina de café te ceden el turno, y si te ven buscando suelto en los bolsillos te invitan.

Motivados Extrínsecamente (ME): Son aquellos que ponen su pasión para hacer aquellas cosas que pueden traerle algún tipo de compensación externa (dinero, promoción, puesto con mayor visibilidad…). Disfrutan con sus logros. Entablan relaciones win-win, pero si pueden conseguir un trato “win-lose” mejor que mejor. Son altamente competitivos y normalmente individualistas. Pueden convivir sin problemas dentro de un entorno hipócrita. Suelen dar excelente rendimiento a corto plazo, y en el medio o largo plazo dependerán en gran parte de si sus expectativas de retribución/promoción se cumplen. En la máquina de café te pide permiso para colarse porque tiene cosas urgentes que hacer y si algún día te invita, es que pretende sacarte información.

¿Y qué es lo que ocurre cuando alguien pierde la motivación? Pues que tenemos los siguientes grupos:

Desmotivados Intrínsecamente  (DI): En algún momento fue MI y alguna decepción les llevo a la desmotivación. Se sienten incomprendidos, sienten que sus valores no están siendo respetados. Siguen cumpliendo con sus obligaciones, pero no aportan valor diferencial porque han dejado de disfrutar con lo que hacen. Con una buena gestión y dosis de confianza pueden ser recuperables. En la máquina de café se piden un té.

Desmotivados Extrínsecamente (DE): En algún momento fue ME y el no obtener la recompensa esperada les llevó a la desmotivación. Al igual que buscan el incentivo exterior, cuando no consiguen lo que quieren también lo achacarán a factores ajenos.  Estas personas pueden crear mal ambiente. Si no son recuperados en un corto plazo, es mejor no contar con ellos. Viven a dos metros a la redonda de la máquina de café, si los ves, huye  o te pondrán la cabeza como un bombo.

Dicho esto,  la respuesta a la pregunta sobre cuál de estos prefiero tener a mi lado en el trabajo sería: depende.

Si mi trabajo está orientado al corto plazo probablemente lo que me convenga sea tener gente motivada con independencia de si los están por factores externos o internos. Lo que debo buscar es energía y brillo en los ojos en mis futuros colaboradores.

Si mi trabajo está orientado al largo plazo en primer lugar tendré que pensar qué valores quiero para mi equipo, y en segundo buscar a gente que los comparta. Por último asegurar que estos valores se respetan para mantener la motivación, y por tanto el rendimiento del equipo, arriba.

En las buenas compañías, por supuesto, abundan los “Mis”

Y tú, ¿te reconoces y reconoces a tus compañeros en esta clasificación? 

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