viernes, octubre 16, 2015

Qué tipo de animal eres en la oficina, ¿serpiente o elefante?

Identificar el poder del león, la astucia de la hiena o la generosidad de un oso en tus compañeros de trabajo es el principio para gestionar tu trabajo y no ser devorado en este gran safari laboral.

Era un día como otro cualquiera en la oficina hasta que aquel compañero con el que convivías apaciblemente en el zoo laboral reaccionó de forma extraña. Puede ser un grito, una actitud o el mutismo absoluto. Es imposible detectar a estos especímenes. Son los que José Manuel Muriel, autor de Esta empresa es un zoo (Ed. ESIC), define como locos: "Personas aparentemente normales a las que un día se les cruza algo en la cabeza. Son imposibles de clasificar. Conviene tener la certeza de que existen y, ante la evidencia de su aparición, poner tierra de por medio". Muriel presume de casi cuarenta años de experiencia en gestión de personas al frente de distintas empresas. Miles de profesionales le han proporcionado el bagaje suficiente para identificar a estos animales laborales con los que convivimos todos los días en este zoo "en el que hay que compartir espacio con otros animales, asumir normas y procedimientos para todo".

Los jefes comparten virtudes y defectos con el resto, 
pero ellos deben ser una referencia

La mejor defensa para no ser cazado por los depredadores es conocerlos. "Al igual que en la selva, en un ecosistema laboral sólo aquellos individuos con mayor capacidad de adaptación sobreviven. Por eso debes conocer cuál es tu rol. No puedes ir de león si no eres cazador. Y también hay que estar muy atento al efecto manada de lobos: el ecosistema se vuelve en tu contra cuando no te adaptas a las reglas escritas y no escritas, ¿cuántas veces vemos excelentes profesionales pero solitarios y sin apoyos dentro de un equipo?", explica Vivian Acosta, socia de Talengo.

La adaptación al entorno es parte del truco para sobrevivir y también la escucha... Pero, ¡cuidado! Según Óscar Massó, director de estrategia de Sodexo BI, "no se trata de ser un camaleón. Es una cuestión de inteligencia emocional y experiencia. No hay que pasar inadvertido, sino encontrar los buenos aliados y saber hacer equipo donde la suma de las partes supere con mucho a las individualidades".

Trabaja la empatía y la diversidad como los mejores canales
para adaptarte ante entornos adversos

No menos importante es trabajar la empatía y prestar atención a la diversidad. Porque, como asegura Marta Romo, socia de Be-Up, "puede que un profesional cebra tema a las hienas, pero estos miedos o la intolerancia en ámbitos laborales suelen aflorar por desconocimiento ante lo diferente. Por eso resulta fundamental hacer un esfuerzo por abrirse a aquello que es distinto".

Andrés Fontenla, director general de Fontevalue Consulting, añade que como cualquier comunidad, "las empresas crean un hábitat condicionado por su actividad, tamaño, dinámica de trabajo y ciclo de vida en el que se encuentra. Es vital crear relaciones de confianza sólidas y duraderas, algo que se modela con el tiempo, aquí no tiene cabida la improvisación. Hay que saber valorar objetivamente cuál es tu aportación en cada momento para poder anticipar lo que se espera de ti". Y entre las claves para propiciar una convivencia sana, Muriel afirma que el profesional tiene que estar dispuesto a aprender siempre: "El peor de los pecados es la soberbia, que te lleva a aparentar lo que no eres y pretender situarte por encima de los demás. Es como la falta de sueño, no te deja vivir y, además, se hace muy patente para las personas que te rodean. Asume lo que eres y aprende a valorarlo, no te avergüences de ti mismo. Es otra de las causas que te pueden hacer caer en el grupo de los depredadores".

Los jefes, supuestos domadores en este zoo laboral, no son ajenos a los tipos de animales que menciona Muriel en su libro. En este ecosistema desempeñan su papel como cualquier otro. Acosta advierte de que "si esperas que te domen aprenderás lo que otros quieran que aprendas. No creo que esa sea la mejor manera de progresar y desarrollarse".

También Romo apuesta por la autogestión como vía de supervivencia, aunque cree que "los equipos necesitan una figura de referencia que pueda poner orden, aunque sea rotativa".

Y tú, ¿qué animal eres? Depredadores
Peligrosos: tienes que aprender a reconocerlos. Cocodrilo: esquivo, siempre alerta para cazar a su presa.

Hiena: sólo piensa en su bienestar y se aprovecha del esfuerzo del resto.

Buitre: actúa cuando nadie lo ve, no aporta nada; carroñero, trata de morder la mano que le da de comer.

Zorro: huidizo, no ataca nunca sin estudiar a su presa y diseñar un plan.

Serpiente: muy peligrosa, no la ves venir, te confías y ataca cuando menos se espera.

Murciélago: terrible, vive a costa de los demás.

Neutros
No son peligrosos, pero no te ayudarán.

Avestruz: eficaz si las cosas van bien; es una pared cuando hay que tomar decisiones.

Hipopótamo: no le importa estar horas en la oficina... si no tiene nada que hacer.

Cebra: gusta por su porte y actitud, pero huye ante el mínimo atisbo de dificultad.

Mono: muy numerosos, son los que más ruido hacen, sociables y muy laboriosos si se les entrena bien.

Búho: poco comunicativo, inofensivo, conformista y feliz.

Mitológico: soñadores, piensan que son otra cosa que no existe. Loro: habla y habla, mira a los demás pero no los ve.

Poderosos
Sólo son peligrosos ante el ataque, pero puedes esperar cosas positivas. Lobo: astuto y solitario, va en manada para cazar. Fuerte, eficaz, trabajador y flexible.

León: es el rey. Su presencia destaca; respetado, sólo ataca para defender su territorio o por hambre.

Oso pardo: tímido, fascinante y generoso, sabe dejar participar a los demás. Le gusta vivir en libertad.

Rinoceronte: fuerte, pero noble, tranquilo y apacible, conviene no atacarle.

Elefante: enorme y poderoso, es perezoso, pero si se le controla y se le exige es muy trabajador. Caballo: grande, apuesto y noble, se integra en manada. Laborioso y resistente.

Libres
Dependen de ellos mismos, son libres de sus actos. Sin embargo, al no vivir en un zoo, siempre están expuestos al riesgo.

Locos
Su comportamiento no responde a ninguna pauta y sus reacciones son inesperadas.

Fuente: 'Esta empresa es un zoo' (Ed.Esic)

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