sábado, octubre 24, 2015

"Nuestra memoria es como Wikipedia, puede ser modificada por otras personas"

Esta semana, con #la_memoria como tópico, entrevistamos al científico del Conicet que investiga el cerebro humano y sostiene en su libro REC que existe una manera de asegurar la eficacia del registro de un recuerdo: acompañarlo de una sorpresa.

Haga el siguiente experimento. Tome papel y lápiz y enumere en una columna todos los recuerdos que tenga sobre el 11 de septiembre del año pasado. ¿Qué hizo? ¿Dónde estaba? ¿Con quién? Anote cualquier detalle. Luego trace una línea y en la otra columna enumere los recuerdos que posee del 11 de septiembre de 2001. Una vez finalizado, cuente y compare.

Quien lanza el desafío es Fabricio Ballarini, el joven doctor en ciencias biológicas e investigador del instituto de neurociencias del Conicet. "Científico utópico", como él mismo se define y autor del libro REC, de editorial Sudamericana, que intenta explicar cómo funciona la memoria, por qué recordamos y por qué olvidamos las cosas.

"¿Cuál columna posee más recuerdos? Sin ser adivino, puedo estimar con cierto criterio científico que la de hace más de una década. Pero ¿por qué guardamos esa información de manera tan precisa? ¿Cuál es el proceso fisiológico que nuestro cerebro realiza a la hora de consolidar un recuerdo? Bienvenido a su cerebro", propone Ballarini.

-¿De qué cosas nunca nos vamos a olvidar?

-Según nuestros hallazgos científicos, los eventos novedosos, los que nos sorprendieron, los que rompieron inesperadamente nuestra predicción o nuestra rutina, por ejemplo, el 11 de septiembre de 2001, el gol de Maradona a los ingleses. A su vez, no sólo vamos a recordar con mucha fuerza esos eventos inesperados sino que también vamos a almacenar de forma colateral aquellas situaciones que estuvieron cercanas, previas o posteriores, a dicha sorpresa. Es por ello que recordamos, no solo la imágenes de las Torres Gemelas aquel 911, sino que dónde estábamos, lo que estábamos haciendo, con quién, lo que sentimos, pensamos e hicimos en los momentos cercanos temporalmente a la novedad.

-¿De dónde vienen los falsos recuerdos?

-La idea de que los recuerdos son construcciones falsas de lo que realmente pasó, es una idea muy reciente. Cuando vivimos una situación determinada, guardamos cierta información que puede ser modificada muy fácilmente. Uno ejemplo típico es contar tanto una anécdota ajena que luego de muchos años empezamos a dudar si realmente estábamos allí. Es decir que de tanto contarla y de tanto imaginarla, nos incorporamos sin querer en un recuerdo. En simples palabras nuestra memoria es como Wikipedia, si bien podemos llenar una definición o contar un hecho sobre nuestra vida, al poco tiempo puede ser modificada por otras personas, medios o por nosotros mismos. Lo que creemos recordar es una construcción absolutamente falsa.

-¿Recordar y olvidar es una manera involuntaria de "editar" el relato de nuestra propia vida?

-Sí, totalmente. Pero dicha edición no solo depende vos sino que depende también de la edición que puede realizar el mundo sobre ese recuerdo. Nuestros recuerdos son absolutamente vulnerables.

Ballarini se dedica a estudiar el cerebro. Cuando era chico, una vez comió cerebro. "Seso", aclaró ante la pregunta de Mario Pergollini, durante una de sus columnas sobre neurociencia en Vorterix, que lo volvieron popular entre los más jóvenes. El prólogo del libro está escrito por Pergollini, que cuenta cómo este joven científico llegó a su programa "Tenemos malas noticias". "Es un mito que aporte proteínas. La mayor parte del cerebro está compuesta por grasa", agrega.

Uno de los hallazgos científicos que observó durante sus investigaciones es que una experiencia novedosa promueve la consolidación de un aprendizaje. Dicho de otra manera, cuando nos pasa algo extraordinario que rompe la rutina se nos abre una ventana especial en la memoria. El sistema educativo debería capitalizar ese hallazgo y promover las experiencias extraordinarias previas a la incorporación de conocimiento. Entonces lanzó un programa destinado a sorprender a estudiantes de escuelas primarias, secundarias y de universidades una hora antes o una hora después de sus clases habituales. ¿El resultado? Mejoró el aprendizaje ya que las situaciones periféricas a un hecho sorprendente son recordadas debido al efecto de la novedad.

-¿En qué momento de la vida empezamos a recordar y por qué a una cierta edad dejamos de hacerlo?

-La memoria está presente en nuestra vida desde los primeros días. Aprender a caminar, a hablar, reconocer a la voz y las caras de nuestros padres, son procesos que necesitan de nuestra memoria. La memoria atraviesa transversalmente toda nuestra vida. Hablamos, pensamos, sentimos, proyectamos gracias a nuestra memoria. Que no tengamos recuerdos de pequeños no significa que durante ese período nuestra memoria estuviese apagada. Por otro lado, existen diferentes tipos de memoria, por ejemplo uno quizás no pueda evocar un recuerdo puntual sobre su vida pero pueda seguir caminando. Ante ambas situaciones utilizamos nuestra memoria, distintos tipos de memoria. Es por ello que quizás por alguna patología o por la edad alguien pueda tener déficit en algunos tipos de memoria (más frecuentemente en memorias declarativas) pero ese déficit no se observe en otros aspectos.

-¿Se nos satura el disco rígido?

-Nuestra memoria tiene una enorme capacidad pero no es infinita.

-¿Se puede hacer algo para prevenir las enfermedades que causan pérdida de memoria?

No soy médico clínico, no puedo responder esa pregunta. Sí puedo recomendar dormir bien, evitar situaciones de estrés, tanto en los momentos de aprendizaje como en las situaciones en las que queremos evocar un recuerdo, y no trasladarle la responsabilidad de almacenar muchos recuerdos (agenda, números de teléfono, direcciones, datos, definiciones, cumpleaños, etc.) a los dispositivos como celulares, o a webs como Facebook o Wikipedia, GPS. Nuestro cerebro es vago, va a hacer todo lo posible por no gastar energía en almacenar esos recuerdos. Dada esa característica, la tecnología nos viene como anillo al dedo. Utilice su memoria, luche contra la comodidad de tener todo al alcance de un clic.

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