sábado, febrero 07, 2015

Así es la nueva empresa: abierta, horizontal, aspiracional

La sociedad está cambiando y las empresa, a un ritmo tal vez menor, también lo están haciendo. Las viejas estructuras en las que prima la jerarquía y la comunicación de arriba a abajo, está evolucionando hacia una empresa horizontal en la que prima la iniciativa individual y la innovación. Y probablemente en el momento que lees estas líneas estés pensando que tu empresa no es ni mucho menos así, pero no va a tener más remedio que cambiar si quiere ser competitiva. Las empresas, algunas por iniciativa propia, otras obligadas y a marchas forzadas se asoman a un nuevo panorama en el que poco se parece a lo que fue. ¿Y qué nos vamos a encontrar? Según Forbes, algo muy parecido a esto:

1. Distribución global y equipos más pequeños
Hasta hace unos años el “carácter multinacional” de una compañía venía marcado por el de una gran organización, de centenares o miles de personas moviéndose bajo un único gran paraguas global. Hoy y cada vez  más, la multinacional puede adquirir el carácter y el tamaño de una startup, capaz de contar con los mejores empleados en cualquier parte del mundo, con el único requisito que tengan un ordenador y un smartphone con el que conectarse a la Red.  El talento ya no es un producto exclusivo de la “gran” organización, sino que es cada vez más individual y con menos vínculos con una organización.

2. Fuerza de trabajo conectada
Si decimos que una pequeña empresa puede ser global, también tenemos que decir que este paradigma sólo es posible si su fuerza de trabajo está conectada. Y estar conectado no sólo implica tener acceso a la Red, sino tener acceso a la información necesaria, a las personas necesarias y a los recursos necesarios en cualquier momento, en cualquier dispositivo, con las herramientas apropiadas y a ser posible universales. Implica tener las herramientas necesarias para trabajar en equipo y saber fomentar una cultura de la colaboración.

3. Intraemprendedores
Pasar de una organización rígida y jerárquica, a otra en la que se fomenta la creatividad individual y en la que se anima a los trabajadores a adoptar un espíritu emprendedor.  Siguiendo el ejemplo instaurado por Google y otras empresas del Silicon Valley, cada vez veremos más empresas medianas y grandes que animan a sus empleados a poner en marcha sus proyectos, tanto para su desarrollo individual como en estrecha colaboración con el área de I+D de las empresas. La figura del intraemprendedor (emprendedor dentro de la organización) va a ser cada vez más buscada y valorada, mostrando cómo la innovación es una de las principales herramientas que van a permitir a las empresas diferenciarse y resultar más competitivas.

4. Grandes empresas que adoptan la forma de trabajar de las pymes
La mayoría de las pequeñas empresas son ágiles,  toman decisiones rápidas y no están “sepultadas” en un mar de burocracia y formularios internos. En un mundo cada vez más cambiante, las organizaciones ya no pueden operar como el estereotipo de tienen de sí mismas y que ha funcionado hasta la última década. Los empleados no pueden pasar la mañana organizando sus e-mails, ni manteniendo reuniones en las que se habla sobre la necesidad de mantener reuniones en una futura reunión. 

5. “Querer” y  no “Necesitar”
Tradicionalmente las organizaciones han asumido que sus empleados trabajan con ellos porque lo necesitan. Actualmente la premisa sigue siendo cierta, pero con matices. Todos necesitamos trabajar, pero cada vez más, las empresas necesitan presentarse como un espacio atractivo, compitiendo entre ellas a la hora de atraer talento.
La empresa se presenta no ya como el que está dando una oportunidad,  sino el que se ve “obligado” a atraer al trabajador prometiéndole proyectos interesantes y un espacio en el que poder expresar el máximo de su potencial. Si esta tendencia se manifiesta actualmente en puestos muy específicos (creativos, ingenieros, etc.) pronto veremos cómo se va ampliando al resto del espectro empresarial. 

6. Se adapta al cambio antes
Si antes las empresas podían esperar un tiempo razonable antes de abrazar nuevas tecnologías, tendencias de marketing, etc. ahora los plazos se han acortado. Ser los últimos o esperar a ver cómo funciona una nueva tecnología en otras empresas es sinónimo de fracaso. Vamos a ver en este sentido cómo las decisiones se toman más rápido y los plazos de implementación se van a acortar. 

7. Más espacio para innovar
La innovación dentro de la organización no va a estar relegada a un equipo, un departamento o pocas personas clave responsables del I+D. La innovación se convierte en materia transversal, y puede surgir desde cualquier departamento e incluso, desde fuera de la empresa. Para que esto sea posible, la idea tiene que encontrar una estructura adecuada para hacerse notar dentro de la organización, canalizada de tal forma que facilite su identificación y su desarrollo. Para que una idea, deje de ser precisamente eso y pueda avanzar por el camino de la innovación.

8. Más cloud
La tecnología on-premise tiene los días contados. En el momento de leer este artículo debes preguntarte cuánto tiempo más puedes permitirte el lujo de seguir dando la espalda a la nube. ¿Tres años? ¿Cinco años? Pronto toda tu competencia habrá apostado por el cloud y habrás perdido la oportunidad de estar entre los primeros que explotan las ventajas de adaptarse al cambio.

9. Estructura horizontal
Más estructura, más mandos intermedios, más abogados, más jerarquía y menos colaboración. ¿Es lo que necesita tu empresa? Es verdad que toda empresa necesita cierta organización y cierta estructura, pero cada vez más, al fomentar el “empoderamiento” del empleado, muchas empresas están tendiendo a una organización más horizontal. No se trata, sobre todo en las grandes empresas, pasar de una pirámide a la “horizontalidad”, sino de encontrar un espacio intermedio en el que las decisiones y la forma de trabajar no sólo opera de arriba hacia abajo.

10. Del salario a la prosperidad
Finalmente cobra cada vez más peso el salario emocional, pero tomado como complemento y no como sustituto del salario nominal. Veremos cómo los empleados prefieren las empresas que dan más facilidades a la hora de conciliar, que permiten el horario flexible, que dan más libertad a los trabajadores a la hora de organizar su tiempo, sus vacaciones, etc. y que motivan con planes sociales, actividades de team building,  y otros beneficios sociales que no tienen por qué medirse en dinero. 

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