lunes, septiembre 08, 2014

Los equipos de trabajo

El concepto de equipo (team) tiene su origen en la versión deportiva del tema. Sin embargo, esta mirada desde el deporte se incorpora al ámbito organizacional a mediados de siglo, donde distintos autores, empiezan a reconocer la importancia de los equipos en las organizaciones, al principio centrándose en empresas, y particularmente en proyectos.

El libro “La gestión de equipos eficaces” define un Equipo como “conjunto de personas que realizan una tarea para alcanzar resultados".

Otras definiciones indican que un equipo es “un grupo de personas cuya prioridad más alta es la realización de los objetivos grupales. (…) Los equipos se caracterizan por miembros que se apoyan mutuamente, que colaboran libremente, y se comunican abierta y claramente uno con el otro”.

Un equipo consiste en un número reducido de personas (menos de 10) con habilidades complementarias que se hayan comprometidas con un propósito, objetivos de desempeño y un enfoque común de trabajo para lo cual se hallan mutuamente disponibles” (Jon R. Katzenbach y Douglas K. Smith, consultores administrativos de McKinsey & Company).

Analizando estas tres definiciones, queda claro que las personas constituyen la esencia de la concepción del equipo. Sin personas no hay noción de equipo. Estas personas no están desarticuladas. Se articulan en una compleja trama de interrelaciones que incluyen los vínculos interpersonales, la cadena de mandos organizacional, el contexto, la historia individual, etc.

En el equipo, también, está fuertemente arraigada la noción de resultados. El resultado es una función de los objetivos determinados previamente. Es el propósito realizado. En la esencia del equipo está la búsqueda de resultados. Las personas se juntan, participan, compiten, etc. para obtener resultados. Y estos deben ser mensurables.

Un grupo se convierte en equipo cuando:

El liderazgo se convierte en una actividad compartida.
La responsabilidad o rendimiento de cuentas pasa de ser estrictamente individual
individual y colectiva.
El grupo desarrolla su propia misión o propósito.
La solución de problemas se convierte en una forma de vida, no una actividad de medio
tiempo.
La efectividad se mide en base a los resultados y productos colectivos del grupo.

Etapas de desarrollo de un equipo

La teoría sobre el desarrollo de un equipo de Scholtes (1988), que comprende las siguientes etapas:

1. Formación:
Se trata de una etapa que se caracteriza por la transición del status de individuo a miembro del equipo y por el testeo formal e informal de la capacidad de conducción del líder del equipo. Puede haber sentimientos de orgullo, sensaciones de ansiedad, miedo y sospechas acerca de lo que vendrá, como así también alguna anticipación y optimismo respecto de las capacidades del equipo.

2. Convulsión:
Etapa más difícil ya que los miembros se dan cuenta de que las tareas son diferentes y probablemente más difíciles de lo que esperaban. Aún no exhiben un real trabajo en equipo, sino que se apoyan más en la experiencia individual que en la colaboración para manejar los problemas. Pueden tener otros comportamientos como: resistencia, estar a la defensiva, cuestionar la selección del proyecto, desunión entre los miembros, falta de consenso en el propósito y objetivos.

3. Normatización:
La tensión y competencia son reemplazadas por la aceptación del equipo, de los roles individuales, asociación y alivio porque todo está aparentemente encaminado. Comienza a desarrollarse la confianza y cohesión.

4. Desempeño:
Los miembros ya han descubierto las fortalezas y debilidades de los otros, y comienzan a demostrar colaboración para la resolución de problemas. El cambio es necesario para el progreso del equipo es más fácilmente identificable y posible de ser implementado. El equipo tiene la capacidad para prevenir obstáculos o trabajar a través de ellos, el trabajo se va realizando y los objetivos se van alcanzando. Los miembros sienten orgullo y satisfacción.

Los conflictos de poder y autoridad al igual que las relaciones personales inestables, hacen que muchos grupos no se conviertan en quipos reales.

Otro punto fundamental en la formación de un grupo es la confianza. La misma se logra a partir de la comunicación con los miembros del equipo, manteniéndolos informados sobre las decisiones, así como brindando la retroalimentación precisa. También se necesita apoyo, estando disponible y al alcance de los demás, brindando apoyo, asesoría, coaching y sustentación a las ideas de los miembros del equipo.

El respeto es fundamental para la conservación de confianza, escuchando
activamente las ideas de los empleados.
La justicia, evitando demoras en brindar crédito y reconocimiento a quienes los
merezcan. Hay que cerciorarse de que las evaluaciones de rendimiento o de otro
tipo sean objetivas e imparciales.
Previsibilidad, en el sentido de ser constantes y predecibles en los asuntos
cotidianos, cumpliendo las promesas implícitas y explícitas.
Y por último competencia, la credibilidad personal se mejora al mostrar sentido
común en los negocios, capacidad técnica y profesionalismo.

Diferencias entre grupo y equipo

Teniendo en cuenta o expuesto anteriormente, encontramos algunas diferencias que son claves entre los grupos y equipos.

Por ejemplo en los grupos, encontramos que los roles varían en los integrantes, dependiendo de las habilidades particulares de cada integrante para resolver la tarea. Por lo tanto en este sentido, las verticalidades de cada individuo serían las que determinarían de alguna manera su rol.

Salvo la función del coordinador, en los integrantes, generalmente, no hay funciones definidas diferenciadas. Aunque sean interdisciplinarios, una clara definición de funciones, es característico de la operación de los equipos por lo tanto los roles son más concretos. Se busca la concordancia entre persona - función - tarea - resultados.

La constitución de un grupo no se orienta al logro de resultados mensurables mientras que el equipo si.

La especialización individual no es un factor determinante para la tarea del grupo. En determinados casos la heterogeneidad de los integrantes se estimula. La especialización individual y la co-especialización en equipos es un factor clave para realizar la tarea y elevar la productividad del equipo. En algunos casos tienen un coordinador. Salvo en el caso de la gestión de equipos denominados autodirigidos, estos tienen alguien que los conduce o dirige: gerente, director técnico, etc.

En los grupos, se estimula el rol del liderazgo, incluso Pichón Riviere llega a considerar que la tarea de un grupo es el líder. Mientras que en el equipo nos podemos encontrar con un líder natural.

El protagonismo en el grupo es el resultado de un complejo proceso "de asunción y adjudicación de roles". El protagonismo en un equipo es resultado de la producción del equipo. Buscando asimismo el protagonismo del equipo.

La competencia se advierte en muchas oportunidades como perjudicial para la operatoria del grupo. En cambio en el equipo es fomentada para el desarrollo del potencial. Esta se entiende como "ser competente" y aprendizaje para competir. Entrenarse para ganar y perder.

Otra de las diferencias claves entre grupo y equipo es que en los grupos se fomenta la interpretación de lo latente de cada individuo (subjetividades), mientras que en el equipo no se lee lo latente (no indago, no cuestiona, lo que no significa que no les interese).

El Liderazgo

Generalmente al hablar de liderazgo evocamos la memoria de un gran líder carismático que arrasa multitudes como lo fueron Gandhi, el Papa Juan Pablo II u otra figura similar. Consideramos que los grupos se forman en torno a los líderes y que, al designar un líder, este dirigirá a un grupo de personas al cumplimiento exitoso de una tarea específica.

En general se ha entendido que el liderazgo, por diversos motivos permanece fijo. Pichón Rivière sostiene que el liderazgo variará en función de los diversos momentos que convoquen cualidades presentes entre los integrantes, los que se pondrán así al servicio del grupo.

Cada participante podrá ser líder en su momento: el trabajo sobre la tarea requiere de la puesta en juego de cualidades específicas que hará que quien las tiene, se vea en la necesidad de mostrarlas operativamente, haciéndose cargo de guiar al grupo en ese instante. Pichón considera, como dijimos antes, que el verdadero líder es la tarea.

Son muchos los que se preguntan por qué algunos de los ejecutivos más exitosos fracasan al ser promovidos a posiciones que aparentemente son perfectas para sus cualidades. Y menos aun comprenden cómo pueden seguir ocurriendo estos hechos en una época en que las inversiones en evaluaciones de desempeño y gestión del talento no dejan de multiplicarse.

Cualidades del líder

Un líder tiene distintas cualidades, entre ellas encontramos las siguientes:

1.    Conoce perfectamente su trabajo y tiene completo dominio de todos los que supervisa.
2.    Usa con preferencia su habilidad para dirigir y no su autoridad para mandar. Explica no solamente como deben ser hechas las cosas, sino también el para qué, cuando las circunstancias lo aconsejen.
3.    Da órdenes e instrucciones claras y se cerciora de que éstas han sido bien comprendidas.
4.    No grita. Las voces altas y los alardes de autoridad indican el miedo que tiene a ser desobedecido.
5.    Conoce las actividades y el rendimiento de cada uno de sus subordinados y lo juzga honestamente
6.    Aprecia y reconoce el esfuerzo y la superación en el trabajo.
7.    Cuando reprende corrige la falta respetando a la persona.
8.    Demuestra un interés personal por cada uno, es leal con todos, tanto con los subordinados como con los superiores. Asume las responsabilidades
9.    Cumple sus promesas lo antes posible y no promete lo que no puede dar.
10. No tiene prejuicios y está siempre predispuesto a oír las explicaciones de otros, procurando comprender sus puntos de vista
11. No culpa a otros. Está dispuesto siempre a acudir a sus superiores para defender a sus subordinados cuando fuera necesario.

No hay comentarios:

Publicar un comentario