domingo, julio 13, 2014

Las empresas extranjeras ven a España con buenos ojos

Invest in Spain; ICC - International Center for Competitiveness.

Las expectativas de las empresas extranjeras sobre España han mejorado claramente respecto a 2012. Nueve de cada diez prevén aumentar o mantener su facturación en 2014, lo que supone un avance del 40% respecto a hace dos años, cuando un 37% de las compañías auguraban una reducción de sus ingresos.

Las previsiones son también excelentes en el terreno de la inversión y el empleo: un 88% cree que podrá sostener o elevar el nivel de inversión y un 87% espera que su plantilla crezca o se mantenga este año. En ambos casos esto supone un avance del 17% respecto a 2012.

Las buenas perspectivas se reflejan en la aprobación que las empresas foráneas conceden al actual clima de negocios en España, con una valoración de 2,7 puntos sobre 5. Con este resultado se detiene la tendencia a la baja de los últimos tiempos, fruto de la crisis que ha sacudido la economía española.

Estas son algunas de las conclusiones que recoge el "Barómetro de clima de negocios en España", elaborado por el International Center for Competitiveness (ICC)  del IESE, que dirige el profesor Antoni Subirà, en colaboración con el ICEX.


Las fortalezas del mercado español
Las áreas mejor valoradas por los inversores extranjeros son las de infraestructuras, capital humano, calidad de vida y tamaño del mercado. España está al borde del aprobado en los otros seis apartados analizados, mejorando ligeramente en la percepción del mercado laboral, los costes y la financiación respecto a la anterior edición del estudio.

Uno de los puntos fuertes del país, según las empresas encuestadas, son las infraestructuras, sobre todo el tren de alta velocidad y los aeropuertos. También valoran de manera muy positiva la mano de obra, tanto cualificada como no cualificada, así como la calidad de las escuelas de negocio, el ocio y la cultura.

Pese a la buena valoración del capital humano, un área fundamental para estas empresas, la encuesta revela que es necesario mejorar en idiomas, habilidades de expresión oral y escrita, aceptación de responsabilidades y objetivos, capacidad de aprendizaje y disponibilidad de mano de obra cualificada.

La calidad de vida es otro de los aspectos positivos de España. La integración de los expatriados y sus familias y la disponibilidad de escuelas internacionales obtienen una valoración muy positiva, pese a que el coste de la vida resulta un lastre.

Ámbitos de mejora
Los principales problemas de España se refieren al coste de la electricidad y a aspectos financieros y de entorno regulatorio. La financiación es de nuevo el área peor valorada, aunque los resultados han mejorado respecto a 2012 en algunos aspectos, como los costes de financiación en banca comercial.

Sobre el entorno regulatorio, los inversores extranjeros reclaman mayor estabilidad y entienden que hay un amplio margen de mejora en la carga burocrática a la que se ven sometidas las empresas, así como en la rapidez y eficacia de los juzgados mercantiles.

También lamentan el importante gasto que supone la adaptación a las distintas normativas autonómicas y locales. Por eso, un 65% tiene claro que una homogeneización de las normativas de las diferentes administraciones públicas beneficiaría la actividad empresarial.

En materia fiscal, las compañías opinan que se puede avanzar en el Impuesto de Sociedades, el IVA y las cuotas a la Seguridad Social.

Otras tres áreas (mercado laboral, costes y tamaño de mercado) han progresado con respecto a 2012, pero todavía podrían hacerlo más.

En el caso del mercado laboral, las principales deficiencias se refieren a la legislación. La nota positiva es que han mejorado aspectos como la flexibilidad y los costes de despido. Casi un 70% considera que la reforma laboral ha mejorado la flexibilidad del mercado y el 60% aprueba la reforma de la negociación colectiva.

La magnitud de la inversión extranjera
La visión del mercado español por parte de las empresas extranjeras es capital, ya que tienen un peso específico en la actividad económica del país: en 2013, su inversión de carácter productivo alcanzó los 15.800 millones de euros, lo que supone un aumento del 9% respecto a 2012.

Estas cifras sitúan a España como el decimotercer país del mundo en flujo de inversión extranjera, por delante de Alemania, Francia o Italia. 

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