viernes, julio 04, 2014

La revolución digital justifica la reinvención de RRHH

Empresas exitosas en la Economía del Conocimiento operan en mercados muy concurridos bajo criterios probados de eficiencia y eficacia. Invierten en tecnologías de última generación para potenciar su perfil competitivo. Creen en el talento y compromiso de su gente para transformar una visión empresarial en gratificantes realidades de negocios. Desarrollan proyectos de corte innovador para cautivar una y otra vez a sus clientes, y generar bienestar, tanto individual como colectivo.
Acceden estas empresas a insuperables y definitivas ventajas, para competir en condiciones favorables y crecer. Se complementan efectivamente con otras empresas, para propagar su liderazgo e influencia en nuevos mercados. Asumen la misión de afrontar con éxito los retos que demandan entornos de negocios muy volátiles, inciertos, complejos y ambiguos.
En ambientes de negocios expuestos a cambios acelerados y frecuentes eventos disruptivos, es relevante invertir en el diseño de organizaciones ágiles y flexibles, con procesos integrados, tecnologías de última generación, sistemas confiables y personas talentosas. Esta empresa logrará excelentes resultados con neta alineación a la estrategia empresarial, gracias a sus capacidades para anticipar tendencias de mercado; introducir       nuevas formas de hacer negocios; y alcanzar fácil adaptación a circunstancias no visionadas en el radar estratégico. Estas son las premisas para garantizar la competitividad, viabilidad y relevancia de una empresa, en los difíciles e inciertos tiempos por venir.
La revolución digital funge como agente de transformación empresarial, gracias a la difusión de tecnologías de corte social, la proliferación de múltiples dispositivos para acceder a la Internet, la oferta de nuevas y más versátiles analíticas de datos, y el acceso cada vez más frecuente a servicios externos de datos y aplicaciones en la nube (cloud computing).
La convergencia de diversos enfoques tecnológicos en el ámbito empresarial, genera nuevas y más ricas dinámicas de comunicación; favorece el aprendizaje en la red en todo momento y desde cualquier lugar; posibilita la construcción de espacios de influencia en la web social; estimula el trabajo colaborativo en ecosistemas de innovación; y permite el acceso ubicuo a recursos corporativos relevantes a la gestión de proyectos. Estas oportunidades son aprovechadas por talentos, que disfrutan desde sus respectivos ámbitos personales, de la exposición a tecnologías de información de última generación.
La revolución digital amenaza con ampliar la brecha entre las organizaciones que invierten en tecnologías de última generación, para mejorar su rentabilidad y perfil competitivo; y aquellas otras, para las cuales invertir en tecnología parece ser tan innecesario como irrelevante.
En entornos de negocios signados por cambios cada vez más profundos, frecuentes y acelerados, aquellas organizaciones que ajenas a la evolución del mercado tecnológico, prefieran permanecer pasivas y expectantes, correrán el riesgo inminente de rezagarse ante un escenario que exige asumir el proceso de transformación, más como una oportunidad para renovar modelos de negocios y retar prácticas tradicionales de gestión, que como un coste que forzosamente convendría postergar o evitar.
Estas últimas tendrán la garantía de padecer un lento declive, que pudiese concluir con su inminente desaparición del ecosistema empresarial. 

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