Un error bastante habitual es el
tender a identificar la figura de un jefe con la de un líder, ya que en
realidad, un jefe y un líder pueden llegar a ser dos personas muy diferentes
y ambas figuras tienen una serie de características muy diferenciadas. Si
la semana pasada os traíamos un artículo en el nos encargábamos de analizar
las principales características que debía de tener una persona para poder
convertirse en un líder, hoy vamos a tratar de explicar cuáles
son los principales factores que diferencian las personalidades de una persona
con gran capacidad de liderazgo frente a la de un jefe.
1. Un jefe ordena y dirige; un
líder se integra y guía. Quizá esta sea la principal diferencia entre ambas personalidades,
y es que mientras que a un líder le gustará estar perfectamente integrado en el
grupo y sentirse parte del equipo de trabajo y por ello, será capaz de
funcionar en perfecta armonía con el resto, un jefe preferirá mantenerse al
margen y tan solo dedicarse a supervisar las tareas realizadas por los demás.
2. Un jefe suele inspirar miedo;
un líder genera entusiasmo. Mientras que los jefes suelen tender más a
presionarnos para que tengamos nuestro trabajo listo cuanto más rápido mejor y
se mostrará amenazante si hacemos lo contrario, un líder generará un
sentimiento de pasión por el trabajo que tenemos entre manos que hará que el
equipo se sienta más identificado con el proyecto y mejore su rendimiento.
3. Un jefe convierte el trabajo
en algo monótono y aburrido; un líder lo hace interesante. Como comentábamos en los
puntos anteriores, un jefe tan solo se encargará de dar órdenes continuamente,
pero no se involucrará en el proyecto tanto como lo haría un líder. Por ello,
la dirección de un jefe siempre será más aburrida, ya que el líder, al estar
integrado en el trabajo podrá proponer nuevas ideas, direcciones o estrategias
que darán un soplo de aire fresco al proyecto.
4. Un jefe no enseña, un líder
si. En
el momento en el que muestres cualquier síntoma de duda al no estar muy seguro
de cómo hacer algo, lo más probable es que un jefe no se lo tome a bien y
piense que no te preocupas lo suficiente por tu trabajo o que quizá no estés lo
suficientemente cualificado. En la misma situación, un líder se encargará de
mostrarte cómo solucionar el problema y de proporcionarte la ayuda necesaria
para que de este modo seas capaz de resolverlo de forma autónoma la próxima
vez.
5. Un jefe solo manda, un líder
también escucha. Como
comentábamos en el artículo anterior, algo muy importante para poder ser un
buen líder es tener empatía y ser capaz de identificarse con nuestro equipo
aunque tengamos un rol superior en la empresa. Por ello, mientras que un líder
será capaz de escuchar todo lo que tengamos que decir, ya sean críticas
negativas o algún tipo de feedback, un jefe tan solo
pretenderá que seamos capaces de obeceder sus ordenes de forma rápida y
efectiva, sin darle importancia a lo que tengamos que decir.
6. Un jefe antepondrá el dinero
al bienestar de los empleados, un líder hará lo contrario. Esta es una diferencia
importante, y es que mientras que un jefe se preocupará ante todo de los beneficios
de la empresa, un líder sabrá que preocupándose por los trabajadores y su
bienestar, los beneficios vendrán solos.
Como conclusión final podríamos
decir que la diferencia clave entre un jefe y un líder es que mientras
que un jefe es quien está al mando en el lugar de trabajo, un líder es la
persona responsable de inspirar, guiar y dirigir a un grupo de personas
sintiéndose parte del equipo y compartiendo un objetivo común. Por
tanto, lo ideal es hacer lo posible por ser un líder, y no un jefe, y es que
todos los líderes pueden ser jefes, pero no todos los jefes pueden ser líderes.
para mi aquí entraría aquello tan oído de " un líder nace, no se hace".
ResponderEliminarlos lideres tienen una habilidades innatas que no pueden "estudiarse".
Gracias por tu aporte, Carme.
ResponderEliminarEs un tema que se presta para debatir intensamente.
Existen individuos que por su genética tienen cualidades de liderazgo como: facilidad de palabra, capacidad para dirigir y predisposición para sociabilizar.
A esas personas seguro que les gustará liderar porque se sentirán bien para ejercer el liderazgo.
También, se les facilita en forma considerable adquirir habilidades de liderazgo porque su genética está preparada para ello, y hacerlo les brinda experimentar buenas sensaciones.
Saludos, Rodolfo.