El principal problema de nuestras empresas consiste en cómo enfrentarse al cambio, ya que sus mecanismos de gestión fueron diseñados y pensados para entornos más lentos y por tanto más simples.
La principal prioridad empresarial, la clave de la supervivencia, es la innovación, como reaccionar, como obtener comportamientos rápidos frente un entorno rápido.
Las redes sociales corporativas se han convertido en la principal herramienta de creatividad e innovación empresarial, ya que son la mejor herramienta para resolver problemas complejos mediante la inteligencia colectiva de nuestros empleados.
Se requieren nuevos managers que entiendan que su rol ya no es el de controlador de un sistema empresarial predecible si no como el potenciador y el catalizador de la nueva dinámica de complejidad que se produce en la red. Se requieren socialnetworkers.
El cambio y los viejos mecanismos de toma de decisiones
Las empresas se enfrentan a dos tipos de entornos:
Entornos predecibles: donde el proceso de toma de decisiones tradicional de tipo centralizado es adaptativo y el sistema de decisiones centralizada sigue siendo el más adecuado. Pues se debe hacer frente a fenómenos pautados y reconocibles a problemas con parámetros conocidos o algorítmicos, donde la mejora es lenta y predecible.
Entornos complejos: dónde la velocidad hace que la experiencia de las organizaciones no ofrezca soluciones adecuadas si no se incorporan mecanismos de innovación colectivos constantemente .Los sistemas tradicionales de procesos de decisiones y sistemas de coordinación basados en la jerarquía están claramente caducos para dar respuesta a los “problemas heurísticos” donde la innovación y la disrupción forman parte del comportamiento empresarial.
Los problemas heurísticos no solo son cada vez más frecuentes, sino que generan más valor en las economías más avanzadas. Las economías avanzadas tendrán cada vez más sectores y negocios con estas características y serán los que más riqueza generen.
Un nuevo directivo socialnetworker, para una nueva realidad
Los directivos deberían conectar con la nueva realidad, aceptar y valorar la complejidad y despegarse de los hábitos que pertenecían a otros tiempos.
Aceptar la nueva realidad es un gran primer paso pues permite estar abierto a nuevas formas de gestión que no responden a lógicas lineales algorítmicas, que responden a nuevas formas de trabajo más dinámicas como son las redes sociales corporativas y repensar el rol de manager como un gestor de redes sociales donde la lógica lineal, la jerarquía o la acción racional de A lleva a B quedan difuminadas.
Los nuevos modelos y métodos que traerá la esencia de la complejidad se basan en las redes corporativas como el nuevo mecanismo para la toma de decisiones complejas.
Efectivamente para el nuevo manager, el socialnetworker la forma de recopilar información, crear ideas y experiencias colectivas se producirá en la red corporativa, con una lógica horizontal donde cada persona implicada en la red participaría de una forma flexible, aunque impredecible en función de sus experiencias y capacidad de contribución.
Lo colectivo como solución a la complejidad
El principal problema directivo es que la parte más elevada de la pirámide no tiene la información más adecuada para la toma de decisiones, pero probablemente tampoco nadie de forma aislada en la base. La “ignorancia sistémica” nos habla que para tomar decisiones correctas en un tiempo corto frente a un problema complejo se requiere de la participación de diferentes miembros de un sistema.
Pero esta lógica no lineal desconcierta al manager que quiere entender “cómo se tomará la decisión” y quiere “dibujar un circuito formal que pueda controlar”. La lógica difusa frente al orden racional no es un escenario tranquilizante para el directivo con viejos paradigmas de management.
Gestionar lo colectivo implica gestionar comunidades como forma organizativa poco estructurada frente a las organizaciones con funciones-silo conocidas por todos, gestionar comunidades deviene el nuevo patrón de toma de decisiones frente a la lógica individual.
La decisión la seguirá tomando una persona pero gracias al resultado de la inteligencia colectiva de personas conectadas que temporalmente comparten un objetivo común, cuyas interacciones y contribuciones serán difusas no planificables y poco controlables.
Más allá de las decisiones el conocimiento, los valores y los nuevos parámetros culturales se formarán en las redes corporativas que serán creadas y gestionadas por esta nueva generación de directivos que hemos denominado socialnetworker. ¿Estás preparado?
Virginio Gallardo
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