Tienen que entender la diversidad para ser capaces de ver oportunidades en ella. Una palabra que no deberían olvidar es 'glocalización': pensar globalmente y actuar localmente.
La internacionalización de la empresa se ha convertido en una necesidad para la mayoría de las compañías de nuestro país, que tienen que buscar fuera las ventas que han perdido por culpa de la crisis interna. España ha pasado de 97.418 empresas exportadoras en 2007 a contar con más de 123.000 en 2011, un 26% más en sólo cuatro años, según el Observatorio de la Empresa Multinacional Española (OEME) de Esade. Un informe de la Confederación de Ejecutivos y Directivos y KPMG concluye además que el 77% de los directivos españoles prevé impulsar la internacionalización de su empresa en 2013, un porcentaje que asciende al 85% si se contabilizan los que ya lo hicieron en 2012 y quieren seguir por ese camino este año. Pese a ello, las capacidades gerenciales, las barreras culturales o las dificultades para identificar y analizar mercados son algunos de los principales problemas con los que se encuentran las empresas cuando se internacionalizan, según destaca un estudio del Consejo Económico y Social de 2012.
La conclusión es que se necesitan líderes globales, pero ¿qué significa serlo y cómo tienen que ser estas personas? "La primera condición es que sean capaces de entender la diversidad cultural, política y económica del mundo, y a la vez la uniformidad del mismo. Saber entender que todos vemos las mismas películas y escuchamos la misma música, pero a la vez tenemos una cultura propia", afirma José Ramón Pin, profesor de Dirección de Personas de IESE Business School.
Por eso, la primera clave debe ser entender lo que los expertos llaman glocalización: pensar globalmente y actuar localmente.
Experiencia y visión
Las empresas valoran cada vez más a aquellas personas que son capaces de saber vivir y entender otras culturas. "Empieza a haber compañías que insisten a sus directivos en que tienen que tener experiencias internacionales si quieren seguir creciendo en la empresa", asegura Francisco Loscos, profesor del Departamento de Dirección y Organización de Esade. "No es algo estrictamente necesario, sólo hay que ver el caso de Amancio Ortega, pero está claro que ayuda.
Hay líderes globales innatos, pero lo ideal es que fuéramos capaces de fabricarlos", dice José Ramón Pin. Dos de los aspectos que destacan ambos expertos son que sean directivos con una visión de futuro, que les permita identificar negocios diferentes, y capacidad de comunicarse con otras culturas (más allá de hablar otros idiomas). "Tener esa visión de futuro es cada vez más difícil por culpa de la incertidumbre con la que vivimos. Por eso, es más importante contar con personas que la posean", dice Francisco Loscos. "Se trata de una habilidad especial porque no sólo hay que ver el futuro, sino también cómo llegar a él", añade José Ramón Pin.
Los directivos españoles
"En generaciones anteriores ha habido una cierta carencia de líderes globales por falta de experiencia, pero la necesidad hace virtud y en los últimos años los directivos españoles están demostrando que son capaces de saltar fronteras", afirma este experto. "Es verdad que puede existir ese componente generacional, pero también hay excepciones de líderes con muchos años que han sabido llevar a sus empresas al éxito internacional, como es el caso de Emilio Botín", opina Francisco Loscos.
La exportación de profesionales al exterior puede ayudar, a su regreso, a que en el futuro haya más líderes con perfil global en España. Mientras tanto, los expertos creen que "progresamos adecuadamente, pero nos queda por andar".
Seis claves para el directivo de una empresa internacionalizada
Manejos culturales: Es imprescindible que entienda la cultura de los lugares donde tiene intereses su empresa, no sólo desde un punto de vista teórico, sino también práctico.
Gestión de redes globales: Las empresas necesitan alianzas y socios allá donde están y los directivos de esas compañías tienen que ser capaces de saber gestionar esas redes.
Códigos de comunicación: No vale con saber hablar inglés, cosa que se debería dar por sentado, sino entender los códigos de comunicación de otros países.
Vivir con la incertidumbre: No es una moda, sino una realidad estructural. El mundo es más complejo y hay que tomar decisiones rápidas sabiendo gestionar la incertidumbre.
Conocimientos geopolíticos: Las compañías residen en regiones con distintas realidades que hay que saber manejar.
Visión global: Hay que ver tanto las oportunidades fuera, como las amenazas internas que surgen de empresas extranjeras.
Víctor M. Osorio
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