La crisis económica en España ha
traído la escasez de trabajo para los jóvenes (especialmente, los nacido en
torno la tercer milenio) como nos lo demuestra, desde hace tiempo, los datos de
desempleo. Y ello, nos lleva a reflexionar sobre sus oportunidades de
desarrollo laboral.
Por un lado, hemos de saber que
la guerra del talento a nivel nacional y sobre todo mundial, es una realidad.
Las organizaciones continúan requiriendo talento pero este es primordialmente
técnico y emprendedor. Por ello, aquellos jóvenes que además de dominar
idiomas, acrediten una buena formación técnica y actitudes especiales podrán
seguir teniendo oportunidades. Eso sí, estás normalmente las encontraran fuera
de sus fronteras. Ello, sin duda, supondrá una experiencia provechosa para
ellos pero les exigirá, por un lado, renunciar a ciertos valores que hasta
ahora la juventud viene desarrollando, -como, por ejemplo, disponer de una vida
personal cerca de su entorno- y por otro lado, desarrollar ciertas competencias
personales que normalmente no han sido trabajadas en los centros educativos
–como, por ejemplo, la asunción de riesgos, la flexibilidad, la autonomía
social o la capacidad para relacionarse en entornos culturales diferentes- .
Por otro lado, muchos jóvenes que
no aportan este tipo de talento técnico y emprendedor, tendrán serias
dificultades para integrarse satisfactoriamente en el mercado laboral.
En general, todos, -los primeros
y los segundos-, verán reducido su nivel de vida en relación del que disponía
sus padres (esa generación de empleados que ahora consideramos “mimados” y que
denominados “baby boomers”) y la “generación X”.
Todas estas generaciones están
involucradas en esta tormenta económica y social.
La crisis económica ha hecho que
la situación de tres generaciones sea complicada laboralmente: han bajado sus
ingresos, han perdido seguridad en la perspectiva de empleo, su jubilación será
peor, la conciliación de la vida personal empieza a ser una leyenda, etc.
Sin embargo, en especial es una
responsabilidad de los “baby boomers” como generación saliente, tutelar a las
nuevas generaciones. Ellos todavía tienen una función gerencial que desarrollar
como educadores de los jóvenes; es decir, los que habrán de ser a los futuros
líderes empresariales y soporte sociales. Esta responsabilidad tiene
varias vertientes: personal (los valores, motivos y actitudes han de saberse
conjugar con el entorno) y profesional (además de la formación académica, se
requieren conocimientos especializados en idiomas, técnicos y tecnológicos).
Es, por tanto, una
responsabilidad de todos, –incluido el gobierno y resto de la sociedad civil-,
favorecer la incorporación de las nuevas generaciones al mercado laboral, así
como su desarrollo personal y profesional.
McKinsey ha publicado un extenso e interesante informe sobre la problemática educativa relacionada con las nuevas generaciones.
ResponderEliminarEl problema es complejo y nos implica a nosotros como educadores. Debemos actualizarnos y estar a la altura del desafío.
En el siguiente link se puede descargar el informe:
http://mckinseyonsociety.com/education-to-employment/report/
Gracias Ricardo por tu acertado comentario y por facilitar a la comunidad el link del informe de Mckinsey.
ResponderEliminarSigue adelante!!!
Saludos, Rodolfo.