jueves, mayo 09, 2013

La Humildad del Líder


Jim Collins en su estudio publicado en 2001 y  que llevó más de cinco años, denominado “Good to Great”, en el que estudia porque algunas compañías  hacen la transición con éxito de ser buenas a mucho mejores en un periodo sostenido, identifica la relevancia de tener líderes de “Nivel 5”Es decir, aquellos que se caracterizan por, además de tener los rasgos de los niveles 1 a 4, - tener capacidades individuales, disponer de un buen equipo, gestionar adecuadamente el negocio y combinar las habilidades básicas de liderazgo (cómo la capacidad para dirigir, orientar, movilizar y transformar a un grupo) -, tener los siguientes rasgos: 
  • Toman decisiones valientes. 
  • Hacen lo mejor posible. 
  • Y sobre todo, son humildades
Jim Collins, dice que "el ingrediente mágico” de los grandes ejecutivos “no está en su competencia o genialidad, sino que en su humildad y buena voluntad". Así, el ingrediente esencial para llevar una empresa hacia la grandeza es contar con un ejecutivo que tenga la rara mezcla entre humildad personal y extrema e intensa voluntad profesional. 

La humildad es un valor (o virtud) que el propio Collins considera escaso en los ejecutivos y que consiste en aceptarse con las habilidades y defectos de los que disponemos. Ser humilde es lo contrario de ser soberbio. La soberbia significa olvidarse de las imperfecciones, sentirse autosuficiente y perder la capacidad de crítica. Por ello, la soberbia es el principio del declive de una persona y de una organización.

De un buen líder se espera, por tanto, que no sea pretencioso, interesado o egoísta. Ernest Hemingway hacía residir en la humildad el secreto de la sabiduría, del poder y del conocimiento.

Algunos de los comportamientos de líder en consonancia con la humildad han de ser: sus ansias por aprender; analizar permanente el entorno; escuchar y en su caso, aceptar los consejos de otros;  reconocer lo bueno de otros y las oportunidades; aprender de los errores; aceptar la críticas; ser flexible para rectificar; apoyar en aquellos que mas capacidades tienen; etc.

Por ello, uno de los retos de las organizaciones es hacer que sus directivos tomen consciencia de sus carencias y aéreas de mejora, además, de que no tengan miedo a buscar el conocimiento y apoyarse en otros.


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