¿Tienes miedo de los conflictos? ¡Esto es perfectamente normal! Instintivamente, nuestro cerebro nos dice que el
conflicto es peligroso, por lo que nuestra inclinación natural es luchar o
huir.
Sin embargo, el miedo al
conflicto puede convertir a líderes, gerentes y empleados en "rehenes
psicológicos" que están paralizados e incapaces de desafiar a otros.
La verdad es que podemos utilizar
el conflicto bien manejado para traer enormes beneficios a personas y empresas.
De hecho, la gestión de conflictos es a menudo uno de los principales
impulsores del cambio. Manejado adecuadamente, puede ayudar a la gente a ser
más innovadora y crear lazos más fuertes, construir equipos eficaces y mejorar
el rendimiento. La clave es enfrentar abiertamente un problema y negociar un
resultado de ganar-ganar. Aquí, puedes encontrar las seis cualidades esenciales
para la gestión de conflictos.
1. Crear y mantener un vínculo,
incluso con tu "adversario"
La clave para distender el
conflicto es formar un enlace, o re-unirse, con la otra parte. No tienes que
gustarle a alguien para formar un vínculo con él o ella. Sólo tenemos un
objetivo común. Trata a la persona como un amigo, no un enemigo, y basa la
relación en el respeto mutuo, la consideración positiva y la cooperación. Los
líderes deben aprender a separar la persona del problema, realmente quieren
ayudar a la otra parte y evitar respuestas negativas a los ataques o las
emociones intensas.
2. Establecer un diálogo y negociar
En todo momento es importante
para mantener la conversación relevante, mantenerse concentrado en un resultado
positivo y ser consciente de la meta común. Es imprescindible para evitar ser
hostil o agresivo. La etapa siguiente es la negociación, en la que se añade la
negociación al diálogo. Hablar, el diálogo y la negociación crean dos
operaciones genuinas, atractivas y productivas. Tenemos que utilizar la energía
del cuerpo, las emociones, el intelecto y el espíritu.
3. "Pon el pescado sobre la
mesa"
Esta expresión significa,
simplemente, plantear una cuestión difícil sin ser agresivo u hostil. La
analogía proviene de Sicilia, donde los pescadores, que están fuertemente
unidos, ponen sus capturas ensangrentadas en una mesa grande para limpiar todo
junto. Ellos trabajan a través del trabajo sucio y son recompensados con una
cena de pescado grande al final del día. Si dejas un pescado bajo la mesa
empieza a descomponerse y oler. Por otro lado, una vez que un problema se
plantea, podemos trabajar a través del desorden y encontrar un resultado
mutuamente beneficioso. Lo importante a recordar es que no hay que dar una
palmada a la otra parte en la cara con los peces! Hay que ser directo,
atractivo y respetuoso, siempre ayudando a la otra persona a "salvar la cara".
Además, el tiempo es importante.
No sería beneficioso elevar un tema tan difícil, como si un colega se estuviera
yendo al aeropuerto. Podemos decidir no colocar el pescado sobre la mesa como
una táctica, pero no porque queremos evitar el conflicto. Elegir el momento
adecuado y las circunstancias adecuadas es parte de una estrategia de gestión
de conflictos eficaz.
4. Comprender las causas de los
conflictos
Para poder crear un diálogo
encaminado a resolver el conflicto, tenemos que entender la raíz del
desacuerdo. Entre las causas comunes de desacuerdo se encuentran las
diferencias sobre los objetivos, intereses o valores. Puede haber diferentes
percepciones del problema, tales como "Es un problema de control de
calidad" o "Es un problema de producción", y también puede haber
diferentes estilos de comunicación. Energía, estado, la rivalidad, la
inseguridad, la resistencia al cambio y la confusión acerca de los roles
también pueden crear conflictos. Personas egoístas, por ejemplo, los líderes
que manipulan a otros para construir su propia identidad y auto-importancia a
menudo generan conflictos.
Es crucial determinar si un
conflicto se relaciona con los intereses o necesidades. Los intereses son más
transitorios y superficiales, como la tierra, el dinero, y el trabajo, las
necesidades son más básicas y no para la negociación, tales como la identidad,
la seguridad y el respeto. Muchos conflictos parecen ser acerca de los
intereses, cuando en realidad son acerca de las necesidades. Las pérdidas que
provocan la mayoría de los conflictos tienen que ver con las necesidades, y
esas necesidades pueden conectar a las heridas más profundas que las personas
han sufrido en su vida. Alguien por ejemplo no tuvo un ascenso, puede parecer
que está molesto por la pérdida de dinero extra, cuando el verdadero dolor es
causado por una pérdida de respeto o pérdida de la identidad.
5. Utilizar la ley de la
reciprocidad
La ley de la reciprocidad es la
base de la cooperación y la colaboración. Lo que damos probablemente sea lo que
recibe. Los seres humanos tienen un patrón profundamente cableado de
reciprocidad. Los investigadores han descubierto recientemente las neuronas
espejo en el cerebro, lo que sugiere que nuestro sistema límbico (cerebro
emocional) que establece empatía recrea la experiencia de las intenciones de
los demás y sentimientos dentro de nosotros mismos. El intercambio mutuo y la
adaptación interna permiten a dos personas estar en sintonía y empatía con los
demás estados interiores. Por lo tanto una técnica poderosa para dominar en
cualquier tipo de disputa es la de empatizar con los sentimientos y puntos de
vista de la otra persona mediante la gestión de lo que expresamos - tanto
verbal como no verbal. Esta toma de conciencia social permite hacer las
concesiones adecuadas en el momento adecuado. Una vez que hayas hecho una
concesión, es probable que la otra parte responda en especie. Por otra parte,
cuando se reconoce una concesión que se ha hecho, corresponde con una propia.
6. Construir una relación
positiva
Una vez que el vínculo se ha
establecido, debemos nutrir la relación, así como perseguir nuestros objetivos.
Tenemos que equilibrar la razón y la emoción, porque las emociones como el
miedo, la ira, la frustración y hasta el amor pueden interrumpir las acciones de
otro modo reflexivo.
Tenemos que entender el punto de
vista de cada uno, independientemente de si estamos de acuerdo con él o no.
Cuanto de manera más efectiva comuniquemos nuestras diferencias y
nuestras áreas de acuerdo, mejor vamos a entender las preocupaciones del otro y
mejorar nuestras posibilidades de llegar a un acuerdo mutuamente aceptable. Los
profundos lazos se basan en lo que el psicólogo Carl Rogers denominó
"consideración positiva incondicional". Todos podemos aprender a
comunicar la aceptación de la otra persona, mientras decimos que no o no
estamos de acuerdo con un punto específico o comportamiento. Sentirse aceptado,
digno y valioso son las necesidades psicológicas básicas. Y, como demuestra la
negociación de rehenes, es más productivo persuadir que obligar.
El conflicto está por todas
partes. La buena noticia es que el conflicto puede ser muy productivo para las
empresas y los particulares y las habilidades de gestión de conflictos se
pueden aprender. Los líderes de alto desempeño son efectivos para tratar el
conflicto, ya que utilizan las seis habilidades esenciales. He estado
negociando en secuestros, muchos de ellos violentos, durante 30 años, y he sido
tomado como rehén cuatro veces. Estoy convencido de que incluso los conflictos
más extremos pueden ser resueltos a través de la unión, el diálogo y la
negociación.
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ResponderEliminarGracias Rodrigo por tu comentario.
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Saludos cordiales, Rodolfo.