sábado, septiembre 29, 2012

Tod@s llevamos un intraemprendedor dentro


La gran mayoría de nosotros hemos vuelto de vacaciones con energía renovada y ganas de cambios. Unos, los más valientes, iniciarán proyectos propios; otros están buscando reincorporarse a la vida laboral; pero la gran mayoría seguiremos en nuestras empresas, con ganas de iniciar proyectos nuevos pero sin encontrar la manera de hacerlo y seguiremos un año más en nuestra zona de confort, viendo la vida pasar. Unos pocos, los intraemprendedores, llevarán a cabo, dentro de sus empresas, los cambios que se han propuesto.

Cada vez es más importante la figura del intraemprendedor, aquellos profesionales con espíritu emprendedor, iniciativa, ideas, que gracias a su proactividad y creatividad ponen en marcha proyectos innovadores dentro de sus empresas (si les dejan). Son profesionales  convencidos de que convertir sus ideas en realidad en buena parte depende de ellos. Huyen del victimismo provocado por la creencia de que no controlan directamente la situación. 

El intraemprendedor es un valor que cotiza al alza en aquellas empresas que realmente creen en la innovación, convencidas de los beneficios que aporta tener ese talento implicado con sus valores y objetivos:
  • Son una fuente interna de innovación
  • Contagian su entusiasmo a otros intraemprendedores potenciales
  • Ayudan a que sus empresas sean más flexibles y veloces
  • Mejoran la motivación y el clima interno
  • En definitiva, contribuyen a que sus empresas sean más productivas y mejoren resultados
Pero ¿Son tan escasos los intraemprededores?

Yo creo que no, que todos llevamos un intraemprendedor dentro pero solo lo dejamos salir bien cuando tenemos las condiciones adecuadas a nuestro alrededor, bien cuando somos capaces de hacer un cambio en nuestra percepción del centro de control.
Es bastante obvia la relación entre los círculos de influencia y de preocupación (Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva de E. Covey) como uno de los factores que influyen en el perfil del intraemprendedor:

“Cuando trabajamos en un proyecto nos encontramos con dificultades o preocupaciones que interfieren en su avance. Es evidente que sobre algunas de estas dificultades no tenemos ningún control real y, con respecto a otras, sí podemos hacer algo.
Algunas de estas dificultades están enmarcadas dentro de lo que llamamos nuestra Zona de control directo, todo lo que depende única y exclusivamente de nosotros.
Otro grupo de dificultades están enmarcadas dentro de lo que llamamos nuestra Zona de influencia. Son los problemas que involucran la conducta de otras personas, aquello sobre lo que podemos influir pero no depende exclusivamente de nosotros.
Hay un último grupo de dificultades o problemas que también interfieren en nuestro trabajo y sobre las que no podemos influir de ninguna manera. Serían aquellas que englobaríamos dentro de nuestra Zona de inexistencia de control. 
Las personas, en función de nuestra mayor o menor proactividad, percibimos y reaccionamos de diferentes maneras antes todas estas dificultades.
Las personas más PROACTIVAS centran sus esfuerzos en las áreas de control directo e indirecto. Se dedican a las cosas con respecto a las cuales pueden hacer algo”.
Sin embargo, las personas REACTIVAS tienden a centrar su atención y energía en el área de inexistencia de control. Su foco se sitúa en los defectos de otras personas, en los problemas del medio y en circunstancias sobre las que no tienen ningún control. De ello se derivan sentimientos negativos y acusaciones, lenguaje reactivo y sentimientos de impotencia, estrés, etc.”

Nuestras “zonas de control” no son inamovibles. Si desarrollamos una actitud personal activa y enfocada a la acción, cualquier persona tiene la capacidad de ampliar aquellas “Áreas” que le interesen, apasionen o preocupen. Por ejemplo, si desarrollo una relación de confianza con un determinado Clientes me permitirá aumentar mi círculo de influencia indirecta pues tendré una mayor influencia sobre sus decisiones.

Ser intraemprendedor significa reconocer nuestra responsabilidad de hacer que las cosas sucedan. Muchas personas esperan que suceda algo o que alguien se haga cargo de ellas. Sin embargo, los profesionales intraemprendedores son aquellos que son soluciones para los problemas, que toman la iniciativa de hacer siempre lo que resulte necesario y finalmente realizan la tarea.

“Es uno mismo quien tiene la responsabilidad de actuar”

Como dijo San Agustín:

Dame señor valentía para cambiar lo que pueda cambiar, paciencia para soportar lo que no pueda cambiar y sabiduría para percibir la diferencia”.

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