sábado, junio 30, 2012

Valores para el liderazgo empresarial en el siglo XXI


Según Geoffrey James, editor de Inc.com, en las entrevistas que ha realizado durante estos últimos años a una serie de directivos y ejecutivos de “éxito” en diversos países con el objetivo de descubrir los “secretos” de su gestión, ha llegado a la conclusión (véase su artículo en inglés) de que los mejores líderes tienen una visión radicalmente diferente a las tendencias dominantes en las dinámicas de la gestión de equipos y de la propia empresas que se pueden traducir en una serie de valores. A continuación el resumen de éstos:

1. El mundo de los negocios es un ecosistema donde la simbiosis entre empresas (incluida la competencia) y equipos facilita la adaptación a nuevos mercados. No es un campo de batalla donde colisionan los conflictos entre empresas, departamentos y grupos.
2. Una empresa es una comunidad de sueños y esperanzas individuales conectadas con un propósito superior. No es una maquinaría donde las personas son simples engranajes.
3. La gestión es servicio y facilitador de recursos para que los empleados puedan realizar su trabajo de forma eficaz. No es control y coacción de la iniciativa individual.
4. Mis empleados son mis iguales. No son unos seres inferiores e inmaduros en los que no se puede confiar y deben estar supervisados por un sistema de gestión patriarcal.
5. La motivación viene de la visión de un futuro mejor donde todos forman parte sabiendo que van a compartir los beneficios. No es el miedo al despido, al ridículo o a la perdida de privilegios.
6. El cambio es algo inevitable que forma parte de nuestras vidas y los empleados y la organización deben abrazar nuevas ideas y nuevas formas de hacer. No es algo complicado y amenazante que hay que soportar y que, por tanto, se aplaza o se torpedea hasta que es demasiado tarde.
7. La tecnología aporta empoderamiento de los empleados para ser creativos y construir mejores relaciones. No es una forma de fortalecer el control y la automatización de las tareas.
8. El trabajo debe ser intrínsecamente placentero y se debe poner a las personas, en la medida de lo posible, en tareas que les haga más felices. No es la condena bíblica o un mal necesario donde el jefe es el opresor y los empleados son las victimas y, por tanto, todo el mundo se comporta en consecuencia.
Ocho valores que ¡yo suscribo! Sin embargo, la realidad sigue siendo muy diferente y deben ser muy pocos, pero que muy pocos, los líderes empresariales que los practican. El liderazgo sigue anclado en modelos, ya caducos, de la Revolución Industrial. Por el momento, una utopía tipo Happy Dream World que debemos perseguir.

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