lunes, marzo 12, 2012

¡No te creas nada de lo que digo!

En algunas tradiciones nativas americanas, tienen integrado un método que considero muy útil para los tiempos que corren. Se trata del “dancehammering” …[voz en off ”y ahora como lo traduzco?”] … Sería algo así como un método para testar cualquier información o conocimiento que nos llega, antes de decidir incorporarlo a nuestro propio conocimiento.

No tengo la menor idea del número de artículos que se comparten cada día en todas y cada una de las redes sociales. Imagino que muchos. Los leemos, los compartimos con celeridad y en muchas ocasiones pensando “¡qué bueno!”. Obviamente, si pensamos “¡Y este de qué va!”, entonces lo desestimamos. Tanto en los primeros como en los segundos, la lectura veloz nos lleva a incorporar o no, tal vez sin el necesario “testeo” de lo que nos ha llegado.

Por todo ello, y especialmente para este artículo, no te creas nada de lo que digo, simplemente porque lo diga. Recibe lo que comparto, exprímelo, critícalo, desmenúzalo… Después decide si lo quieres incorporar o no, si te sirve o no, y en qué medida. Aborda la lectura desde la perspectiva: “no me lo creo”.

Te invito a que “encares” el video Inteligencia Colectiva y Organización Descentralizada que puedes ver más abajo, desde esa perspectiva. De entrada, tal vez el título te rechine en tu sistema de paradigmas, “¿puede existir organización descentralizada? Si es descentralizada, entonces ¿no será auto-organización?”. Probablemente te salten más dudas o preguntas…



Mira el vídeo varias veces, si es necesario. Entonces, tal vez te venga aquello de “pero los humanos no somos animales”. Pregúntate si estas poniendo tus creencias entre la observación del video y el proceso de “dancehammering”. Si lo sientes así, puedes apartarlas.

Permítete estar presente para escuchar y recibir el mensaje. Después, critica, exprime, desmenuza, comparte…

Yo mismo he dejado pasar unos días. He hecho algunas conexiones y me han venido cuatro ideas que decido compartir, esperando que no te las creas, que las exprimas, las critiques, las desmenuces y que compartas tu respuesta.

Estas son las cuatro ideas:  

1.   Haz lo mejor que puedas y sepas, siempre, en tu nivel local, pensando en el bien común. Persigue aquello que sientas que es lo mejor para tu sistema, pero enfocado en tu acción local. Para ello, pregúntate constantemente, ¿qué se necesita aquí y ahora? y ¡házlo!


2.   Si cuando lo haces o lo quieres impulsar, nadie te sigue, ¡olvídate de ello! Seguramente aquello que crees que se necesita, en realidad no es lo que se necesita. O tal vez, sea muy pronto para que el sistema lo necesite. Pero sobre todo no intentes empujar tu idea o tu acción.


3.   Si estás en una posición “global”, ni se te ocurra liderar las acciones en el nivel local. Es demasiado complejo hacerlo, es imposible. Si insistes, pronto tendrás la tentación de estandarizarlo todo y a todos, por aquello de simplificar tu tarea. Si aún así insistes, te acabas de cargar la diversidad en tu organización y con ello la posibilidad de que se tomen decisiones más inteligentes.


4.   Si a pesar de seguir los puntos 1, 2 y 3, sigues sintiendo la tentación de imponer tu perspectiva, de empujar para que se haga lo que tú quieres, lo que tú necesitas, entonces vuelve al punto 1.


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