lunes, julio 25, 2011

Serendipity o cómo sacar provecho de lo inesperado

Cuando se trata de poner en marcha un negocio, consultemos a quien consultemos nos dirá que la clave está en satisfacer una necesidad, o bien innovar en un sector o actividad que ya esté operativo. En ambos casos se puede llegar previo estudio de mercado, por la vía tradicional y convencional, investigando qué se está haciendo, qué se podría hacer, cómo mejorar o simplemente estar atento, los ojos bien abiertos, y observar a nuestro alrededor, escuchar la voz del consumidor, de los clientes, de ti, de mi, de tu entorno.

Sin embargo, en no pocas ocasiones la realidad está mostrando que a veces la fuente de inspiración llega de la forma más inesperada, como el amor. Cuando menos te lo esperas, sientes la punzada en el corazón, se te acelera el pulso y sí, lo tienes delante de tus narices. Hablamos en MuyPymes de "serendipity", el valor de lo inesperado, el "descubrimiento de algo por casualidad" según los diccionarios. Se trata ni más ni menos de un "fenómeno" (si se puede denominar de tal forma) según el cual todo es posible. Hace referencia a la idea de que, de forma accidental, cuando menos lo esperamos, podemos encontrar una idea revolucionaria que nos lleve a degustar las dulces mieles del éxito.

En el mundo de la empresa encontramos así muchos negocios que han nacido de lo imprevisible, de lo inesperado, de un pequeño accidente o situación puntual. ¿Ejemplos? EL Post-it, alimentos tan populares como el Donut o el cucurucho, los caramelos Chupa Chups, el rayo láser o el velcro, medicamentos como la penicilina o drogas alucinógenas como el LSD. Todos ellos fueron descubiertos gracias a la serendipity.

De esta mágica palabra, de encuentros por accidente y del fenómeno de lo inesperado habla Guzmán López en el libro Serendipity. De él estamos aprendiendo cómo aprovechar los detalles más pequeños que la vida nos ofrece para aquellos que queremos generar nuevas y mejores ideas y, en general, para todos aquellos que confían en el poder de lo inesperado.

Como nos dice su autor, "un error de búsqueda en Google, un pequeño problema con el coche o algo tan habitual como quedarse sin entradas para una ópera pueden ser estímulos suficientes para crear nuestra propia suerte". Gracias a esas eventualidades podemos conectar con algo con lo que antes, sencillamente, desconocíamos o no percibíamos.

El quid de la cuestión está en conseguir una actitud de búsqueda a la vez que nos planteamos un objetivo, ya que, "el que nada busca... nada encuentra". No en vano, la magia del serendipity reside en que, sea lo que sea que estamos buscando, encontraremos algo mucho mejor.

Como muestra, un botón, varios en este caso: emprendedores como Enrique Sacristán, que al casi quedarse sin entradas para una ópera en Viena se le ocurrió montar una empresa que gestionara la asistencia a conciertos por toda Europa; o Félix Tena, que debido al éxito que tenía traer juguetes de China a su hijo se le ocurrió crear una empresa como Imaginarium.

Un error de cálculo, un debate divertido con unos amigos o incluso un sueño provocador pueden ser, en definitiva, la clave que nos señale de dónde debemos extraer esa idea que, o bien iniciará nuestra empresa o bien la modificará buscando siempre la mejora continua tan necesaria en los negocios de hoy en día.

En definitiva, Serendipity nos acerca a la resolución de las sempiternas preguntas: ¿por qué algunos tienen éxito y otros no? ¿A lo mejor por mirar con otro foco, otra lente? ¿Se trata de dar valor a lo inesperado, de una forma diferente de ver la realidad?

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