martes, julio 19, 2011

El talento oculto tras las siete puertas

Mundialmente reconocida como una de las compañías más innovadoras del mundo, el Cirque du Soleil en gran medida ha logrado sostener ese perfil gracias a la aportación y a la pasión creativa de Lyn Heward, hoy su embajadora y productora ejecutiva de proyectos.

Su rol inicial de coordinadora del estudio creativo y de selección de acróbatas fue creciendo con la compañía: en el 2000 fue nombrada presidenta y COO de su división de Contenido Creativo, cargo que ocupó hasta 2005. Corresponden a ese período los éxitos "Varekai" (2002), "Zumanity" (2003) y "KÀ" (2004). Su capacidad para manejar todas las facetas de la creación de un show y al mismo tiempo lograr un posicionamiento internacional de talentos, la convierte en una experta en gestión de creatividad.

Creado en Quebec en 1984, el Cirque du Soleil nació planteando un nuevo concepto de circo que consistía en una mezcla entre las artes circenses y las de la calle. Hoy en día es una organización que cuenta con más de 4.000 trabajadores y cuyos objetivos son: invocar a la imaginación, provocar los sentidos y evocar las emociones.

Para Lyn Heward, la búsqueda del talento necesario para formar parte del Cirque du Soleil, pasa por la apertura de las siete puertas que representan los pasos para formar un equipo, desde el individuo hasta el grupo, y la supervivencia.

La primera puerta es la de las grandes expectativas, la que nos muestra que la vida está llena de experiencias creativas y que todos vivimos en un pozo de creatividad, con sueños, deseos y en una constante búsqueda.

La segunda puerta esconde la búsqueda del despertar de los sentidos y el disfrute de nuevas experiencias. Este viaje introspectivo comienza con la técnica, pero sólo puede avanzar cuando uno se aparta de la mecánica y se sitúa en el momento para captar experiencias.

En la tercera puerta buceamos en los talentos ocultos en busca del tesoro y la transformación creativa. Debemos identificar las competencias y cualidades, pero buscando también el talento y los potenciales individuales. A a menudo la persona ni siquiera sabe que tiene talento.

La cuarta puerta esconde al equipo y la importancia de crear un ambiente enriquecedor que lleve a la productividad mediante la creatividad. Del talento individual se pasa al equipo en el que cada persona siente responsabilidad por el espectáculo y por su éxito o su fracaso.

Tras la quinta puerta se ocultan los desafíos exteriores, las limitaciones, las diferencias culturales y las expectativas de los consumidores que se convierten en catalizadores creativos. Aquí están los presupuestos limitados, las fechas límite de entrega de proyectos y los elementos que desafían a la creatividad.

En la sexta puerta, los riesgos están al final del camino que se recorre. Para ser creativo hay que ser valiente y que “dormirse en los laureles es el peor riesgo que podemos correr.”

Y la séptima y última puerta se abre para mostrar la importancia de mantener la frescura del trabajo en equipo y del producto final. Es el espíritu de renovación. Resulta imprescindible cuestionar el producto con el paso de los años para saber si todavía funciona.

Como conclusión, el líder creativo que se oculta tras las siete puertas debe ser, en definitiva, quien reconoce que el trabajo perfecto es una combinación de conocimientos, experiencia, talento y, sobre todo, de pasión continua.

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