Muchos son los libros y publicaciones que hablan de liderazgo, de como desarrollar las habilidades necesarias para gestionar equipos, como ser un buen directivo. Nos preocupamos por el desarrollo de los nuevos y actuales directores como uno de los aspectos fundamentales para que las empresas avancen y consigan sus resultados, y sin embargo solo una pequeña parte de las personas de las organizaciones ocupa posiciones de dirección. ¿Qué pasa con el resto? ¿Como intervienen en la cuenta de resultados?
Me gustaría reflexionar sobre los Líderes en la sombra, concretamente sobre aquellas personas de la organización que no quieren asumir un rol directivo y sin embargo ejercen influencia en la toma de decisiones y el rumbo de la Compañía.
Según la encuesta anual del 2009 de Randstad World of Work la gran mayoría de empleados no quieren ser jefes. Habíamos asumido que la mayor parte de las personas de la organización aspiraban a ir promocionando en la empresa hasta ocupar algún cargo en el 8º piso, con un despacho soleado y con vistas y sin embargo no es así, los valores y motivaciones han cambiado.
En casi todas las organizaciones hay un tipo de profesionales con unas determinadas características que los hacen especiales, son personas socialmente inteligentes, con visión global y sentido común. Son profesionales con las ideas muy claras, resolutivos, influyentes, que conocen bien su trabajo y muy probablemente conocen bien la organización porque llevan tiempo en ella, suelen mostrar muy buena relación con las personas de la empresa y tienen mucha información de los que se está cociendo en los fogones mas escondidos, información no oficial de las motivaciones y opiniones de sus compañeros. Por otro lado, generan confianza y son personas de confianza de quien toma decisiones.
Este tipo de profesional ejerce gran influencia en la organización, son agentes de cambio, se toman decisiones importantes en las que influye, no directamente ya que no son directivos, pero si a través de la influencia que ejercen en sus jefes.
Son líderes capacitados para asumir responsabilidades, ocupar posiciones de dirección (muchas veces más preparados que los mismos directivos), pero no están en el mando porque no quieren, bien porque no les motiva, no quieren asumir el estrés que implica más responsabilidad, bien porque no es el momento personal-vital, o bien porque no les gustan los modelos directivos que han visto.
A los ojos de algunos parecen personas poco ambiciosas, pero la realidad es que su ambición la dirigen hacia otros aspectos de su vida, y lo mas curioso es que parecen felices en su rol. Son personas esenciales en toda organización ya que ejercen una función fundamental en el destino de las empresas.
Muchos directores generales que se encuentran a estos líderes a la sombra, intentan redirigirlos hacia posiciones de mando, motivarlos para asumir más responsabilidades, aunque en muchos casos es un error ya que pueden perder no solo las habilidades que tenían anteriormente sino su función en la compañía. Todavía hay directores que no entienden que otros no lo quieran ser.
¿Como canalizar ese talento y habilidades?
En una organización innovadora todos deberíamos ser líderes, personas con capacidad de generar cambio a nuestro alrededor. Cada empleado debería ser un agente de cambio y si hay pocos directivos, habrá más líderes que directivos. Este es el nuevo ratio de medir la riqueza de una organización: el número de líderes/directivos. Cuanto mayor sea este número, mayor será esta riqueza, sólo requiere de una condición que los directivos sean grandes líderes y los dejen actuar.
Hola Rodolfo,
ResponderEliminarGracias por publicar mi post, supongo que eso significa que te ha gustado, de lo que me alegro.
Saludos desde Barcelona
Alicia Pomares
Alicia, me alegro que escribas tan buenos artículos que dejan siempre disparadores para debatir.
ResponderEliminarCordialmente, Rodolfo.