miércoles, diciembre 30, 2020

Innovación en las empresas pymes para generar valor

El propósito de este artículo es de mostrar la importancia de conocela información que existe en un mundo tan cambiante y cómo la misma, se está utilizando para identificar en q áreas pueden ser s ventajosos los esfuerzos de innovación.

De tal manera siguiendo a Liberto Pereda son iniciados los procesos de innovación por una función observatorio, que origina la información que nos permitirá tomar decisiones y detectar los desafíos para trabajar.

Esta función de observatorio estará compuesta por cuatro áreas fundamentales, ellas son:

1.- Tecnología

La observación facilita conocer:

Atractivo de la tecnología en el contexto del negocio de una organización PYME. Estado de madurez de la tecnología y previsión para alcanzarla (tiempo de productividad). Análisis del impacto en el negocio (beneficios y riesgos). Los costos de implementación y proveedores de la tecnología.

2.- Competidores

Se efectúan estos análisis:

Evaluación de competidores basada en modelos de negocio: clientes, oferta de productos, recursos y procesos clave, alianzas, entre otros factores.

3.- Clientes

Estas son las actividades que se realizan:

Identificación de necesidades, creencias o deseos de clientes. Se procura un conocimiento profundo de sus comportamientos y de las motivaciones que influin a la hora de aceptar las ofertas de productos o servicios.

4.- Entorno

Se desarrollan los siguientes enfoques:

Recopilación y análisis de información relevante del entorno potico social, ecomico y medioambiental con implicaciones directas e indirectas en el negocio. Análisis de información relevante sobre inversiones y expansiones internacionales, análisis del mercado regulatorio y estudio de riesgos.
El cruce de información entre estas cuatro áreas es muy valioso para la toma de decisiones. Por ejemplo: Identificar nuevas tecnologías para satisfacer mejor las necesidades de un grupo de clientes, operando un modelo de negocio que tome lo mejor de nuestros competidores, y en un entorno optimista.

Como conclusión, las empresas pymes que no comiencen con este inicio del proceso de innovación pueden correr el riesgo, en un futuro cercano, de desaparecer por estos dos motivos:

1.- La disrupción surge cuando un nuevo modelo de negocios permite que un nuevo competidor se quede con nuestro negocio.

2.- Se debe prestar suma atención a la aceleración de la disrupción que sufren las empresas pyme como consecuencia de los avances tecnológicos, entre ellos: inteligencia artificial, robótica, nanotecnología y medicina. Estas disrupciones, tendrán una gran repercusión tanto en la sociedad como en los negocios.

De este modo, si estás interesado en mejorar tus competencias, te recomiendo inscribirte en el "Curso: Liderazgo para Empresas PYMES" que te brindará los conocimientos, herramientas, metodologías, estrategias y técnicas necesarias para proveer de una sólida formación para generar líderes y agentes de innovación y cambio, tanto en las organizaciones PYMES como a los emprendedores.

Entonces, si quieren ser más competitivos, los invito a inscribirse hasta el 31/3/21 en el Curso #GratisOnline Promoción 2102 nro. 50 de #Liderazgo para Empresas PYMES del 5/4/21 al 3/5/21. Anotarse, haciendo clic en: 



martes, diciembre 29, 2020

¿Cómo lograr un liderazgo efectivo para que las empresas PYMES sean más competitivas?


Cuando los tiempos se ponen difíciles con el coronavirus, los líderes deberán desarrollar nuevas habilidades y conocimientos para poder transformar a las empresas PYMES, y adecuarlas a esta dura realidad.

Escenarios

Estamos inmersos en tiempos de coronavirus y en una revolución digital que está afectando a los estamentos de todas las organizaciones. 

Además, dicha revolución va acompañada de un mundo en que todo es volátil, incierto, cambiante y ambiguo, así que todo debe transformarse sino se corre el riesgo de desaparecer por las cambiantes condiciones del mercado, el impacto de la tecnología y las diferentes expectativas de las cinco generaciones que conviven en el actual mercado laboral. 

Todos estos son los factores que han contribuido al gran cambio ocurrido en las organizaciones de todo el mundo.

La importancia del liderazgo

En el contexto actual, necesitamos repensar y evolucionar nuestros modelos de liderazgo a nivel estratégico de las organizaciones PYMES por su alto impacto en la productividad y, por ende, en los resultados del negocio. 

Debido a ello, el liderazgo asume una particular importancia porque es una de las competencias más valoradas por las Empresas PYMES. 

Así, los líderes deberán desarrollar nuevas habilidades y conocimientos con una mirada mucho más intensa hacia las necesidades económicas y de la sociedad.

Para mejorar las habilidades de liderazgo, los invito a inscribirse hasta el 1/12/21 en el Curso #GratisOnline Promoción 2106 nro. 50 de #Liderazgo para Empresas PYMES del 6/12/21 al 3/1/22. Anotarse, haciendo clic en:


Deseos de éxitos!!!

Rodolfo Salas


lunes, diciembre 28, 2020

Feliz 2021


"Que se cumplan todas tus expectativas laborales y personales", les desea Rodolfo Salas!!!




domingo, diciembre 27, 2020

Laberintos, espejos, big data y otros emergentes de la "economía borgeana"

 

Jorge Luis Borges Fuente: LA NACION

A principios de los años 70, Herbert Simon era una eminencia académica reconocida en distintas áreas en las que fue precursor, como la de comportamiento, la de inteligencia artificial y hasta la de economía de la atención. Simon recibió por entonces una invitación a viajar a Buenos Aires por parte de la Sociedad Argentina de Organización Industrial (Sadoi) y puso una condición para aceptar el convite: conocer en persona a Jorge Luis Borges.

El encuentro tuvo lugar en la Biblioteca Nacional. Dos señores de más de 50 años, con traje oscuro y hablar pausado, conversaron sobre temas de enorme relevancia medio siglo más tarde: los alcances de la inteligencia artificial y la ciencia de datos, a pesar de que ninguno de los dos tenía una educación formal al respecto. A Simon le llamó la atención el grado de afinidad con la lógica y la matemática en Borges, quien durante la charla reconoció la influencia en su obra de la Introducción a la Filosofía Matemática, de Bertrand Russell. En una Buenos Aires conmocionada por los crímenes de Robledo Puch y que escuchaba los primeros discos de Pappo's Blues, la crónica de este encuentro de titanes apareció resumida en la revista Primera Plana. Simon obtuvo el Premio Turing (uno de los máximos reconocimientos en computación) en 1975 y el Nobel de Economía en 1979. Falleció en Pittsburg en 2001.

La historia de esta cita es una de las varias referencias a la economía que aparecen en Borges, big data y yo, el último libro de Walter Sosa Escudero, publicado semanas atrás por Siglo XXI para la colección Ciencia que ladra, que dirige Diego Golombek. Aunque dista de ser un ensayo sobre economía (el tema central es la obra borgeana), a Sosa Escudero le ocurrió algo parecido a lo que dice la canción Out of the ghetto, de Isaac Haynes: "Te saqué del gueto, pero no pude sacar al gueto de adentro tuyo". Lo cual explica por qué, en el collage de laberintos, brújulas, mapas, infinitos y algoritmos que es Borges, Big Data y Yo, aparecen "objetos" claramente económicos, como el gasto público, el desempleo o la Asignación Universal por Hijo, además de personajes claves de la profesión como Esther Duflo o Angus Deaton, o los vernáculos Rolf Mantel, Daniel Heymann o Julio Olivera, entre otros.

En la economía (y en otras disciplinas también) se da un fenómeno curioso: hay muchos exponentes con los mejores pergaminos, logros académicos y solidez técnica, pero que por distintos motivos no se las arreglan tan bien a la hora de contar historias. A veces piensan que simplificar temas complejos para la divulgación o los medios es rebajarse, temen la crítica de colegas o, simplemente, no están interesados comunicar sus ideas. En otro conjunto aparecen economistas que son brillantes contadores de historias y metáforas, empáticos en los medios, pero con pergaminos técnicos más dudosos.

Sosa Escudero, colaborador frecuente en Álter eco, es uno de esos casos raros y muy excepcionales que están en la intersección de ambos mundos. Fue elegido varios años mejor docente en Udesa y en la Universidad de Illinois, recibió los premios Konex y Houssay, es investigador del Conicet y publicó trabajos en el Journal of Econometric Econometric Theory y expresidente de la AAEP. Y, además, tiene un perfil de divulgador exitoso: su penúltimo libro Big Data (el de tapa verde chillón) va por la sexta edición. En un año pésimo para la industria editorial se convirtió en un suceso de ventas en la categoría de no ficción con un tema a priori árido (la ciencia de datos).

En Borges, big data y yo retoma el mismo tono (y para no perder la costumbre, el color chillón de la tapa, esta vez naranja). La obra de Borges, el autor argentino que nunca ganó el Nobel (al igual que Kafka o Joyce) no tiene un portal definitivo de entrada sino una infinidad de ventanas, pasadizos y claraboyas de ingreso a un universo al que, una vez conocido, no se puede ni se quiere abandonar.

"Como pasa con el Hotel California en la canción de los Eagles", dice Sosa Escudero, que apela tanto a referencias de la economía como del rock clásico y del heavy metal de los cuales es fanático. En septiembre y octubre alternó el pulido del libro naranja con una crónica sobre el último trabajo de Metallica que le pidieron de la disquería Zivals.

Babel económica

Entre estas "claraboyas de entrada" el libro elige al cuento Funes el memorioso, un muchacho que puede recordarlo todo, y a quien reproducir los sucesos de un día le toma? ¡24 horas! Funes reniega de cualquier resumen, de la estadística y, si vamos al caso, de la ciencia. Funes no creería en ninguna encuesta, no aceptaría la medición del desempleo o la pobreza, no por "estigmatizantes" sino por improcedentes: para él, ninguna muestra es representativa a menos que se trate del todo. Las mediciones (el desempleo, el producto bruto interno, el dólar, etcétera) son el ABC de la economía diaria, y en ninguna de ellas creería Funes.

Las analogías entre este cuento clásico y la nueva economía de datos son tan potentes que llevaron a Stephen Stigler, profesor de Chicago, a afirmar que "Big data es Funes sin Estadísticas". La frase tuvo un impacto inmediato y causó un revuelo en la profesión, que Xiao Li Meng, director del Departamento de Estadística de Harvard, aprovechó para lanzar un nuevo curso titulado "Irineo Funes y Big Data".

La Biblioteca de Babel es otro cuento fundamental en las "Data-Borges". Trata sobre una biblioteca universal que contiene todos los libros, los que ya existen, los que se podrían escribir. El gran problema con la biblioteca de Borges es que el que busca, encuentra. Lo cual advierte que, en tiempos de big data, buscar sin premisas claras es una actividad peligrosa, máxime cuando no es posible distinguir causalidades de meras casualidades. Así, el libro muestra cómo los datos sugieren una correlación espuria entre el gasto público argentino y la audiencia de la serie The Big Bang Theory, encontrada por un algoritmo automático.

Otra perla de la Borgesnomics: en 2019 el premio Nobel fue otorgado a Esther Duflo, Abhijit Banerjee y Michael Kremer por su énfasis en apelar a métodos experimentales para enfrentar el problema de la pobreza, tal como lo hacen los agrónomos o los médicos. Un experimento es una forma de cotejar qué pasa en situaciones hipotéticas (asignamos fertilizante o no a una misma parcela). En El Jardín de Senderos que se Bifurcan, Borges plantea una situación en donde convivimos con nuestros contrafácticos, es decir, en donde existe una persona que estudió abogacía y la misma que estudió medicina. Un experimento no es otra cosa que buscar en el laberinto de Borges, por ejemplo, a una familia que recibió la AUH y exactamente a la misma familia pero en la circunstancia de no haberlo hecho, lo cual permite una comparación válida y, en consecuencia, la efectividad de la política.

Borges, Big data y Yo se lee en un par de tardes. Sirve tanto como una guía tentativa por el mundo borgeano para animar a quienes nunca se adentraron, como para impulsar a una "relectura" con otros ojos, algo que en el universo del autor argentino es más importante que la lectura en sí misma (de hecho, fue un punto de coincidencia en la conversación con el economista Herbert Simon). Como dice el crítico cultural Daniel Molina en una suerte de "Paradoja de Borges": "El problema con Borges es que, para leerlo, hay que haber leído a Borges".

Sebastián Campanario


miércoles, diciembre 23, 2020

Felices Fiestas

 

"Gracias por acompañarnos en este año tan incierto y complejo, que pasen unas Felices Fiestas junto a sus afectos", les desea Rodolfo Salas!!!


martes, diciembre 22, 2020

El teletrabajo genera problemas de productividad y motivación en los empleados

 

El último informe elaborado por Ricoh y basado en una encuesta a 632 trabajadores europeos durante la pandemia del coronavirus, se analizan los cambios en la forma de trabajar a raíz de la pandemia, y se observa que los problemas tecnológicos derivados del trabajo en remoto han impactado negativamente sobre la productividad, la motivación y la capacidad para atender a los clientes de los empleados de las medianas empresas españolas.

En concreto, la percepción sobre el teletrabajo entre los profesionales de empresas de entre 250 y 999 empleados está muy polarizada; y es que aunque un 66% de los encuestados afirma que puede trabajar fácilmente hasta el punto que el teletrabajo podría convertirse en su modalidad más habitual de trabajo, otro 65% confiesa que echa de menos trabajar de forma presencial.

De acuerdo a las conclusiones del estudio, y de las que se hace eco Up Spain, empresa especializada en beneficios sociales para empleados, en esta percepción negativa por parte de un segmento empresarial también puede estar relacionada con la falta de recursos técnicos y tecnológicos al alcance.

De hecho, en un contexto en el que la continuidad de los negocios está en juego, un 27% de los empleados no cuenta con la tecnología adecuada para colaborar con sus compañeros cuando teletrabajan. Además, el 24% dice no tener las herramientas necesarias para ofrecer resultados a los clientes mientras trabaja en remoto.

Por otro lado, el estudio pone de relieve otro reto importante para adaptar de forma adecuada al trabajo en remoto, como el cumplimiento de las normativas en las organizaciones (Compliance).

A este respecto, el 27% de los empleados declara que tiene problemas para seguir los reglamentos internos de la empresa cuando trabaja en remoto, fruto de las limitaciones tecnológicas. Esto podría acarrear graves consecuencias para las empresas que deban seguir procesos normativos específicos del sector o requisitos legales de mayor alcance, como el RGPD.

En materia de seguridad, esta modalidad de trabajo también puede poner en riesgo los procesos de IT, y eso preocupa mucho a los trabajadores, que perciben que no reciben toda la ayuda que necesitan, hasta el punto que un 39% afirma no haber recibido formación en procesos de seguridad IT durante el confinamiento, lo que puede suponer un riesgo y mantenernos vulnerables ante posibles ciberataques.

Ante esta problemática, señalan un 30% de los encuestados, también culpan en parte a la falta de apoyo por parte de sus compañeros de IT, demasiado ocupados debido al confinamiento repentino de la organización.

Y como principal consecuencia de estas problemáticas, nos encontramos en que las frustraciones derivadas de las dificultades con la tecnología y la incapacidad de colaborar de manera eficaz cuando se teletrabaja están desmotivando al 31% de los empleados.

Para paliar precisamente este déficit motivacional, las compañías cuentan con diversas estrategias a su alcance, como diseñar una buena estrategia de beneficios sociales que incrementen la motivación de sus plantillas, así como un incremento de la Comunicación Interna y la Formación para poder capacitar tecnológicamente al conjunto de los trabajadores.

Un aspecto que también afecta a la conciliación laboral, ya que el 42% trabaja más horas en comparación a cuando trabaja presencialmente en la oficina.

Fuente: Equipos y Talento

domingo, diciembre 20, 2020

El índice de "tostadas con palta sobre metro cuadrado" y la fragilidad de la economía millennial

Los millennials y sus patrones de consumo / Fuente: LA NACION - Crédito: Shutterstock

Si los hombres de 40 buscan chicas de 20 y los de 20 también, ¿quién va a estar interesado en salir conmigo cuando yo tenga 40?", se preguntaba la escritora y periodista Tamara Tenenbaum a los 20 (no hace tanto tiempo: ahora tiene 31). La autora de El fin del amor (Planeta) siempre sintió curiosidad por la agenda de desafíos de la adultez, "esta idea tan instalada de que hay un reloj de cuenta regresiva en el que tenés que hacer todo -conseguir pareja, casarte, tener hijos - antes de que la sociedad dictamine que ya no sos atractiva", cuenta a la nación.

En el ámbito del feminismo, sobre el cual viene investigando, no le cierra el énfasis en "las pibas" o "las hijas" en el movimiento, por la juventud en sí misma, un subrayado que es notorio, dice, en la cobertura de los medios que en las marchas privilegian las fotos de chicas jóvenes lindas pintadas con glitter (brillantina) verde. ¿Qué queda para el segmento 50? Tenenbaum cuenta que ya tiene dos grupos de amigas lesbianas, sin hijos, que se compraron en conjunto un campito chico para pasar allí sus años de vida adulta. Son "lesbiátricos", los describe.

Pero en el discurso de la "revolución senior" y de rescate y puesta en protagonismo de la segunda mitad de la vida, a la escritora hay algo que no le terminaba de cerrar. Como diría Guido Kaczka: "Está bien, pero no tan bien". El punto principal para justificar este "ruido" es que los círculos rojos de poder (a todo nivel: político, empresarial, académico, mediático, financiero, etcétera) son ampliamente dominados por "X" y "boomers", mayormente hombres blancos por encima de los 50.

Hay excepciones: diputadas y diputados más jóvenes, u ocupantes de puestos ejecutivos (el ministro Martín Guzmán, de 38 años, en Economía, por ejemplo), pero muy por debajo en proporción al tamaño del sector millennial de la población. Cuando se usa este prisma, mucho de lo que habitualmente se celebra de la "economía senior" pasa a leerse como una perpetuación de privilegios generacionales. Por ejemplo, la reciente elección de Joe Biden en los Estados Unidos, que con 79 años es la persona más adulta en comenzar un mandato. Biden tiene hoy más edad que Bill Clinton, quien fue elegido hace 28 años, en un país donde no hay un solo senador sub-40.

"Todos los indicadores de desempleo, pobreza, acceso a vivienda y otros, hablan de una tremenda fragilidad de la economía de los millennials, que además son los que menos ayuda reciben en términos fiscales (no cobran jubilaciones, ni seguro de desempleo, ni asignaciones universales si no tienen hijos)", plantea. Más de siete de cada diez desempleados son jóvenes y la pobreza en la Argentina golpea mucho más a los sub-40 que a los mayores de esa edad.

En la "lotería del ciclo cambiario" argentino, gran parte de la riqueza de sus habitantes se explica por el hecho de si en su etapa de éxito profesional "tocó" un período de crecimiento y apreciación de la moneda local. Por ejemplo, quienes tuvieron capacidad de ahorro en los 90 llegaron a comprarse su vivienda, algo que hoy suena a una quimera para la mayor parte de los trabajadores de veintipico o de treinta y pico.

Nada original

Aunque el concepto de "edadismo" suele aplicarse para describir los prejuicios contra la población adulta, lo cierto es que la palabra remite a mitos y estigmas sobre cualquier segmento etario. En los Estados Unidos la escritora millennial Jill Filipovic publicó un libro al respecto (aún sin traducción: Ok Boomer: Let's Talk: How My Generation Got Left Behind" (OK Boomer: Hablemos de cómo mi generación fue dejada atrás). La fórmula "OK Boomer" se popularizó el año pasado en internet, como una burla hacia los mayores de 50 que hablan de la "juventud perdida", del poco apego al trabajo, a la idea de formar una familia, etcétera.

En la Argentina, de acuerdo con un trabajo de la consultora Trendsity, solo uno de cada cinco jóvenes se siente identificado con las caracterizaciones habituales en los medios sobre los "millennials" (mucho menos que el 31% en América Latina). "Los jóvenes quieren trabajos estables y sienten que la sociedad no confía en ellos ni los valora", explica Mariela Mociulsky, quien dirigió el estudio.

Filipovic dice que este enfoque prejuicioso no es nuevo, y que los mayores de 40 y de 60 fueron tratados de la misma forma décadas atrás. En los 70, el escritor Tom Wolfe publicó un famoso artículo sobre La Generación Yo, tratando a los jóvenes boomers de entonces como consentidos, egoístas y perdidos en la vida; una caracterización similar a la que se ve en la película Generación X, de hace más de 25 años, con Winona Ryder y Ethan Hawk, en la que se retrata a quienes nacieron entre 1965 y 1980 al ritmo de "My Sharona".

La simplificación extrema, sigue ahora Tenenbaum, en una charla para el cierre del ciclo "Proxi 2020" sobre futuro cercano organizado por el Instituto Baikal, es que los millennials hoy se gastan todo el sueldo en pedirse en un bar una tostada con palta a $500, que se podrían hacer en sus casas por mucha menos plata, y por eso no llegan a comprarse un departamento o tener la comodidad económica para formar una familia.

Pero la realidad es que si un economista construyera un indicador de "tostadas con palta sobre valor de metro cuadrado", hoy estamos en un piso histórico: el no acceso a una vivienda o demorar la decisión de tener hijos está mucho más condicionado por un contexto económico que nadie eligió que por egoísmo propio. Un dato que habla de la globalidad de este fenómeno: un millennial afroamericano hoy tiene menos posibilidades de acceder a una vivienda propia que un joven similar antes del movimiento de los derechos civiles en los Estados Unidos.

"En todo caso", dice la autora de El fin del amor, los aspiracionales de quienes hoy tienen entre 20 y 40 años se empiezan a moldear a partir de las posibilidades que hay alrededor. Algo parecido a lo que en economía se conoce como la "ley de Say": la oferta que crea su propia demanda. La mayoría querría un empleo estable y en blanco (sobre todo, en una época con olas de incertidumbre cada vez más altas), pero los ideales y aspiracionales de libertad e independencia se nutren de la escasez de oportunidades formales. Algo similar a lo que ocurre en la actualidad con la muy de moda "economía de la pasión", que los críticos reetiquetaron como "economía del rebusque", o del "no queda otra", o de las "changas cool", con cero estabilidad y beneficios sociales.

Bajo este prisma, la eventual decisión de irse a cultivar frutos a Nueva Zelanda (un clisé tan instalado como el de la tostada con palta) viene muy empujada por un contexto en el cual -según los datos de Trendsity- un 80% de los millennials informan enormes dificultades para obtener un primer empleo formal.

Tenembaum admite que en esta batalla de subrayado de prejuicios entre los millennials y "Z" vs. "X" y boomers no es un juego de suma cero, y que ambos fenómenos pueden convivir. Es cierto que los círculos rojos están mayormente dominados por 50+, pero aun así esa sigue siendo una proporción muy menor de la población que no invalida el hecho de que la mayoría de los adultos mayores sufran prejuicios negativos y discriminación en distintos mercados (en la Argentina, nueve de cada diez avisos laborales excluyen expresamente a los 50+).

Como diría Silvio Soldán (por algún motivo, en esta nota se impone citar a animadores de programas ómnibus de fin de semana: Kaczka, Soldán; falta Hernán Caire, pero no hay espacio): "Los dos a la final".

Sebastián Campanario

jueves, diciembre 17, 2020

¿Liderando Sin Autoridad?

 


Keith Ferrazzi, en “Leading without authority. Why don´t you need to be in charge to inspire others and make change happen”, plantea que los nuevos e incesantes cambios tecnológicos hacen que cambiar la forma en que trabajamos se haya convertido en una necesidad urgente.

En la actualidad demasiados directivos siguen apoyándose en su puesto y en el control presupuestario para realizar su trabajo y pierden demasiada energía en esfuerzos burocráticos cuando deberían emplearla en liderar a los demás para conseguir su colaboración en la búsqueda de soluciones audaces, ya que, con frecuencia, se pueden encontrar muchos profesionales que sin tener ninguna autoridad formal están esperando su turno.

Un estudio realizado por Deloitte en 2016 entre profesionales de departamentos de recursos humanos sugería que el concepto de liderazgo se está redefiniendo radicalmente. La idea de que las personas se convierten en líderes debido al puesto que ocupan se está cuestionando y cada vez más se pide a los líderes que sean capaces de inspirar lealtad en el equipo a través de su experiencia, visión y juicio.

Liderar sin autoridad nunca había sido tan importante y su necesidad crece diariamente. El grupo de consultoría Gartner, por ejemplo, predice que en 2028 los algoritmos habrán eliminado tantos puestos intermedios directivos que el trabajo va a depender casi exclusivamente de redes de equipos autónomos y de alto desempeño que ofrecerán resultados cruciales. Por tanto, liderar sin autoridad se va a convertir en el modelo organizacional del siglo XXI.

El autor propone para liderar sin autoridad seguir una serie de reglas:

REGLA Nº 1: ¿QUIÉN FORMA PARTE DE TU EQUIPO?

Mindy Grossman mantiene que: “la posición no define el poder, el impacto define el poder. El impacto se puede ejercer desde cualquier rol en cualquier nivel y cuando priorizamos el sacar lo mejor de aquellos que nos rodean el crecimiento y el éxito son la consecuencia”.

La base de la primera regla de las nuevas normas de trabajo es que debemos ser conscientes de que por cada objetivo, proyecto o misión que tengamos somos responsables de liderar a un grupo de personas que es mayor que los miembros formales de nuestro equipo. La mayor parte de nosotros experimentamos un sentimiento de lealtad y obligación hacia los equipos que nos han asignado o a los que pertenecemos. Nos preocupamos de las personas que los integran, los apoyamos y queremos que crezcan y triunfen. En la actualidad, al ir evolucionando las organizaciones hacia equipos más interdisciplinares e interdepartamentales debemos extender ese nivel de cuidado, preocupación, compromiso y camaradería a todos los nuevos miembros que puedan integrar estos equipos “cruzados”.

Quizás la característica que mejor define este nuevo mundo laboral es la de “Interdependencia radical”. La jerarquía arriba- abajo sigue definiendo los presupuestos pero el trabajo en sí se está realizando, cada vez más, a través de estas redes cada vez más extensas de relaciones radicalmente interdependientes. Ningún directivo aislado puede tener la autoridad o recursos para hacer frente a la avalancha de retos actuales.

Todos debemos considerarnos líderes e innovadores independientemente del nombre de nuestro puesto de trabajo. Tenemos que demostrar iniciativa y fomentar una colaboración más profunda para que podemos contribuir con todas nuestras ideas y talentos.

En cada equipo con el que trabajemos debemos hacer la siguiente pregunta: ¿Quiénes son las personas clave para ayudar a conseguir las metas, independientemente de su situación en el organigrama? Éstas serán las personas que compongan el equipo aunque no estén directamente bajo nuestro mando.

El autor recomienda seguir las siguientes prácticas para detectar y organizar este tipo de equipos:

1.- Comenzar por lo más sencillo. Seleccionando un compañero que respetemos por su experiencia y con quién pensemos que podemos trabajar en algo importante. Luego centrarnos en localizar potenciales partners y nuevos miembros del equipo que puedan ayudar a alcanzar resultados positivos con rapidez. No debemos perder el tiempo en convencer a los que no se sientan atraídos por el proyecto, ya que es probable que, posteriormente, cuando vayan viendo los resultados se incorporen al mismo.

En ocasiones, no tendremos elección y tendremos que empezar a construir nuestro equipo en medio de una crisis, pero la misma urgencia de la situación nos puede ayudar a establecer los lazos necesarios para una relación productiva.

2.- Buscar a aquellos que admiramos y de los que queremos aprender.

3.- Identificar a alguien que pensamos se pueda beneficiar de nuestra ayuda. Si estamos verdaderamente comprometidos con una misión o proyecto y detectamos que el desempeño de uno de los miembros del equipo está interfiriendo en los resultados de éste de forma negativa debemos actuar y actuar como un coach para ese colaborador. Debemos responsabilizarnos para facilitar el desarrollo profesional de esa persona para que pueda tener una influencia positiva en el proyecto.

4.- Enfrentarnos a la persona o al problema que estamos evitando, recordando las palabras de Ralph Waldo Emerson en su ensayo “Heroísmo”: “Haz siempre aquello que te dé miedo hacer”.

Podemos pensar que son señales de que existen ciertas relaciones que tenemos que mejorar.

5.- Sistematizar. Comenzar por elaborar una lista priorizada de las personas que son más críticas para el proyecto que queremos abordar, definiendo el resultado específico que esperamos conseguir con cada miembro de nuestro equipo. También debemos preguntarnos de quién necesitamos apoyo para tener éxito.

La mayor parte de las relaciones en el trabajo se encuentran en lo que el autor llama el “estado de coexistencia”. En él las personas trabajan juntas para hacer sus trabajos pero se mantienen respetuosamente fuera del camino del otro aunque estén asignados en el mismo equipo.   

Si vemos que no podemos realizar nuestro trabajo exclusivamente con los recursos y responsabilidades que están bajo nuestro control normalmente accederemos a otro estado que es el de “colaboración”. Con frecuencia llegamos a él exclusivamente por necesidad y lo vamos a mantener solo el tiempo que sea estrictamente necesario, para regresar, posteriormente al estado de coexistencia.

Cuando la colaboración es demasiado exigente y compleja tendemos a caer en el “estado de resistencia”, que se manifiesta en una situación de tensión o de estrés entre nosotros y un miembro del equipo o compañero. Mientras nos encontramos en este estado de forma pasiva o conscientemente evitamos el auténtico compromiso colaborador, aunque éste pueda magnificar nuestras posibilidades de tener éxito.

En las ocasiones en las que no existe afinidad o confianza, cuando los intentos de colaboración conducen a la frustración la relación se encuentra en un “estado de resentimiento”. En este estado de ánimo evitamos los intentos de desarrollar una relación profesional o personal y solo procuramos colaborar superficialmente.

El último de los estados es el de “co-elevación”. Es en el que se basan las relaciones transformadoras y es al que debemos aspirar llegar.

Ferrazzi propone que una vez hayamos identificado la cualidad de nuestras relaciones debemos asignarles un valor utilizando la escala siguiente:

- 2 Estado de resentimiento

- 1 Estado de resistencia

  0  Estado de coexistencia

+ 1 Estado de colaboración

+ 2 Estado de “co –elevación”

De esta forma si identificamos personas que se encuentran en la lista de proyectos más prioritarios pero nuestro estado de relación con ellas es bajo deberemos buscar modos de mejorar la calidad de la misma. Este enfoque es importante porque nos permite detectar cuáles son las relaciones principales en los proyectos más prioritarios que necesitan que les dediquemos una atención más urgente. Cuanto más nos acerquemos a una puntuación media de + 2 mejor lo estaremos haciendo.

La medida de las relaciones utilizando esta metodología no hace que éstas sean transaccionales sino que lo que muestra es la importancia que tienen cada una de ellas. Peter Drucker decía que lo que es medido puede ser gestionado.

El autor como conclusión, en relación con la identificación de las personas que forman parte de nuestro equipo de acuerdo con las nuevas normas de trabajo que plantea, manifiesta que.

A).- Regla antigua de trabajo: Nuestro equipo se limita a aquellos que dependen de nosotros o de nuestro jefe.

Nueva regla de trabajo: Nuestro equipo está compuesto por todos aquellos, dentro y fuera del trabajo, que sean importantes para alcanzar mi proyecto o misión.

B).- Regla antigua de trabajo: Las relaciones profesionales se producen orgánicamente en el tiempo y sin ningún esfuerzo consciente.

Nueva regla de trabajo: las relaciones de trabajo deben ser proactivas y desarrolladas de forma auténtica con las personas que forman nuestros equipos.

Isabel Carrasco

martes, diciembre 15, 2020

Crisis laboral: solo tienen empleo pleno cuatro de cada 10 trabajadores

 

La mayor parte del universo de personas activas está en ocupaciones precarias o informales o en el desempleo / Fuente: LA NACION - Crédito: Aníbal Greco

La informalidad y la vulnerabilidad en el mercado de trabajo son problemas de larga data sobre los que no hay debates de fondo; el impacto es sobre los derechos actuales y sobre el sistema previsional

Ser asalariado y estar debidamente registrado, o hacer tareas por cuenta propia con continuidad en el tiempo y aportando al sistema de seguridad social, es una situación minoritaria en la Argentina de, por lo menos, los últimos diez años. De cada 100 personas que declaran estar laboralmente activas (es decir, trabajan o buscan trabajo), 43 están en una condición de "empleo pleno": más allá de ocupar un puesto en relación de dependencia o de desempeñarse de manera autónoma, son formales, y por ellos el régimen jubilatorio recibe contribuciones.

¿Y el resto? Según datos recientemente difundidos por el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), casi 30 de cada 100 personas que integran la fuerza laboral están en situación de "empleo precario": son asalariados que no tienen descuentos jubilatorios, o bien cuentapropistas no profesionales que no están registrados, o bien patrones o empleadores que se mueven por fuera de los límites de la formalidad.

Otro 14,8% de la población activa, en tanto, está en el "subempleo inestable", haciendo tareas temporarias por las que reciben poco dinero, trabajando sin salario, o haciendo tareas como contraprestación de un plan de empleo. Y un 14,2% del universo de quienes están laboralmente activos sufre el desempleo; es decir, no tiene ocupación pero la busca y está disponible para trabajar.

Los datos surgen del relevamiento hecho entre julio y octubre de este año por la UCA y, si bien la pandemia y la cuarentena empeoraron el mapa laboral y social de la Argentina, la problemática de las elevadas tasas de informalidad y precariedad es de larga data. En 2010, el primer año de la serie del trabajo del mencionado observatorio, la tasa de empleo pleno era de 43,8%, muy similar a la de 43,6% registrada este año.

En el período, el índice más alto se dio en 2011 (45,1%) y el más bajo, en 2016 (41,4%). Así, más allá de algunos altibajos, no hubo cambios sustanciales en una realidad que afecta los derechos actuales de millones de personas y que desafía el presente y el futuro del régimen jubilatorio.

Sin que se previeran soluciones de fondo a la problemática de las personas que llegan y que llegarán a la edad de retiro sin los aportes requeridos por el sistema, en los últimos tiempos se recurrió al parche de las moratorias previsionales, que no estuvieron acompañadas por un análisis de costos y de necesidades de financiamiento. En 2016 se dispuso la vigencia de una prestación no contributiva, la PUAM que, entre los aspectos que algunos señalan como cuestiones a corregir, otorga igual nivel de ingreso mensual (el 80% del haber mínimo), sin importar si la persona nunca tuvo aportes o si, en cambio, sí los tuvo pero no llega a los 30 años exigidos para la jubilación.

Este año se observó, en comparación con 2019 y con los años previos, una caída de la participación que tienen los subempleados inestables en el total de personas que conforman la fuerza laboral (de 20,6% a 14,8%), y un incremento de la tasa de desocupación (de 10,9% a 14,2%). El comportamiento de esas variables confirma el dato que ya se había conocido por informes del Indec (referidos al segundo trimestre del año, en el que la cuarentena fue más estricta), respecto de que las restricciones dispuestas para ejercer actividades golpearon en forma mucho más fuerte a los hogares más vulnerables. Es, en rigor, lo que pasa en cada crisis.

Si se mira el segmento de la población de nivel socioeconómico más bajo, siempre según los datos difundidos por la UCA, se observa que el empleo pleno solo es una realidad este año para el 7,7% de los laboralmente activos. Y en este caso sí hubo un deterioro fuerte respecto de 2019, cuando ese índice era de 12,3% (un nivel también, claro está, muy bajo). En este grupo, el desempleo subió de 15,1% a 25,8% entre 2019 y 2020, considerando un período (julio a octubre) en el que seguían las restricciones pero había pasado ya el momento en el que más limitada estuvo la actividad.

Otra manera de observar las diferencias en la dinámica del mercado laboral que desfavorecen a los más desprotegidos, es a partir de los datos de la situación de los trabajadores según su condición de "pobres" o "no pobres". En el primer caso, la desocupación se incrementó de 17,6% a 28,3%, y el subempleo inestable cayó de 40,8% a 24,6% de la población activa, entre 2019 y 2020. Ganaron participación quienes tienen empleo pleno, pero no por un crecimiento de las ocupaciones de calidad, sino porque los trabajadores formales fueron los menos afectados, mientras que muchos de los que estaban en tareas precarias dejaron de pertenecer al universo de personas activas (sobre el cual se calculan esos porcentajes), al pasar a la inactividad laboral.

Entre los trabajadores no pobres, el desempleo se mantuvo casi sin cambios, en el 7,4%, y el subempleo inestable cayó de 12,0% a 10,1%.

El índice de desempleo, de todas formas, está impactado por las particularidades de este año. Al tiempo que hubo una muy fuerte pérdida de ocupaciones (pérdida temporaria en algunos casos y definitiva en otros), también ocurrió un incremento de la tasa de personas inactivas, es decir, del porcentaje de quienes no buscan una ocupación. Y ello, por las limitaciones para hacer tareas y también para encarar una búsqueda. Según un ejercicio de simulación hecho por los analistas de la UCA, si no hubiera estado el "efecto desaliento" entre los trabajadores, la desocupación hubiera sido cercana al 28,5%.

El relevamiento del que surgen los datos, que reflejan la complejidad de la problemática social y laboral en la Argentina, incluyó a 5728 hogares de centros urbanos con 80.000 y más habitantes.

Silvia Stang

domingo, diciembre 13, 2020

El "nuevo oro": personas que se tokenizan y otras criptonovedades


Las criptomonedas ganan espacio y protagonismo / Fuente: LA NACION

En un episodio de Big Bang Theory, la serie que cuenta las aventuras de un grupo de jóvenes físicos, Sheldon Cooper, el más brillante (tiene un coeficiente intelectual de 187 y "memoria eidética": recuerda casi todo con gran nivel de detalle), decide que no puede ocupar espacio de su valioso cerebro con decisiones triviales, de vida cotidiana. Su mente debe concentrarse 100% en los grandes problemas de la humanidad. Entonces, a efectos prácticos, comienza a llevar a todas partes dados de los que se utilizan en los juegos de rol (de entre cuatro y 20 caras) para tomar sus "pequeñas decisiones". En un restaurant, con sus amigos, terminará pidiendo una comida completamente ridícula (cuya numeración en el menú coincidió con el resultado de los dados), o postergando una ida al baño -a pesar de que se estaba haciendo encima- porque los dados le dijeron que no fuera.

La serie fue estrenada en 2007, unos meses antes del nacimiento de bitcoin, la moneda digital de código abierto, anónima y descentralizada, que no tiene reguladores ni bancos centrales por detrás. Trece años más tarde, con la moneda en su récord histórico (cerca de los US$20.000 por unidad, con un 160% de aumento en 2020), se produjo una historia similar a la de Sheldon Cooper, pero en versión cripto. Alex Masmej, un parisino de 23 años, decidió en mayo "tokenizar" su vida cotidiana. La criptomoneda $ALEX da por cada unidad un voto sobre decisiones de la vida de Masmej, a cambio de un 15% de participación en sus ganancias en los próximos tres años. Por ejemplo, el 17 de junio Masmej le pidió a su base de inversores que decidieran un nuevo hábito: correr cinco millas por día, despertar a las 6 a.m, dejar de comer carnes rojas o vivir sólo con bitcoins. Ganó la opción del running.

"La tokenización de la propia vida es un fenómeno creciente entre creadores de contenidos online: artistas, escritores, podcastars y emprendedores en general. Tiene la ventaja de que crea una audiencia muy alineada con tu éxito personal", cuenta desde París a la nación Masmej, que por estos días estima el valor de su "equity" en unos 150.000 dólares.

La historia de Masmej tuvo mucha repercusión en los últimos meses, pero la idea de bitcoinizar o tokenizar trayectorias personales no es, en rigor, nueva. La aplicación Human Ipo permite "invertir en personas en las que creés", entre ellos Mike Merrill, que en 2008 se dividió a sí mismo en 100.000 acciones y las ofreció en un IPO a un dólar cada una.

En el marco de la explosiva "economía de la pasión" (una evolución de la "economía de la atención"), las tecnologías descentralizadas y contratos inteligentes sirven para coordinar y alinear incentivos entre comunidades y creadores de contenidos. El proyecto "Basic Attention Token", por ejemplo, apela a blockchain, la tecnología detrás de bitcoin, para remunerar la publicidad digital de manera más eficiente.

Las "criptopersonas" son algunos de los eventos más resonantes en un año donde las tecnologías distribuidas produjeron todo tipo de novedades. Algunas más coloridas, como las mencionadas en los párrafos anteriores, o como los proyectos para calefaccionar casas en Islandia o en Siberia con el calor emitido por el minado de bitcoins.

Pero a la par de estos fuegos artificiales hubo avances que hablan de la madurez de estas inversiones, con la llegada de grandes jugadores que hasta hace poco eran renuentes a entrar en este territorio. "Creo que la explosión de teletrabajo y la creación de fuertes comunidades online en la pandemia crearon un contexto ideal para acelerar las modalidades cripto", cuenta ahora Manuel Beaudroit, exBitex y actualmente al frente del proyecto Belo, una billetera digital. Beaudroit estudió biología y es hijo de un ingeniero electrónico y de una artista, lo que de alguna manera moldeó un ADN que lo llevó a ser "bitcoinero desde Cemento": la combinación de nerdaje y "espíritu hippie" que caracterizó al criptomundo, al menos en su primera etapa más exploratoria.

Belo se inscribe dentro del campo de las "DeFi", finanzas descentralizadas, que para muchos analistas es "la" gran tendencia apalancada en blockchain en 2020. "La promesa inicial del bitcoin, de reemplazar el sistema financiero mundial, fue llevada a otro camino, el del reemplazo del oro, que ya de por sí no es poca cosa", explica Beaudroit. Aunque tiene mucha más volatilidad que el oro (tocó un piso de US$3800 en 2018), el bitcoin vino funcionando como activo de reserva de valor, "que tiene su escasez garantizada matemáticamente: no se puede minar un asteroide, como puede suceder con el oro, dice Beaudroit.

Comunidad del anillo

"Hubo un crecimiento exponencial este año de nuevos usuarios, entrada de jugadores grades, innovación y reducción de la emisión (el 11 de mayo se produjo el "halving" que se da cada cuatro años y medio, por el cual pasa a disponerse de la mitad de bitcoins para minado), lo que tiende a explicar la suba de precio de este tipo de activos", dice Henry Straigman, inversor en blockchain y cripto que pasó varios años viviendo y trabajando en Singapur, cuarto centro financiero internacional y país a la vanguardia en este tipo de tecnologías.

Straigman coincide con Beaudroit en que el espacio de las finanzas descentralizadas (DeFi) es la gran estrella de 2020: su valor aumentó 22 meses desde inicios de año. Se trata de un ecosistema de aplicaciones descentralizadas, construidas sobre la base de contratos inteligentes, que permiten ofrecer servicios financieros entre pares. La combinación de distintas de estas piezas (lo que en la jerga de denomina "Money Legos", unidades de Lego de dinero) es lo que tiene potencial para desplazar al sistema bancario tradicional.

Entre los inversores institucionales que se sumaron este año están Fidelity y DBS de Singapur, entre otros, El 21 de octubre PayPal, el gigante estadounidense que tiene 92 millones de usuarios, anunció un servicio de compra y venta de criptoactivos. Las CBDC (monedas digitales de bancos centrales) vienen más lento: Bahamas y Camboya lanzaron sus primeras versiones de prueba, pero aún no se animaron países grandes (hay especulaciones con que el primero podría ser Australia).

Al contrario que otras tecnologías muy capital intensivas, como la computación cuántica (cada ordenador cuesta decenas de millones de dólares) o la inteligencia artificial (cada ronda de entrenamiento de GPT-3 vale US$4,5 millones), en el caso de blockchain los avances dependen más de buenas ideas, regulaciones y capital humano.

"Un 25% de los programadores de Solidity, el lenguaje que se usa para hacer contratos inteligentes, están en la Argentina", apunta Beaudroit. El país tiene más de medio millón de usuarios y varios nombres que son leyendas globales en el criptomundo, como el inversor Wenceslao Casares o el programador Sergio Lerner, quien en su momento saltó a la fama porque identificó los bitcoins originales de Satoshi.

"Tal vez por nuestra historia de inestabilidad económica somos uno de los centros más potentes del mundo en esta tecnología", dice Beaudroit, al destacar que hay varios nombres locales en lo que él llama "la comunidad del anillo". Una referencia al mundo de Tolkien y a los juegos de rol, en los que se usan los dados de varias caras con los que Sheldon Cooper tomaba sus decisiones.

Sebastián Campanario